Análisis

¿Por qué no seguir soñando?

Ilusión. Es la palabra más repetida y la expresión que más se puede ver si preguntas a cualquier aficionado del Iberostar Tenerife, cómo afronta el resto de esta temporada en general, y la final de la Champions League en concreto. Porque los amantes al equipo lagunero no conocen otro término que el de seguir soñando, porque han visto que su equipo en las duras y en las maduras siempre ha respondido tanto por juego, cómo por sensaciones. Una campaña histórica y muy difícil de superar que puede culminar esta noche (19:15 hora insular), con un trofeo europeo que sellaría los nombres de cada integrante de esta plantilla, para los anales del club y del baloncesto canario.

Una final que albergará un Santiago Martín, lleno hasta la bandera, que será la sede del baloncesto europeo y donde todos los aficionados al mundo de la canasta pondrán sus ojos para vivir, una vez más, la magia del Iberostar Tenerife durante lo que se prevé, sean cuarenta minutos de tensión.

Foto vía: El Confidencial

El partido más importante de la historia para el Iberostar Tenerife, que consiguió batir a su rival en semifinales por 67-58, frente al Venezzia, dando clara superioridad respecto a su contrincante en algunos tramos del choque, yendo a ir hasta de 16 puntos de ventaja cuando mejor jugó el equipo local y anfitrión de esta Final Four. Un pase a la final absoluta, gracias sobre todo a Tim Abromaitis, quien fue el máximo exponente canarista tanto en el apartado defensivo y reboteador, como en el ofensivo.

Un choque por todo lo alto debido a los dos miembros que van a disputar tener el privilegio de llevarse el título para sus vitrinas. Frente al Canarias, se encuentra otra de las revelaciones europeas de esta campaña: el Banvit, un bloque lleno de talento y trabajo a merced del equipo y que ya ha conseguido cosechar sus frutos, llevándose una Copa Turca dejando a rivales por el camino, con licencia Euroliga y que se permitió el derecho de jugar la final, al vencer su semifinal (83-74) frente al AS Mónaco.

El equipo turco ha conseguido estos éxitos tras cosechar una grandísima campaña clasificándose en segundo lugar en la fase de grupos, gracias a la aportación en el juego de su gran estrella, el base americano, Jordan Theodore, quién es sin duda alguna, la gran referencia de una plantilla donde también brillan con luz propia Jeremy ChappellGediminas Orelik en el juego exterior, o Gaspar Vidmar como referencia en el juego interior. Además de todo el calibre y la dinamita en cuánto a la anotación de puntos, también tienen entre sus filas al joven Furkan Korkmaz, cedido desde el Anadalou Efes y seguramente con futuro NBA.

Foto vía: Mundo Deportivo

Un equipo temible a priori, si no fuera por un factor cancha con el que el Iberostar Tenerife es casi imbatible, y donde ya han dado su brazo a torcer equipo cómo el Real Madrid o el FC Barcelona Lassa. Además, porque el equipo insular tiene en su quinteto titular a dos de los cinco mejores jugadores de la temporada, según Basketball Champions League (Bogris y Doornekamp).

Sólo dos jugadores de una rotación casi de once jugadores, dónde cada integrante aporta su grano de aportación y con dinamita suficiente como para seguir anotando con seguridad y sin problemas, destacando por encima de todos, el 34 lagunero, líder absoluto del equipo en la segunda unidad y referencia ofensiva cuando el balón más quema en las manos, situación donde Davin White se siente más cómodo.

Y sobre todo, porque el Iberostar Tenerife se merece llevarse un título que consagre una temporada histórica e inesperada para todos. Por ello, ¿por qué no seguir soñando?

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