Crónicas

El cielo puede esperar

Todo parecía presto y dispuesto para una gran fiesta blanquinegra en Mestalla. En lo climatológico volvía a lucir el sol en la capital del Turia y en lo futbolístico, la presencia del filial en el viejo coliseo de la Avda de Suecia era el premio justo y necesario para la gran labor de Curro Torres y sus chicos. Nadie parecía contar con el Badalona, un equipo con más oficio y menos presión que los cachorros de la factoría de Paterna

La afición blanquinegra congregó a 10000 espectadores en las gradas del viejo Mestalla.

El partido comenzaba con un filial acechando la portería del conjunto catalán con más ímpetu que buen juego ya que los jugadores llamados a desequilibrar no aparecían con la efectividad o regularidad necesarias. El bullicioso Nacho Gil o el estilista Fran Villalba no conseguían trenzar jugadas que inquietaran la portería rival o pusieran en aprietos a una zaga experimentada como la del conjunto de la periferia barcelonesa.

Los de Curro Torres tenían el control del juego y del partido pero era un dominio estéril y poco fructífero ya que hasta la media hora de juego no consiguieron rematar sobre la portería de Morales. Era el primer aviso del escurridizo extremo valencianista, el único capaz de desequilibrar a la ordenada defensa azul. Poco antes se había producido una clara mano en el área visitante que el árbitro no consideró punible por falta de voluntariedad, señalando el saque de esquina como la forma pertinente de continuar el juego.

Tarde ideal para muchas familias valencianistas de vivir de cerca un espectáculo deportivo.

Con el final de la primera parte y la merienda en la mente de muchos de los aficionados, llegaría el gol de Nacho Gil. Una vez afinada la puntería en el lanzamiento anterior, en este no falló y colocó su derechazo lejos del alcance del guardameta badalonense, que nada pudo hacer para evitar que el esférico se colara pegado a su palo izquierdo. Máxima eficacia y máximo rendimiento al casi único chut entre los tres palos de la primera mitad.

La segunda parte de la contienda empezaba con un Badalona mucho más incisivo y agresivo sobre la cancha, con la defensa mucho más cerca del centro del campo que de su propia portería y con sus delanteros impidiendo la salida limpia del balón por parte de la zaga mestallista.

Este nuevo panorama pareció desconcertar a los jóvenes jugadores blanquinegros que se vieron superados en los primeros instantes de la contienda, fruto de lo cual llegaron las primeras oportunidades para los visitantes que habían convertido a Sivera en un mero espectador de los primeros 45 minutos.

Las primeras incursiones llegaron casi siempre por la banda izquierda del ataque donde la escuadra foránea encontró una autopista desde la cual acceder al área de Antonio Sivera, que salvó hasta en tres ocasiones la integridad de su portería. No lo pudo hacer en la cuarta, en una mala sincronización defensiva de sus compañeros que dejaron solo en las inmediaciones del área pequeña a Oliva que fusiló sin compasión al internacional valencianista.

Justo premio a un cambio de actitud, de fútbol y de decisión para un once visitante que veía esfumarse sus opciones de llegar al play-off de ascenso. Llegado este gol, ambos parecieron volver a los roles del principio de partido, los locales a tomar el mando sin riesgos ni mucha electricidad, y los visitantes a arriesgar menos todavía y dejar al cancerbero de Xàbia como espectador del final del partido.

Más por empuje popular que por convicción, los pupilos del ex-lateral derecho blanquinegro empezaron a asediar la portería contraria, disponiendo de alguna ocasión para poder perforarla pero Nacho Gil ya había gastado toda su munición para la tarde dominical. Ni su tiro desde la frontal, ni un remate tras una mala salida del portero encontraron las redes como destino.

Para no faltar a su cita con la polémica, el partido también tuvo una jugada controvertida en las postrimerías del mismo con un gol anulado por fuera de juego a Ariday Cabrera, gol que podría haber supuesto la clasificación matemática de los habituales moradores del Antonio Puchades a falta de dos jornadas por disputarse.

Tablas finales y poco fútbol el que se vio en un Mestalla que empujó hasta el final en busca de esa anhelada liguilla de ascenso que hace 15 años que no se produce. La afición de badalona, desplazada a Valencia con el único objetivo de apoyar a sus jugadores en tan trascendental partido, dio por bueno el empate y ovacionó a sus jugadores al final del encuentro. Su bombo y sus bufandas azules animaron la tarde en un bonito ejemplo de concordia, convivencia y deportividad, solo empañado por algunos desafortunados cánticos de la afición local hacia su eterno rival, recién ascendido a la máxima categoría del fútbol español.

Ficha técnica

VCF Mestalla: Sivera, Nacho Vidal, Caballo, Javi Jiménez, Ayala, Gregorio, Rafa Mir (Marc Ferris, 87), Fran Villalba (Aridai, min.75), Jordi Sánchez (Sito, min. 69), Eugeni, Nacho Gil.

CF Badalona: Morales, Adrià, Parera, Fran Grima, Moyano, Víctor García, Sergio Mestre, Bruno Vinicius, Toni Lao, Oliva, Sandro (Agudo, min.76), Moha (Musa, Min.55).

Goles: 1-1 Nacho Gil (Min. 43), Oliva 1-1 (Min. 56).

Árbitro: Dirigió el encuentro colegiado del comité andaluz, Luis Mario Milla Alvendiz , quien amonestó por parte del CF Badalona con tarjeta amarilla a Víctor García (Min. 41), Moyano (Min.86), Fran Grima (87) y Sergio Maestre (88). Y por el lado del Valencia Mestalla amonestó a Fran Villalba (Min. 57), Nacho Gil (59) y Eugeni.

Fotos vía: @vicentsarrion

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