Crónicas

Algo ajeno a lo habitual

En un día poco frecuente para un partido, dos equipos ofrecían un encuentro tradicional desde la creación de la competición doméstica: Athletic Club- Real Betis Balompié. Ambos clubes han sido siempre sinónimo de coraje y de casta tanto fuera como dentro del campo, y se enfrentaban con el ánimo de obtener la victoria ante un rival complicado. Este encuentro ya tenía el guion escrito, pero ocurrió algo diferente. Algo que no se ve todos los días.

En primer lugar, poco común es lo acontecido en los prolegómenos del partido. Unos sinvergüenzas (por qué no nombrarles con el adjetivo más acorde a su forma de actuar) han protagonizado un muy desafortunado incidente al agredir a un joven local en pleno casco viejo bilbaíno. Este incidente, que nada tiene que ver con lo que aficionados decentes harían, empaña un día que comenzó triste y nublado pero que se fue animando y aclarando a medida que se acercaba la fiesta del fútbol.

Por un lado estaba el Athletic, que ejercía de local en San Mamés con la intención de sumar los tres puntos que también habían sumado sus dos rivales más peligrosos, el Villarreal y la Real Sociedad. La conclusión del partido que disputó del Eibar en Vitoria con empate a cero final permitía a los leones liberar un poco de tensión, y centrarse en los de arriba. Una victoria no solo suponía la recuperación de la sexta plaza, sino también alejarse de los guipuzcoanos y sobre todo, la centésima victoria de Ernesto Valverde en el banquillo del Athletic. Algo realmente extraordinario.

Por otro, el Betis. El conjunto sevillano acudía a La Catedral con el cuchillo entre los dientes. Esa posición de relativa tranquilidad en la que se encuentra no le iba a hacer tomarse el partido como algo pasajero de cara al final de la temporada. Si bien el objetivo de la tranquilidad estaba conseguido, no lo estaba el de la confianza en el juego. Era el momento de afirmarse frente a un rival de entidad. Donde los rojiblancos presentaban a Aduriz, ellos traían consigo a Rubén Castro. Un león contra un canario. A primera vista puede parecer un duelo totalmente desigual, pero la realidad es otra. ¿Insólito, verdad?

El pitido inicial se pronunciaba y en los primeros minutos se manifestó la dinámica que ya se preveía. El Athletic trataba de aprovechar la fuerza de su hinchada para intimidar y bloquear al rival, mientras el Betis no debía dejar que eso sucediese, consciente de que tendría que vender su piel muy cara. Sin embargo, esta situación duro pocos minutos. Inesperadamente, el Betis se asentó en el campo, y comenzó a estirarse y a desarrollar juego. Si bien las ocasiones fueron casi todas para los locales, estos tenían problemas tanto a la hora de producirlas como de evitar que los béticos hicieran lo propio.

Fue a partir del cuarto de hora cuando pareció que el tarro de las esencias se destapó. Primero Muniain puso un centro que, tras tocar en Mandi, a punto estuvo de colarse en la red verdiblanca de no ser por un esta noche magnífico Adán; y apenas un minuto después Aduriz tuvo un mano a mano contra el portero que este último se encargó de inutilizar. Ahí no acabó la cosa, ya que una vez cumplido el veinte, Ceballos a punto estuvo de abrir la lata con un chutazo desde fuera del área. Y todavía faltaba lo mejor, ya que dos minutos después De Marcos envío el esférico al palo en la que fue la mejor ocasión de la primera parte.

No obstante, otra vez sucedió algo extraño. El Athletic parecía haber tomado definitivamente la iniciativa, pero volvió a sucederle lo mismo que al principio: el conjunto dirigido por Víctor Sánchez del Amo se volvió a estirar. El juego se equilibró nuevamente, y al final incluso los locales estuvieron pidiéndole al reloj que decretase de una vez el fin de la primera mitad y el comienzo del tiempo de descanso.

Una vez llevado a cabo el tiempo muerto, ninguno de los asistentes tenía claro lo que iba a pasar. Estaba claro que la balanza se decantaría a favor del equipo que abriera el marcador el primero, pero todavía se desconocía la identidad del mismo. En una jornada de estas características, se podía esperar cualquier cosa.

De todas maneras, esa cualquier cosa adquirió un color claro a las primeras de cambio. A una ocasión de Susaeta, le siguió un penalti de Mandi. El defensa argelino derribó a Aduriz dentro del área y el propio donostiarra se encargó de materializar la pena máxima. 1-0 en el marcador, y el peso de la balanza se ponía en el plato local. Con esto comenzó un dominio apabullante de los leones, que fruto del mismo lograron el segundo, cuando Raúl García le puso un centro medido a Muniain para que éste simplemente empujara de un cabezazo. ¿Muniain marcando de cabeza? Si esto ya no tiene algo de raro…

Parecía que el Athletic lo tenía controlado, pero una vez más lo que se esperaba no ocurrió. La entrada de Joaquín fue clave para los visitantes, y apenas cuatro minutos después de que Muniain marcase, Ruben Castro remachó a puerta vacía un rechace de Kepa. Esto volvió a hacer que su equipo volviera a meterse en el partido y a creer en sus posibilidades, y que al equipo contrario le empezaran a temblar las piernas.

Los de Valverde sabían que para que su míster obtuviera esa victoria tan simbólica, debían controlar el movimiento del balón, y tenían el objetivo de que a raíz de dicho movimiento, surgiera la ocasión con la que entrar a matar al rival. Volvieron a aparecer las ocasiones, pero Aduriz se mostró poco preciso e ineficaz, algo contrario a lo que tiene acostumbrados a sus seguidores. El Betis tuvo las suyas, y no dejó que la oportunidad del empate se le escapara.

Poco a poco el tiempo fue transcurriendo, y así lo hizo hasta que llego el final del descuento y el árbitro decretase el final. El Athletic regresaba a la posición con la que comenzó la jornada, y el Betis cosechó una derrota que, si bien tuvo entre sus adjetivos digna, también lo tuvo de decepcionante. Una vez más, el juego no se traducía en resultados, y muchos aficionados dormirán tranquilos por la lejanía del descenso, y no por nada más. Problema frecuente que contrasta con todo el resto del partido.

Puede que el encuentro estuviera marcado por los eventos externos, pero en ningún momento hubo algo diferente a lo que se espera de un partido de fútbol: emoción y entretenimiento. Por muchas sorpresas que deparó el partido, en el estadio se manifestó lo habitual, y todo lo demás es algo ajeno. Algo ajeno a lo habitual en un club, en una afición, y en la totalidad del fútbol. No debemos dejar que energúmenos lo conviertan en algo propio.  Aupa Athletic!! ¡¡Viva er Betis manque pierda!!

Ficha técnica

Goles: 1-0 Aduriz (52´), 2-0 Muniain (61´), Rubén Castro (64´)

Alineación Athletic Club: Kepa; Balenziaga, Laporte, Yeray, De Marcos; Beñat (Mikel Rico 87´), San José, Susaeta (Williams 76´), Muniain, Raúl García (Iturraspe 73´); Aduriz

Alineación Real Betis Balompié: Adán; Álex Martínez, Mandi, Pezzela, Jose Carlos (Rubén Pardo 68´), Cejudo; Brasanac (Joaquín 58´), Ceballos, Petros (Alegría 68´); Jonás Martín, Rubén Castro

Tarjetas amarillas: Susaeta (9´), Brasanac (13´), Mandi (58´), Adán (72´)

Estadio: San Mamés (Bilbao)

Imágenes vía: As,

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