Crónicas

El Sevilla Atlético se come una enorme torrija vallisoletana

Punto, juego, set y partido. El filial sevillista endosa un escandaloso 6 a 2 a un Real Valladolid que vuelve por sus fueros.

Tan diferentes y a la vez tan iguales, Sevilla Atlético y Real Valladolid llegaban a esta trigésimocuarta jornada con trayectorias paralelas en cuanto a irregularidad y unos objetivos que, lejos de ser los mismos ya que los andaluces no tienen la opción del ascenso, tenían cierta similitud, ya que con una victoria se obtendría la permanencia virtual en la categoría un año más por parte de ambos, y visto lo acontecido por tierras pucelanas la pasada campaña, es de obligado cumplimiento antes de pensar en metas más ambiciosas. Saltaban al césped del Ramón Sánchez Pizjuán ambos conjuntos con dos onces ambiciosos y de claro perfil ofensivo, contando los locales con la misma formación inical que la semana pasada, a excepción de Cotán, que cedía su lugar a Pozo y con Marc Gual, bigoleador frente al Elche e Ivi acompañándolo en punta de ataque escoltados por Borja Lasso y Fede San Emeterio.

Por su parte, el equipo dirigido por Paco Herrera contó con novedades con respecto a la semana pasada en defensa, saliendo del once Rafa López y entrando en el centro de campo un cuestionado Álex López, eso sí, los pucelanos repetirían arriba con Mata, después de dejar atrás su larga sequía goleadora, Juan Villar en detrimento de José Arnáiz y Raúl de Tomás, que dejó buenas sensaciones en la grada de Zorrilla hace apenas siete días.

Con todo ellos se dio comienzo al encuentro, con la usual empanda del Real Valladolid y un Sevilla Atlético que a base de toque y combinación llevó las riendas del encuentro desde el primer minuto, dejando a los castellanos a merced de los andaluces.

Así llegó el primer tanto sevillista, una elaborada jugada de toque que llegó a inmediaciones del área, donde, Yan Brice controló el esférico, se deshizo de un defensa y su chut seco se coló imparable besando el larguero de la portería defendida por Isaac Becerra.

No acabó aquí el letargo vallisoletano, que tras una tímida-y obligada- reacción, veía como el filial sevillista siguió a lo suyo, y viendo las facilidades defensivas con las que el Real Valladolid obsequia a sus oponentes durante toda esta temporada, aprovechó el regalo.

Se acababa de cumplir el minuto once cuando una internada de David Carmona por banda derecha dio con la bota de un enrachado Marc Gual, que introducía, con la inestimable colaboración, dicho sea de paso, del cancerbero blanquivioleta, el balón al fondo de la red. Era el 2-0 y el partido se ponía claramente en favor del equipo andaluz, que, sin grandes alardes, contaba ya con una renta de dos tantos casi sin salir a jugar.

Un Pucela desconcertado se veía perdido en el cesped del Sánchez Pizjuán, y el Sevilla Atlético olía la sangre; tras un intento de Joan Jordán desde fuera del área de tiro seco y alguna falta lateral botada sin demasiado peligro, los sevillistas jugando cómodos en todas las líneas seguían a lo suyo.

Producto de ello, en el minuto 21, un mal despeje al centro de Balbi hizo que la pelota fuera a parar a dominio sevillano, donde nuevamente Marc Gual sólo en banda izquierda hizo uno de los goles de la jornada, cruzando el balón por encima de Becerra directamente a la escuadra de la meta pucelana.

Íban tres, y las sensaciones, a merced de las caras de los protagonistas de uno y otro equipo no invitaban a pensar en un cambio de rumbo en los designios del encuentro.

El partido parecía más que decidido tras este inicio tan vertiginoso, y hasta el aficionado pucelano más optimista, viendo lo que se estaba viendo en el terreno de juego, hubiera firmado el final del encuentro a falta de jugar más de sesenta minutos, pero es que el despropósito visitante era mayúsculo. Parecía un  partido de entrenamiento o de pretemporada donde el Sevilla Atlético hacía el papel de pez grande que se come al pez chico sin mayor oposición, más propio de un equipo amateur, no de un club profesional.

Y con todo ello continuó el encuentro. Alguna ocasión aislada por parte del Real Valladolid, en botas de Jaime Mata, que volvía por sus fueros a ser ese delantero irreconocible que hace más faltas de las que recibe, o algún disparo de un desangelado Raúl de Tomás desde más allá de donde alcanzaba la vista que no llegaron a incomodar a un espectador de lujo en el área sevillana llamado José Antonio, hoy, creo que de amarillo.

Para hacer una primera parte redonda y faltando dos minutos para el término, Borja Lasso recogía un balón en el centro del campo y con una magistral asistencia por encima de Álex Pérez encontró a como no, Marc Gual, que superó la salida de Becerra firmando su hat trick y ya de paso, su mejor partido de la temporada, y la mejor primera parte, probablemente de ningún equipo esta temporada en la Liga 1,2,3.

El colegiado Arias López, no quiso alargar la agonía y mandó a vestuarios a ambos conjuntos sin añadir nada a esta primera mitad.

Movió el banquillo Paco Herrera tratando de no agravar el desaguisado de la primera mitad, dando entrada a Míchel por Joan Jordán y a Rafa López por un hoy desaparecido-como casi todos- Juan Villar.

Diego Martínez Penas por parte sevillista no estimó oportuno, obviamente, mover nada en el descanso.

Comenzaba la segunda parte con las sensaciones parecidas, un Real Valladolid que trataba de tener el control del cuero careciendo de profundidad y un Sevilla  Atlético bien plantado esperando asestar la enésima puntilla al equipo visitante.

Corría el minuto cincuenta y uno cuando  Raúl de Tomás recogía un balón en las inmediaciones del área, condujo hacia dentro y fue derribado, sancionando el colegiado penalti a favor del equipo vallisoletano.

Fue el propio delantero el que transformaba la pena máxima engañando al guardameta local y acortando distancias en el marcador.

El encuentro poco a poco fue adormeciéndose, cosa positiva para los intereses blanquivioletas, que vistos los acontecimientos era lo mejor que les podía ocurrir, y fruto de ello entró el partido en un tramo de pocas ocasiones por parte local y pocos apuros en defensa, donde sólo Raúl de Tomás inquietaba el marco sevillista con internadas de manera individual, la única manera que tenía éste de entrar en acción, ya que con juego de combinación era imposible. También buscó el madrileño el gol con disparos desde fuera del área.

Así íban pasando los minutos en un partido que se estaba aplanando, cosa que juega muy en contra de los intereses castellanos, ya que, en esos ambientes de empanada general, sus rivales suelen hacer daño sin necesidad de grandes alardes; de esta manera llegaba el quinto de la mañana.

En un saque de banda sin peligro aparente, la inestimable colaboración de la defensa violeta y la calidad del filial, hicieron que Marc Gual, el mejor sin duda en el día de hoy, asistiera en el área pequeña a Ivi, que al primer toque solo tiene que introducir el esférico otra vez al fondo de la red vallisoletana.

Era el 5-1, y viendo el devenir de los acontecimientos no sorprendería ver algún tanto más por parte de cualquiera de los dos equipos, aunque el mayor peligro siempre fue a favor de los sevillistas gracias a la indecisión de la zaga del Real Valladolid, que ya le querría como padrino cualquier crío que vaya a hacer la comunión, un chollo.

Por ello llegó el set del Sevilla Atlético, después de una jugada preciosa que terminó en un pase sin mirar de Borja Lasso a Carrillo, que previamente sustituyó a Marc Gual, y el delantero mano a mano con Becerra, dejó al guardameta por el suelo empujando el cuero a placer y haciendo el sexto.

No hubo tiempo para celebraciones cuando de nuevo, Raúl de Tomás, el único que dio la cara en el Pizjuán maquillaba, si se pude decir eso, el marcador en la ciudad de Nervión.

Sin tiempo para más daba por concluído el encuentro el colegiado, dando rienda suelta a la alegría local y la decepción visitante.

Con esta victoria el filial andaluz obtiene la salvación virtual y afrontará las últimas jornadas de liga con la tranquilidad y seguridad del trabajo bien hecho, más si cabe con esta merecida victoria ante un rival de entidad.

El Real Valladolid por su parte se despide de la lucha por el playoff a espera de los dos partidos consecutivos que tiene ahora en Zorrilla, pero con unas sensaciones que no invitan al optimismo; a falta de ocho jornadas la decepción un día más vuelve a ser la tónica habitual de un club que cada día da más sensación de no tener rumbo, habrá que esperar qué ocurre con Paco Herrera.

 

FICHA TÉCNICA

Alineaciones:

Sevilla Atlético: José Antonio, Matos, Diego González, Bernardo, David Carmona, Fede, A. Pozo (Antonio Cotán min61), Yan Brice (Schetino min 84), Borja Lasso, Ivi y Marc Gual (Carrillo min 71).
Real Valladolid: Isaac Becerra, Moyano (Espinoza min 73), Álex Pérez, Guitián, Luciano Balbi, André Leao, Álex López, Joan Jordán (Míchel, min 45), Juan Villar (Rafa López, min 45), Mata y Raúl de Tomás.

Goles

1-0 (min 5) Yan Brice, de chut desde fuera del área.

2-0 (min 11) Marc Gual al primer toque a centro de David Carmona.

3-0 (min 21) Marc Gual, al palo largo que entra por la escuadra de la portería visitante.

4-0 (min 43) Marc Gual

4-1 (min 51) Raúl de Tomás, de penalti  por el centro de la portería.

5-1 (min 67) Ivi al primer toque desde dentro del área a pase de Marc Gual.

6-1 (min 82) José Ángel Carrillo  tras pase de Lasso en un uno contra uno.

6-2 (min 83) Raúl de Tomás en el área pequeña.

Árbitro

Arias López (Colegio cántabro). Amonestó con tarjeta  amarilla a Marc Gual (min 69).

Incidencias
Partido correspondiente a la trigésimocuarta jornada de La Liga 1,2,3 en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla con un césped inmaculado.

Imágenes
Vía la liga.es y realvalladolid.es

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