Crónicas

Isco salva al Madrid en Gijón

El Real Madrid se ha llevado los tres puntos de El Molinón por dos goles a tres gracias a un espectacular Isco que anotó dos tantos cruciales para los suyos. El Sporting lo dio todo y se llegó a poner hasta dos veces por delante en el electrónico.

En una de esas fatídicas semanas tan tradicionales del mes de abril, el Real Madrid se veía obligado a visitar a sus conocidos asturianos. Tal y como marca la tradición, el partido no sería para nada simple, no sería un paseo como algunos que se habían vivido anteriormente, sino todo lo contrario, ya que lo que se tenía en mente era algo más próximo, era la semana siguiente.

De esta forma, saltaban los chicos menos habituales de Zidane. Hasta nueve cambios habían sido introducidos por parte del técnico francés, dando entrada a jóvenes como Asensio, Lucas, Morata o Isco que no gozan de oportunidades en encuentros de mayor talla. A la par de ellos, los laterales Danilo y Coentrao presentaban su candidatura como suplentes de cara al tramo final de la temporada, después de tanto tiempo de duda en torno a su rol en el césped.

Por su parte, los locales planteaban un once defensivo que se dispondría a mantener el tipo desde el primer minuto. La única referencia en la parte más alta era la de Duje Cop, quien sería suficiente para finalizar las escasas ocasiones que crearía su conjunto. Con un total de cinco hombres en la Zona 1, los de Rubi afrontarían la primera de las partes tratando de rascar todo aquello que fuese posible.

El 4-3-3 clásico de los madridistas se enfrentaría a un 5-4-1 planteado de una manera simple y sencilla en la que la contención sería la consigna fundamental. Kovacic, Isco y James compondrían el centro del campo visitante, siendo el croata el sustituto del habitual Casemiro, y demostrando que su posición puede variar en función de lo que su entrenador necesite. Con él, la tranquilidad fue lo que reinó en los primeros compases del enfrentamiento. La posesión fue claramente para los blancos, así como las recuperaciones, las cuales fueron cruciales para crear ocasiones.

No había prisa, no existía necesidad alguna de jugarse el todo por el todo para después tener que sufrir, así pues, tan solo habría que esperar a que los minutos pasasen y a que las oportunidades llegasen por sí solas. Sin embargo, no todo suele salir como se planea, y menos en esta Liga Santander en la que todo es posible. Bien supo esto un Vesga que aprovechó el fallo de Danilo en el marcaje sobre Cop para dejarle en bandeja el primero de los tantos en el minuto 13.

Kiko Casilla (c) no puede detener el gol lanzado por el centrocampista del Sporting de Gijón Mikel Vesga, el segundo del equipo, durante el partido de la trigésima segunda jornada de la Liga de Primera División, que se juega hoy en el estadio de El Molinón. EFE/José Luis Cereijido
Cop anotando el primero de los tantos. (Fuente: Mundo Deportivo).

Fue entonces cuando hubo que sacar la artillería pesada, una reservada para momentos especiales que tan solo puede ser efectuada por un mago de la calidad de Isco. Sí, en efecto, tres minutos después de este error defensivo merengue y acierto ofensivo asturiano, el malagueño se guisó y se comió el empate. Con tres regates dejó sin posibilidad alguna de pararle a los centrales rivales, y con un disparo medido a la escuadra, venció a Cuéllar. Era una obra de arte que hacía justicia en el partido.

Mientras todo ello sucedía, jugadores como Coentrao se centraban en hacer su labor. El portugués, pese a haber pasado hasta tres meses sin pisar un césped con el primer equipo, se situó como el más pasador de todo el once y demostró soltura y entereza suficiente como para sustituir en algún que otro encuentro más al afianzado Marcelo. Por desgracia para él, la gasolina no le llegaría para demasiado y tendría que marcharse del terreno de juego en la segunda mitad.

El Sporting intentaba enhebrar la aguja paso a paso, trataba con todas sus fuerzas meter presión a la salida vikinga para encontrarse nuevamente con la portería de Casilla. Durante una serie de minutos, el dominio cayó de su lado, aunque no fue capaz de gestar ocasión alguna que le permitiese adelantarse como más tarde haría. Y es que, cuando la primera mitad agonizaba y la tranquilidad se había adueñado del envite, llegaron los primeros síntomas de tensión por parte del Madrid.

James y Morata no habían tenido toda la repercusión necesaria en el ataque, algo que se echaría de menos en el inicio del segundo acto. En esos momentos, los de ‘Zizou‘ metieron una marcha más para así zanjar el enfrentamiento y poder tocar y tocar hasta que Borbalán señalase el final. Pero las cosas no pueden ser planeadas, sobre todo cuando no se finalizan oportunidades tan claras como la de Nacho a la salida de un libre directo.

En consecuencia de ello, pasamos de un posible 1-2 que minutos más tarde podría derivar en el definitivo 1-3, a un 2-1 repentino que sorprendió a los visitantes transformado por parte de Vesga, nuevamente por un error de marca. Babin prolongó un centro llegado desde la izquierda y el asistente del primero de los tantos remachó de la manera más adecuada posible. Ahora sí, el miedo se instauraba en el cuerpo de los que se jugaban la Liga.

Isco, del  Real Madrid disputa un balón ante Sergio Álvarez, del  Sporting.
Isco conduce el balón en una salida blanca. (Fuente: Mundo Deportivo).

Con él llegaron los cambios en cuanto a jugadores y en cuanto a posiciones. Marcelo entró por Fabio, mientras que centrocampistas como James abandaron su zona atrasada para pasar a ser una de las referencias arriba. Las conocidas prisas corrían por las venas de unos futbolistas que tenían que dar la vuelta al marcador en un día en el que no habían más veteranos en el campo que sus capitanes.

Afortunadamente, unos instantes después la igualada llegaría por parte de un Morata que no había estado tan acertado como debía en el cara a cara con Cuéllar. Cuando más era necesario el acierto de este joven ariete que no ha decepcionado en esta temporada, llegó su cabeza a modo de salvación. Este empate unido a la tremenda intensidad que se le había imprimido al partido, convirtieron la última media hora en un toma y daca constante en el que nadie quedó indiferente.

Una vez tras otra, los merengues se aproximaron al área contraria, topándose en la mayoría de ocasiones con un guardameta que estaba en estado de gracia. Con paciencia, y también con un toque de nerviosismo, los blancos atacaron sin parar y permitieron ser atacados por su oponente, quien tampoco se daba por vencido. Más que un duelo entre líderes y colistas, parecía una batalla a muerte por ser campeones. En esos momentos poco importaba quiénes eran unos y quiénes eran otros, eran solo 22 soldados enfrentados entre sí.

Los cambios se sucedieron en el clan de la capital, pues los titulares se habían ido apagando con el paso de la acción. A Asensio apenas se le vio, a Lucas le tocó sentarse en el banquillo y dejar vía libre a Mariano, y a Morata la inspiración le llegó un tanto tarde tras haber marcado el segundo de los goles. En esos instantes, cuando agonizaba el partido, cuando la chispa estaba en cualquier otro lugar, un joven inspirado asombró al madridismo. Isco Alarcón lo volvía a hacer con un disparo desde fuera del área. Su noveno tanto en el año servía para darle tres puntos dorados, mágicos, tres puntos blancos que daban un mazazo encima de la mesa de cara a la conclusión de la Liga.


Sporting, un equipo organizado y con garra. Sin duda alguna, los de Rubi han demostrado esta tarde de sábado que son un grupo destinado a permanecer en Primera División. No ha existido momento alguno en el que no se haya notado su presencia en el terreno de juego, llegando incluso a dominar por momentos el enfrentamiento ante el líder de la competición doméstica. Ni siquiera el 5-4-1 ha acabado con él como lo había hecho con otros equipos que lo han probado ante el Real Madrid, ya que su equilibrio ha sido memorable durante los noventa minutos.

La tranquilidad pasa factura. No es la primera ocasión en la que Zinedine Zidane ha prescindido de sus titulares, así pues, no se puede achacar el posible mal juego de los madridistas a una falta de calidad de sus componentes, sino a una falta de chispa, de empeño en algunos momentos, y de acierto en otros. Bien claro ha quedado que la segunda BBC, aquella que forman Lucas, Morata y Asensio, es casi igualmente efectiva que la primera, sin embargo, cuando ante estos se posiciona un equipo de gran garra y acertado en defensa, todo se complica hasta el punto de hacer sufrir hasta el último suspiro.

Isco ha roto en cierto modo esa monotonía, tirando del once cuando ha sido necesario e imprimiendo la fuerza adecuada para que los suyos se despertasen. Sin lugar a dudas, el andaluz ha sido el salvador y la bombilla para sus compañeros tanto en lo deportivo como en lo psicológico.


Imagen: Mundo Deportivo.

Ficha Técnica:

Árbitro: Fernández Borbalán.

Estadio: El Molinón (23.700 espectadores).

Sporting de Gijón

Entrenador: Joan Ferrer ‘Rubi’.

Titulares: Cuéllar; Lillo, Babin, Amorebieta, Meré, Isma López; Álvarez, Mikel Vesga, Moi; Carmona y Duje Cop.

Real Madrid

Entrenador: Zinedine Zidane.

Titulares: Casilla; Coentrao, Ramos, Nacho, Danilo; James Rodríguez, Mateo Kovacic, Isco; Asensio, Morata y Lucas Vázquez.


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