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La leyenda Felipe Reyes

Además de la canasta casi sobre la bocina de Sergio Llull, el Madrid-Barça del pasado domingo nos dejó otro nombre para la historia: el de Felipe Reyes. En el Clásico, el capitán blanco alcanzaba por fin la cifra de los 4.293 capturas en la ACB, récord absoluto de la competición que ha estado la friolera de 19 años en poder del exjugador del Huesca, Granger Hall y que ahora corona al cordobés como el reboteador más grande de todos los tiempos en nuestra Liga (al menos desde que se contabilizan estas estadísticas).

Pero este récord, al igual que no fue conquistado en un partido cualquiera sino en el gran Clásico de nuestra Liga, tampoco fue coronado en una jugada cualquiera, sino en una que define a la perfección quién es Felipe Reyes. Con el partido igualado, Luka Doncic robaba un balón y se disponía a meter una bandeja, pero inexplicablemente fallaba su tiro y el cordobés aparecía para capturar el rebote. Ante la oposición de Rice era incapaz de anotar a la primera pero volvía a coger su propio tiro y volvía a lanzar. El balón tampoco entraría pero Felipe, guerrero como siempre, volvía a elevarse entre tres rivales para capturar el balón y forzar una falta que le llevaría a la linea de  tiro libre. Habían sido tres rebotes ofensivos en la misma jugadas. Tres, sí, tres, justos los mismos que le faltaban antes del inicio del partido para superar a Granger Hall y, entrar una vez más en la historia.

Tras esa falta el partido se pararía y la ACB y el Real Madrid procederían a darle un homenaje junto a todos los suyos, su mujer Kirenia, sus hijos Cloe y Axel, su madre Marilola, sus hermanos Alfonso, Miguel y Rafa e incluso sus sobrinos. Un homenaje en el que la ACB le hizo entrega de un cartel conmemorativo por su hito y al que después del choque se uniría la peña Los Ojos del Tigre (una de las dos que se ubican en el fondo Jorge Juan del Wizink Center) con la entrega de otro obsequio en nombre de la afición.

No sabemos si pasarán 19 años hasta que alguien supere la marca que deje Felipe Reyes en la lista de máximos reboteadores cuando se retire (si es que ese momento llega, ya que Reyes parece un Benjamin Button de la canasta) pero lo cierto es que no va a ser nada fácil volver a ver a alguien que con tantos hándicaps haya logrado tanto en su vida. Felipe nunca ha sido el más alto de su equipo ni el más talentoso, ni en Estudiantes, ni en el Madrid ni en la Selección ha sido nunca la principal referencia y desde que llegó al equipo blanco siempre ha vivido a la sombra de pívots de renombre que llegaban a  equipo para dominar la pintura. Pero al final estas estrellas (llámense Papadopoulos, Tomic, Begic, Bourousis, Mejri, Thompkins…) veían cómo el cordobés acababa ganándoles el puesto y tenían que marcharse ante la capacidad de trabajo y de perfeccionamiento de un hombre que jamás ha dejado de mejorar.

Y es que pese a haber levantado la Novena Copa de Europa para el Real Madrid, conquistado un Mundial tanto de selecciones como de clubes, una Copa ULEB,  haber sido tres veces campeón de Europa de selecciones,  cinco veces campeón de Liga, seis de la Copa del Rey, dos veces MVP de la final ACB y una de la propia Liga, Reyes sigue teniendo la ilusión de aquel novato que con 18 años un 4 de Octubre de 1998 debutaba ante el Tau (actual Baskonia) con la camiseta de Estudiantes.

Ahora, 19 años después y tras casi 13 temporadas vistiendo de blanco sigue siendo una de las principales armas del equipo madridista además de ser el mentor  y compañero de habitación de la nueva perla madridista: Luka Doncic. Este jueves cumplirá 37 años pero sigue siendo una leyenda al servicio de su equipo.


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Foto destacada vía:  ACBPhoto

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