Lo visto este domingo en Gran Canaria con respecto al Obradoiro es, sin duda, para olvidar. Aunque tengo la impresión de que alguno tiende a olvidar de más y no se da cuenta de la realidad del equipo y de lo que es ser obradoirista, o quizá no lo sean de verdad.
No voy a poner en duda que el partido ante Herbalife no pudo ser peor. Los locales se impusieron con una diferencia de 34 puntos, la tercera peor derrota de los gallegos en ACB. Los porcentajes de tiro… mejor también olvidarlos: 20 de 53 tiros de campo (37%), 2 de 17 en triples (11%). Ningún jugador llegó a sumar ayer 10 puntos o más en su cuenta particular, numerosas pérdidas, poco rebote, errores… y así un despropósito que, como he dicho, mejor olvidar.
Lo que no se puede olvidar es la realidad de nuestro equipo y algunos, quiero pensar que con el cabreo propio de semejante derrota, parecen hacerlo. La realidad es que somos un equipo que año tras año aspira a eso, a luchar por continuar una temporada más en ACB. La realidad es que cada año se configura prácticamente entera una plantilla con jugadores que seguramente en muchos equipos no se fijarían en ellos o serían la última opción. Lo cual no quiere decir que no puedan dar buen resultado como así ha sucedido en muchas ocasiones.
La realidad es que se tiene la plantilla justa y si, como ha sido el caso este año, te ves atacado de manera exorbitada por las lesiones, te quedas sin opciones y la cosa se complica sobremanera. La realidad es que la falta de presupuesto hace tener que recortar en calidad y experiencia y optar más por promesas o jugadores que no han sobresalido pero podrían hacerlo. Jugadores, a los que personalmente adoro por apostar por un proyecto como el nuestro y por los buenos momentos que nos han dado durante estos años y su compromiso con el equipo pero, la menor calidad técnica a veces basta con suplirla con coraje pero no siempre. Por mucha actitud que se ponga sobre el parqué y por muchas ganas, sin acierto en tiro, con errores y pérdidas no se conseguirán los mismos resultados.
Son factores que no se pueden obviar. Es nuestra realidad y con ello debemos lidiar y pelear hasta el final. No se puede reprochar y exigir cuando no hay más cera que la que arde. Yo no puedo decir más que cuanto más me necesite el equipo más estaré y como yo muchos obradoiristas que son conscientes de que este equipo sin duda es la pescadilla que se muerde la cola. Sin dinero no hay grandes fichajes, sin grandes fichajes la plantilla es justa, con una plantilla justa las lesiones hacen mucho daño, con los principales jugadores lesionados es difícil desplegar acierto y calidad sobre la pista, sin acierto y calidad sobre la pista las derrotas se acumulan, acumulándose derrotas se sufre por la salvación, estando abajo en la tabla se llama menos la atención de posibles inyecciones de dinero y… vuelta a empezar.
Yo abogo por ser realistas. Disfrutar de lo bueno y sufrir con lo malo pero, aunque suene a tópico manido, juntos. Porque un obradoirista se enfada en el calentón del momento pero tiene por filosofía tirar siempre de su equipo y estar a su lado en las duras y en las maduras. Por eso, no me queda más que decir que OBRADOIRO ATÉ MORRER¡ VAMOS OBRA¡¡
Foto: ACB
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