Tyron Woodley sigue reinando en la categoría del Peso Wélter de la UFC al haber vencido por puntos a su contendiente número uno: Stephen Thompson. Un combate muy táctico le dio la victoria.
El UFC 209 parece haber dejado con la miel en los labios a todo aquel que esperaba algo más de él, concretamente en su evento estelar. Y es que Woodley y Thompson prepararon un duelo que estaba previsto como uno de los más excepcionales de las MMA y han dejado uno excesivamente táctico y medido en el que el miedo estuvo en ambas partes. El pánico parece haber recorrido las venas de los dos luchadores wélter y no dejar que ninguno de ellos sea capaz de lanzar aquellos golpes tan emocionantes del UFC 205.
Sin embargo, para comprender lo sucedido, debemos ir ronda a ronda, narrando poco a poco los sucesos que fueron teniendo lugar, pese a que fuesen pocos, muy pocos.
En primer lugar, tenemos una Round 1 en la que el tanteo fue la clave absoluta. Después de la presentación de Bruce Buffer, que, como siempre, puso los vellos de punta a todo el respetable, no hubo mayor acción en el octágono. Los dos mejores wélters de la UFC se midieron los pasos, los golpes, los movimientos de piernas, de brazos… Se midieron todo incluido el pulso. Pareció no existir lucha en aquel lugar, sino paz y tranquilidad: era la táctica infalible de cuando no sabes cómo derrotar a tu contrincante en un combate. Era lo que suele dar resultado.
Entre tanto, el público silbaba, esperando algo de acción y ver un episodio semejante al del pasado noviembre en el Madison de Nueva York. En cualquier caso, nada de ello tendría lugar, dado que tanto Stephen como Tyron no cesarían de bailar y bailar por el centro de la jaula independientemente de que en algún que otro momento tuviesen la obligación de arriesgar. Unas cuantas patadas y una combinación que encontró el rostro de Woodley, le sirvieron a Thompson para llevarse, levemente, la ronda.
Más tarde, en la segunda ronda, todo continuó igual, a excepción de que ‘The Chosen One‘ lanzó unas cuantas ‘Low-Kicks‘, una combinación portentosa de las que hacen grande a un luchador, y un ‘crochet‘ para finalizar la ronda. Los pitos no se marcharon del T-Mobile ni mucho menos, aunque en esta ocasión se pudo decir que el tanteo pasó a otro nivel, a aquel de dos que ya se han conocido a la perfección.
En cambio, la tercera ronda fue la que pudo decidir el envite. Una vez que se había sobrepasado el umbral de la monotonía y que el plantarse en el centro de la figura de ocho vértices ya era algo demasiado repetitivo, Woodley lanzó el primer y único Grappling del choque, uno que controló a la perfección y que le hizo llevarse el Round. En el suelo, asestó una serie de golpes a un Thompson que solo pudo recuperarse de pie, no siendo suficiente como para remontar el resultado de estos 5 minutos.
Fue entonces, cuando parecía que podríamos tener un enorme enfrentamiento en las ‘Rondas de Campeones‘, cuando volvió el tanteo. Seguían cayendo silbidos en la ciudad en la que todo queda, rotos en varios instantes gracias a acertadas patadas de Stephen a la altura del pecho y la cabeza de Tyron. En consecuencia de ello y de la pasividad del campeón, el aspirante se llevó la ronda y empató a dos el resultado.
Finalmente, se llegó al momento en el que los que verdaderamente quieren alzarse, dan el todo por el todo. Tras una serie de rondas conservadoras que el público ocasional no desea presenciar jamás, los ataques comenzaron a caer de manera un tanto desesperada, aunque siempre sin pasarse de la raya. Woodley intentó hacerse dueño y señor de estos cruciales 300 segundos, unos en los que debía dar el salto cualitativo que todos esperaban, que Thomspon no quería presenciar, y que dio.
Restaban treinta segundos. El estadio cuchicheaba y se maldecía por haber presenciado un encuentro tan soporífero en lugar de lo que esperaba. Tyron miró fijamente a ‘Wonderboy‘ a los ojos y soltó una de esas combinaciones que solo podemos ver en la categoría de Peso Wélter. Potencia, velocidad y contundencia sentaron a Steven en la lona durante varios instantes. El campeón siguió sin cesar hasta que el colegiado, John McCarthy, dictaminó que era el final de la pelea.
De nuevo aparecía Buffer, todos esperaban sus palabras, sus números, su voz excepcional que siempre deja con ganas de más a los aficionados… La decisión de la mayoría hizo grande a quien, probablemente, por un pequeño desliz de su oponente al final del choque, lo había merecido. Tyron retenía su cinturón. Una nueva lección nos había sido dada: la paciencia gana combates, y también ayuda a retener títulos.
Imagen: Latest News.
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