La australiana Ashleigh Barty, número 158 de la clasificación mundial, completa una semana soñada en el Abierto de Malasia, adjudicándose los títulos de individuales y dobles.
En una final individual interrumpida por la lluvia y que ha tenido que terminarse con luz artificial, Barty ha derrotado a la japonesa Nao Hibino, número 106 del escalafón mundial, por un contundente marcador de 6/3 y 6/2. Especialmente bien ha estado la jugadora nacida en Queensland en el servicio, anotando siete saques directos y llevándose el 88% de puntos con su primer servicio. Como no podía ser de otra manera, ha cerrado el partido como las grandes campeonas, con un “ace”.
Se trata del primer título individual del circuito WTA para la joven australiana de 20 años, con el mérito añadido de haber tenido que disputar también la fase previa. En la fase final, sólo ha cedido un set, en primera ronda ante la estadounidense Irina Falconi. Así, la tenista saborea las mieles del triunfo después de que en septiembre de 2014, y a pesar de que muchos la augurasen un futuro prometedor (fue campeona en el cuadro junior de Wimbledon en 2011) decidiese dar un parón en su carrera tenística para probar suerte en el mundo del criquet, militando en la temporada 2015 en el Brisbane Heat.
Con esta victoria, Barty consigue 298 puntos y ascenderá ni más ni menos que 66 puestos en el escalafón mundial para ocupar su mejor ranking hasta la fecha, #92, entrando por primera vez en el top 100 de la clasificación individual. Curiosamente, fue también sobre el cemento malayo donde la tenista había firmado su mejor actuación como profesional hasta la fecha, alcanzando los cuartos de final en 2013. El torneo, de categoría International, reparte 250.000 dólares en premios, de los que la australiana se llevará un botín de 43.000.
En la entrega de premios, la jugadora declaró sentirse como “en la luna” y “sin palabras”. Y no es para menos, porque por si una modalidad fuera poco, la jugadora también se ha hecho con el triunfo en el torneo de dobles, haciendo pareja con su compatriota Casey Dellacqua. Juntas, se han deshecho de las cuartas favoritas, la estadounidense Nicole Melinchar y la japonesa Makoto Ninomiya, por 7/6(5) y 6/3. Las australianas, que no han dejado escapar un solo set en toda la competición, rememoran así la gloria alcanzada hace unos años.
No sólo no es el primer título de la pareja, que ya conquistó Birmingham en 2013 y Estrasburgo en 2014, sino que en 2013 la dupla llegó a las final de tres de los cuatro torneos del Grand Slam: Abierto de Australia, Wimbledon y Abierto de los Estados Unidos. Curiosamente, Barty volverá también al puesto 92 en la clasificación de dobles (sube 32 lugares), mientras que Dellacqua subirá 26 escalones hasta el puesto 89. Seguirán, aun así, lejos de sus mejores puestos, #12 y #3 respectivamente.
Termina por tanto un torneo desangelado para las tenistas Españolas, en el que el principal aliciente era la vuelta de Carla Suárez a las pistas. La canaria cayó a las primeras de cambio ante la japonesa Miyu Kato, número 201 del mundo y procedente de la fase previa. Mejor actuación firmó la castellonense Sara Sorribes, que se deshizo en primera ronda de la también española Silvia Soler, pero que perdió en el segundo partido ante la quinta favorita, la china Ying-Ying Duan. No consigue por tanto Sorribes firmar una actuación que le permita alcanzar el ansiado top 100, pues baja dos puestos de su mejor ranking para colocarse en el 105.
Imagen destacada: Ashleigh Barty posa con el título del Abierto de Malasia tras derrotar a Nao Hibino (Stanley Chou/Getty Images).
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