La elección de Sergio Llull como MVP de la pasada Copa del Rey generó una mini polémica entre los madridistas ya que había algunas personas que pensaban que pese a su exhibición en los últimos minutos de la semifinal y de la final, el verdadero MVP era Anthony Randolph.
Sin embargo, si este viernes había alguien que pensaba que Llull no se merecía este galardón las dudas se le borrarían al instante con el primer cuarto que el menorquín jugaría ante el Darussafaka y que permitiría a los blancos encarrilar un choque donde vencerían sin apuros (101-83) y cerrado por el propio Sergio Llull con un triple desde el centro del campo.
MVP, MVP
Tras un mes sin ver a sus jugadores, el Wizink recibió al Real Madrid como auténticos héroes. No era para menos, antes de iniciar el partido los hombres de Laso habían ofrecido a la afición la Copa conquistada en Vitoria.
El Madrid comenzaría más enchufado y con 4 puntos de Maciulis y 2 de Randolph conseguía su primera ventaja. El Madrid estaba jugando mucho mejor, una buena defensa y un ataque coordinado le permitía anotar con facilidad. Sin embargo, las cinco faltas que le fueron señaladas en los dos primeros minutos eran un peligro que podría permitir al Darussafaka mantenerse en el choque gracias a los tiros libres.
Pero antes que los de David Blatt pudieran siquiera pensar en aprovecharse del bonus el modo destructor de Sergio Llull se activaría.
Durante 1 minuto y 40 segundos Sergio Llull se transformó en un extraterrestre al que ni las máximas figuras de la NBA podrían haber superado. Cuatro triples sin fallo a cada cual más complicado hacían estallar un WiZink Center que alternaba el Llull, Llull, Llull con el “Era Campo Atrás”, un cántico creado contra los blancos que promete ser entonado en venganza por la afición madridista muchas veces durante los próximos partidos.
Pero Llull no acabaría ahí su exhibición. Tras fallar su siguiente triple (el único fallo del menorquín en este periodo), Llull volvería a entrar en ebullición para anotar dos estratosfericas bandejas y un nuevo triple que dejaban el partido encarrilado en apenas un cuarto (30-14). En total 19 puntos y 24 de valoración en apenas 10 minutos que demuestran por qué está en el TOP-3 (si no al frente) de los mejores jugadores de Europa.
El Madrid aguanta el arreón
Apenas duraría la alegría en el equipo tras el 0-5 de inicio de cuarto. Dos 2+1 consecutivos de Othello Hunter ampliaban aún más la ventaja del equipo blanco (36-19). Pero los parciales se alternaban y otro 0-6, esta vez de color turco obligaría a Laso a pedir tiempo muerto (36-25, min.13).
La ventaja aún más tras un 2+1 canasta de Bertans pero tras un intercambio de canastas un triple de Rudy volvería a disparar a los madridistas. En un abrir y cerrar de ojos, 4 puntos de Randolph, un triple de Carroll y otro más de Rudy colocaban a los blancos con casi 20 puntos de ventaja (51-32). Una distancia que sería de 16 al descanso (53-37).
Intercambio de parciales
Un triple de Randolph y una canasta de Llull colocaban 21 arriba a los blancos tras el intermedio pero el Darussafaka, lejos de rendirse, no tardaría en reaccionar.
Tras unos minutos de intercambio de golpes, cuatro triples consecutivos de los turcos reducían abruptamente la distancia de los 21 (67-46, min.25) a los 9 puntos(69-60, min.27). Sin embargo, al quinto lanzamiento llegaría el fallo y 4 puntos de Randolph y una canasta de Hunter volvían a dar un respiro a un equipo madridistas que ponía el +15 cuando el tercer cuarto tocó a su fin(75-60).
Llull cierra la fiesta
Este parcial de 6-0 sería un duro golpe para el Darussafaka, que empezaría un poco dormido el último periodo. De ello, se aprovechaba el equipo blanco que, con un parcial de salida de 6-1 volvía a ponerse 20 arriba.
Pero cuando parecía que ya estaba todo definido volvería a llegar la pájara blanca. Con muchos de sus jugadores con problemas de faltas, con muchos de los titulares descansando y con una amplia ventaja la defensa de los de Laso comenzó a relajarse y a punto estuvieron de pagarlo caro. Al igual que en el tercer cuarto los triples turcos comenzaron a entrar uno tras otro y en apenas 5 minutos la mitad de la ventaja blanca ya se había volatilizado (88-77).
El Darussafaka parecía dispuesto a meterse por fin en el partido pero al igual que le ocurriera en el segundo y en el tercer cuarto un triple destrozaría las esperanzas de los de Blatt. Trey Thompkins (que había entrado en la convocatoria en vez del ‘papá’ Reyes), tan acertado en ataque como despistado en defensa, era el encargado de convertir este lanzamiento y terminar de cerrar el partido pese a que los árbitros quisieran darle un poco más de vida un par de minutos después señalando una dudosa antideportiva a Llull(93-83, min.38).
Pero ya era demasiado tarde y una canasta de Ayón y un triple de Doncic servían como un preludio a la canasta del partido, un triple de Sergio Llull desde el medio del campo que servía como colofón a un choque que los blancos dominaron de principio a fin.
Ficha técnica
REAL MADRID 101 (30+23+22+26): Llull (26), Taylor (2), Maciulis (9), Randolph (13) y Ayón (2) -cinco inicial- Doncic (5), Rudy (6), Nocioni (0), Carroll (8), Thompkins (14), Hunter (14) y Draper (2).
DARUSSAFAKA DOGUS 83 (14+23+23+23): Wanamaker (15), D. Bertans (9), Clyburn (2), Harangody (7) y Zizic (11) – cinco inicial- Aldemir (0), Ulubay (-), Batuk (3), Anderson (18), Moerman (9), Savas (-) y Wilbekin (9).
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Foto destacada vía: Euroleague
