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¿All Star? No, gracias. Parte 2: el partido

¿Crees que el All Star es un evento serio a nivel baloncestístico?  ¿Eres de los que piensa que los jugadores dan su máximo nivel en la cancha representando a su conferencia? ¿Opinas que el partido de las estrellas es el mejor partido de baloncesto que se disputa cada año? Si es así  (y si no eres de esos, también) te invito a que leas estas líneas en las que intentaré mostrarte la realidad del “mejor partido del año”

Como ya expongo en mi primer artículo sobre este tema que podéis encontrar aquí, el All Star fue creado con el fin de reunir a los grandes jugadores de la mejor liga de baloncesto del mundo para crear dos equipos que “libra por libra” serían los mejores del globo en este deporte. Bien, hasta aquí el objetivo está siendo rigurosamente cumplido, solo hay que ver el último All Star y analizar los equipos pero, ¿es este el único fin con el que se creó el acontecimiento? La respuesta es un rotundo no. A la vista del nivel de los equipos y de los jugadores que los componen, cabría esperar un partido a la altura, una fiera pelea por llevarse la victoria, una lucha propia del nivel de los contendientes, en resumen, un verdadero espectáculo.

He de hacer un inciso en este punto ya que la RAE define un espectáculo como: “cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o nobles.” A priori el evento que nos ocupa se ajusta bastante a esta definición, ya que la naturaleza de las plantillas invita a soñar con un partido muy igualado, de defensa dura (a pesar de ser la carencia defensiva uno de los principales argumentos en contra de la NBA, por una vez no iba a morirse ningún jugador ¿no?), tiros imposibles y estrellas mostrando todo su nivel. ¿Quién se atrevería a perderse semejante acontecimiento?

También voy a llamar la atención sobre el nivel de publicidad y de “bombo” que se le da a este partido, ya que se anuncia desde el principio de la temporada y pareciera que los jugadores solo jueguen por y para llegar a ser nominados al All Star (aquí los periodistas tienen mucha influencia). De hecho se han añadido otros concursos (mates y triples principalmente, luego está el de habilidades que bueno… no le importa ni a los jugadores y es otro buen ejemplo de un “evento satélite” para darle más publicidad) además de partidos (el de rookies mayormente), solo con el fin de atraer más atención mediática hacia este fin de semana y por consiguiente al gran partido.

Así que tenemos los mejores jugadores de la mejor liga de baloncesto del mundo, jugando un mismo partido que ha sido anunciado de todas las maneras y en todos los medios habidos y por haber creando un nivel de expectativa brutal, así que en este escenario vamos a poner a nuestro sujeto X. Nuestro sujeto X es un fan del baloncesto que nunca ha visto un All Star y que, por hacerlo más real, se decide a ver el partido que tuvo lugar el 19 de Febrero (el último All Star), sacrificando las consiguientes horas de sueño (ya que, para más cercanía a la realidad, será español y la hora del encuentro era ni más ni menos que las 2 de la madrugada).  Así que se prepara un cola-cao calentito, se pone cómodo en su cama, abre el streaming por internet y se dispone ver el “mayor espectáculo baloncestístico del mundo”.

Los jugadores participantes son presentados de manera realmente asombrosa (subieron en plataformas del suelo entre con humo y demás parafernalia, si podéis verlo os lo recomiendo) y nuestro sujeto X está cada vez más emocionado, así que comienza el partido con el salto inicial entre LeBon James y Anthony Davis (saltó James porque los pívots en la conferencia Este son los padres) y después del primer cuarto en el que los jugadores ni corren, ni defienden, ni se esfuerzan piensa: “será que están fríos todavía”. Pero al ver que el segundo cuarto era igual o peor y que el tercer cuarto seguía en la misma línea se va a dormir decepcionado, cansado y enfadado porque al poner la alarma el móvil le ha saltado un aviso que decía que sonaría en cuatro horas.

¿De verdad hay alguien que sienta emoción por el All Star? ¿Dónde está el espectáculo en ver a Giannis Antetokounmpo (que mide 2.11 metros) haciendo un mate, mientras que Stephen Curry se tira al suelo? ¿Hay que hacer un partido especial para ver a Lebron James haciendo auto alley-opps sin defensa ninguna? ¿O para ver jugadores que promedian más de 25 puntos por partidos meter triples cuando tirando solos? Pero hablando en datos: en el partido hubo ocho tiros libres, entre los dos equipos (cuando lo normal es que un solo equipo tire aproximadamente 20 tiros libres por partido), pero lo más impactante es el resultado del partido (192-182), con victoria de la conferencia Oeste y solo viendo el resultado se pueden deducir muchas cosas pero voy a compararlo con un partido que haya tenido alta puntuación este año que no será otro que el Atlanta Hawks vs New York Knicks, que se decidió en cuatro prórrogas con un resultado de: 142-139, pues bien, para igualar el resultado del All Star tendrían que haberse dado una friolera de 9 prórrogas.

En fin, si tenías la intención de quedarte alguna vez a ver algún All Star te recomiendo encarecidamente que no lo hagas y aproveches tus horas de sueño ya que con ver algún resumen de los cientos de miles que hay al día siguiente basta y sobra. Así que me despido esperando que hayas disfrutado leyendo esta pequeña serie de artículos sobre el partido de las estrellas que he escrito y no sin antes recordarte que me puedes mandar un mensaje a mi Twitter que dejaré más abajo. ¡Hasta el próximo artículo!

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foto vía: www.nba.com

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