La sociedad avanza a pasos agigantados, pero mientras en algunos aspectos crece demasiado deprisa, en otros parece que se sigue quedando estancada. Es por ello que, a pesar de la evolución que han aportado las mujeres dentro del deporte, demostrando que su presencia es igual de meritoria que la de un hombre, tienen que estar expuestas a comentarios del tipo ‘tira como una chica’.
Sí, un comentario realizado en la retransmisión de un partido de la Copa del Rey de baloncesto en pleno siglo XXI y que ha dejado sin palabras a mucha de la gente que forma parte del mundo del deporte femenino de nuestro país. Un comentario machista y que ha tenido una respuesta más que correcta por parte de las jugadoras de Uni Ferrol, un equipo que estuvo presente en la Copa de la Reina, esa que pasa desapercibida en la mayoría de medios de nuestro país y que debería tener la misma repercusión que cualquier deporte masculino, porque recordemos que no hay deportes mayoritarios ni minoritarios, sino que todos deberían estar medidos dentro de la misma escala.
La reacción de las jugadoras del conjunto ferrolano demuestra mediante un vídeo cómo de bien tiran las chicas, con Patricia Cabrera al frente, quién el 28 de marzo del año 2015 consiguió batir el récord de triples anotados en un partido de la Liga Femenina “enchufando” 10 triples en la victoria de su entonces equipo SPAR Gran Canaria. La canaria aparece en el vídeo, que se mostrará a continuación, animada por sus compañeras de equipo para anotar un total de 30 triples de 32 intentos y retar así al comunicador a ver si como hombre es capaz de tirar tan bien como lo hace ella.
Y es que, en una sociedad deportista como la española donde la mayoría de medallas llegan por parte de las mujeres, como se ha podido comprobar tanto en los Juegos Olímpicos de Londres como en los de Río de Janeiro y donde podemos presumir de tener deportistas del calibre de Mireia Belmonte, Carolina Marín, Ruth Beitia, Maialen Chourraut, Gemma Mengual, Lidia Valentín, Teresa Perales, Eva Calvo, Marina Alabau, Sarai Gascón, Ona Carbonell, las jugadoras de la Selección Femenina de Baloncesto, Balonmano, Waterpolo, Hochey, Rugby, Futbol y las chicas de Gimnasia Rítmica que dedican todo su tiempo a perseguir ese sueño que llevan buscando desde pequeñas, a enseñar a todos los aficionados al deporte de lo que son capaces de hacer las mujeres y ser modelos a seguir del futuro que llega dentro del deporte nacional, pero que, por desgracias, siguen expuestas a menosprecios y comentarios muchas veces sin sentido.
Porque tirar, jugar, rebotear, defender o asistir como una mujer es algo de lo que se debería estar orgulloso, con una competición española que cada vez da más alegrías a los aficionados del baloncesto y que animo a todo la gente a pasarse por algún pabellón donde se esté disputando un partido de baloncesto femenino y disfrutar de la técnica y magia que demuestran estas jugadoras y que se refleja ya en muchos pabellones como los 3000 espectadores que llenan Würzburg cada jornada, el “llenazo” que realizó Fontajau en la Copa de la Reina o que se unan a las incansables aficiones de equipos como Araski, Promete, Gernika y muchas más que dan todo por disfrutar de este deporte.
Porque yo, al igual que los que ya nos divertimos con este deporte, me quedo con la magia de jugadoras como Leonor Rodríguez, Rosó Buch, Silvia Domínguez o Ana Suárez; los triples de Patricia Cabrera, María Asurmendi, Cristina Hurtado o Andrea Malanda; los inquebrantables tiros dentro de la zona de Tamara Abalde, María Pina, Laura Herrera u Olatz Pino; las asistencias de Paula Estebas, Gaby Ocete, Beatríz Sánchez, Aina Ayuso o Belén Mejías, las defensas de Laura Gil, Tania Pérez, Marina Delgado o Alba Prieto y los rebotes de Silvia Serrat, Elena Soriano o María Araújo. Porque todas ellas, y muchas más, nos permiten presumir de cómo juegan las mujeres y representar unos valores de sacrificio, perseverancia y humildad dignos de admirar.
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Si la cosa está en menospreciar a la mujer, comparándola con la fuerza física masculina, comparación en la que casi siempre tiene las de perder. Menos fuerza física no implica que no puedan realizar deporte de calidad. Tiras como una chica o corres como una chica tiene un componente despectivo muy difícil de revertir en esta sociedad compleja y patriarcal en la que vivimos, porque significa que es mediocre, que no tiene nivel. Es una falta de respeto para la mujer y para la evolución del ser humano.