Ya ha llovido desde aquel 31 de enero de 2016. Una fecha que marcó desde entonces hasta ahora, un serio problema del Real Sporting de Gijón: las victorias fuera de casa.
Aquel día, 45000 personas presenciaron en Mestalla la victoria del Sporting sobre el Valencia por 0-1, obra de Tony Sanabria (actual jugador en el Real Betis). Así, los asturianos se llevaban sus correspondientes tres puntos por la victoria en esa 22ª jornada de la por entonces aún determinada Liga BBVA de la temporada 2015/16; pero, lo que ellos no sabían, es que tras ello, iban a estar concretamente un año y doce días sin conseguir derrotar a ningún equipo fuera del Molinón.
Un año y doce días. 377 días. Que es mucho. Pues esa cantidad de días después, el Sporting ganaba como visitante. Ya era hora de romper la mala racha, y qué partido mejor que ése para hacerlo. Con esta victoria, puede que empiece una buena racha, que es lo que se espera de parte de todos los aficionados al Sporting, pero eso depende de los jugadores, y de los técnicos.
En general, una victoria un tanto esperada por este motivo, pero ahora vienen más incógnitas: ¿Seguirá el Sporting consiguiendo victorias fuera de casa? O por el contrario, ¿comenzará otra mala racha de victorias fuera de casa? ¿Y si ahora la mala racha comienza en El Molinón?
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Burgui, vuelta a la cima
Jorge Franco, ‘Burgui‘ (o como le llaman algunos en Gijón, ‘Pata Negra‘) saltó al terreno de juego en el minuto 58 para participar en los dos goles de su equipo, ya que ocho minutos después, asistir en un saque de esquina con un pase largo raso a Canella, que estaba esperándolo en la frontal del área del Leganés sin ningún tipo de cobertura, para que éste disparara a puerta al primer toque con un poco de ayuda del guardameta pepinero, Iago Herrerín, que parecía poder atajar el disparo pero se le escapó el esférico por debajo suyo.
Ya en el minuto 82, el ‘superratón’ Carlos Castro aprovechaba un despeje de cabeza del central Amorebieta para tocar ligeramente la pelota y darle así un pase al hueco a Burgui, que se iba de Unai Bustinza, con un carrerón por la banda izquierda (le favoreció un resbalón del lateral vasco del Leganés) para finalizar por el palo largo superando a Herrerín.
El extremeño llevaba una mala racha en sus últimos partidos disputados, ya que en pocos había gozado de minutos y en aún menos encuentros había sido titular, por lo que celebró el gol con rabia y, además, después del partido se puso a llorar -consolado por sus compañeros de equipo- de la alegría.
Fuente imagen destacada: laliga.es
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