Crónica

Gol, como se te echa de menos

El Málaga del “gato” Romero sigue su aciago caminar con muchas supuestas sensaciones que al final se acaban traduciendo en poquísimos puntos. Al Espanyol le bastó un regalo de su ex-portero Kameni para llevarse de La Rosaleda un partido en el que pudo echarse la siesta antes de la sobremesa mientras un negado Málaga se daba cabezazos continuos contra la misma pared.

Son curiosas las paradojas que a veces tiene el fútbol. Hace justo una vuelta estábamos hablando de un partido igualado y disputado entre Espanyol y Málaga en el que ambos equipos, con prometedores proyectos a la par a principios de curso, tenían muchas alternativas que ofrecer en el juego de ataque mientras que palidecían en el aspecto defensivo, de ahí el empate a dos goles que hubo en aquel partido en Cornellà-El Prat.

Hoy, en el reencuentro de ambos equipos en La Rosaleda, uno de ellos parece haber sabido paliar esas carencias defensivas mientras ha mantenido sus bazas en ataque. El otro parece que, aunque más tarde y a base de refuerzos invernales, también ha olvidado los fallos defensivos, pero a la par parece estar poco a poco involucionando a lo que temporadas atrás era justamente este equipo, cuando más solidez atrás tenía, pero también mayor inoperancia arriba. Y para más inri, la ruleta rusa que es Kameni nunca parece que vaya a cambiar. Bienvenidos al Málaga del “gato” Romero, que se ha empeñado en traernos de vuelta sensaciones cuasi idénticas y que parecían ya olvidadas del Málaga de Javi Gracia, cuando el uruguayo cumplía la función de segundo entrenador.

Gato Romero. Foto el Desmarque

Si hay algo que ha quedado patente y evidente en los últimos cuatro partidos, es que el Málaga tiene una “Sandrodependencia” bastante clara y aguda. El punta canario, máximo realizador malaguista con siete goles en Liga y dos en Copa, lleva lesionado desde el segundo partido de Marcelo Romero en el banquillo, el disputado en La Rosaleda con la Real Sociedad. Desde entonces, el Málaga ha anotado un gol en el Santiago Bernabéu marcado por Juanpi y donde igualmente se perdió, y luego otro en El Sadar anotado por Camacho que sirvió para empatar un partido que se pudo haber ganado de no haber errado un penalti. En La Rosaleda en cambio se ha perdido todos los partidos y no se ha celebrado gol malaguista alguno.

Demichelis. Foto el Desmarque

Son datos estos especialmente significativos para un equipo que por fin respira tranquilidad en la retaguardia con la pareja de centrales conformada por Demichelis y Luis Hernández, pero que por contra está padeciendo el hecho de que las actuales referencias ofensivas como son Charles, que regresó de lesión la jornada pasada y hoy salió en la segunda parte, y sobre todo Michael Santos que es quien ostenta la titularidad, fallen ocasiones una tras otra al encarar la meta contraria. Los dos carecen además de competencia alguna actualmente, pues todavía hay que esperar algunas semanas para que pueda volver Sandro de su lesión, el joven En-Nesyri acaba de terminar su participación en la Copa África y Peñaranda parece seguir en la misma baja forma que ya traía desde que se le fichó. En los primeros 15 minutos se contaron tres ocasiones claras del Málaga, dos de ellas del propio Michael Santos y otra de Juanpi, con el equipo malaguista inquietando al Espanyol a través de internadas con peligro en el área.

 

Pero el equipo que se adelantó en el marcador fue el visitante, como viene siendo tristemente habitual esta temporada para los aficionados malaguistas que se dan cita en La Rosaleda. Piatti se sacó de la manga un trallazo desde treinta metros que botó delante de la portería de Kameni, sorprendiéndole, y suponiendo el primer y único tanto del partido. Sí, perfectamente puede remarcarse la espectacularidad de dicho gol, pero no quita ello el hecho de que el propio Kameni podría haber hecho mucho más para interceptar tal disparo. No está siendo desde luego la mejor temporada para el meta camerunés, especialmente desde la polémica surgida en el mes de diciembre con el ucraniano Boyko que fue uno de los desencadenantes de la salida de Juande Ramos.

El “déjà-vu” de tener que volver a remontar otro partido que se complicaba desde el principio volvía a asomarse por el feudo malaguista, que ya ha visto esta misma película muchas veces durante esta temporada. Con Juande Ramos normalmente este filme tenía final feliz. Pero el cambio de gato por liebre que se ha hecho en el banquillo malaguista no parece tener efecto en dicho golpe de fortuna, nunca mejor dicho esto último porque como luego manifestó Marcelo Romero en rueda de prensa, la fortuna le fue totalmente esquiva al Málaga que lo intentó en todo el partido y especialmente en la segunda parte. El Espanyol tuvo algunos tímidos acercamientos y optó más por frenar el ritmo del partido con varias interrupciones del mismo, llegándose así al descanso.

Foto Eldesmarque

Estaba visto que el muro de la defensa del Espanyol y Diego López, bastante solventes y encajando muy pocos goles desde hace unas cuantas jornadas, iba a suponer un hándicap para el Málaga si quería remontar el resultado. Lo cierto es que la tónica de la segunda parte fue mucho más acrecentada para los intereses malaguistas que en la primera si cabe, con un Espanyol totalmente a la retaguardia mientras que el Málaga lo intentaba una y otra vez con faltas y balones colgados por Chory Castro y Ontiveros, y algún que otro acercamiento de un Juanpi que sigue sin aportar lo que se espera del venezolano y pecó de intentar zafarse de demasiados jugadores de un Espanyol que aguardaba atrás con seguridad.

Quizás el partido para el Málaga estaba propicio para haber metido a dos puntas que pudieran aprovechar mejor las ocasiones, pero lo cierto es que el gato Romero buscó sustituir a un peleón pero muy fallón Michael Santos, posiblemente arrastrando todavía la rémora del anterior partido en Pamplona por fallar un lanzamiento desde los once metros, por Charles, la única alternativa posible hoy por hoy en la delantera y que no ha podido jugar prácticamente en toda la temporada por lesión. Apenas cinco minutos después, el técnico uruguayo buscó también mayor incisión por las bandas cambiando a Chory Castro por un Keko que, al igual que Charles, volvió la pasada jornada tras estar casi toda la temporada en blanco por lesión. Entre medias, el Espanyol había hecho su primer cambio sustituyendo a Hernán Pérez por Marc Roca.

Avanzaba la segunda parte y el Málaga seguía asaltando la meta espanyolista sin éxito. Los saques de esquina se sucedían sin cesar, llegándose a acumular un total de 17 para los malaguistas, y siendo Camacho el que más insistía en ellos como viene siendo habitual en él. El Espanyol, ya fuese a través de Diego López o de sus centrales Diego Reyes y David López (curioso tándem de portero y centrales el que tiene este equipo, con nombres y apellidos bastante similares entre ellos), repelía todo lo que le llegaba y más. Por parte del Espanyol, Aaron Martin intentó adentrarse en los dominios malaguistas pero un seguro Luis Hernández se lo impidió. Para desatascar la situación, el gato Romero tenía como alternativas calentando en la banda al recién fichado Jose Rodríguez y a un Jony que ni jugaba con Juande ni parece que vaya a hacer lo mismo con Marcelo, porque el que salió fue un Duda que había estado calentando mucho menos, en lugar de un Ontiveros que no había tenido oportunidad de brillar como otras veces.

Lo cierto es que Duda no solucionó prácticamente ninguna papeleta. Las ocasiones del Málaga seguían llegando por intentos de Juanpi, combinaciones de Pablo Fornals con Keko, estando este último especialmente activo por el flanco derecho, y sobre todo, mucho balón parado en forma de lanzamientos de falta y saques de esquina que no culminaban como al equipo malaguista le habría gustado. El Espanyol sacó del campo a un Reyes, que desde luego no tiene demasiados amigos en La Rosaleda, por un Caicedo que, por el recibimiento que tuvo, nadie diría desde luego que llegó a jugar en ella. La afición tenía claramente otro tipo de cosas más preocupantes en las que pensar, especialmente viendo que con el paso de los minutos el Málaga se seguía estrellando una y otra vez con el mismo muro y cada vez quedaba menos para por lo menos intentar arañar un punto de los tres que irremediablemente se iban a escapar.

Duda sacando de esquina. Foto El desmarque

En los diez últimos minutos, Charles se erigió como la mayor amenaza para la meta de Diego López. Primero lo intentó con un centro atrás de Fornals que fue mal rematado por el brasileño, saliendo muy desviado. Luego se fabricó una chilena que esa sí, estuvo a punto de entrar de no ser porque lo impidió el portero espanyolista con una estirada. Antes del descuento tuvo otro amago de ocasión más que esta vez le fue arrebatado por David López. Y en el descuento, Diego López le sacó a Charles el enésimo intento de gol que, para colmo, había sido invalidado por un fuera de juego que no era. No era el día para que la pelota entrase desde luego, y no quiere uno llegar a imaginarse el caso de que esa ocasión hubiese llegado a entrar y hubiese sido mal anulada, teniendo en cuenta las malas decisiones arbitrales que venía arrastrando el equipo malaguista en sus últimas dos salidas.

Un cambio en el Espanyol de Jurado por Óscar Duarte, una pérdida de tiempo de Diego López que le costó una amonestación, y más acercamientos del Málaga que lo siguió intentando hasta el final, fueron el epílogo a una mañana de fútbol en La Rosaleda que dejó varias muestras significativas. El Espanyol ganó con lo mínimo y con la fortuna de su lado, además de su buena labor atrás, continuando su racha de victorias que ya le sitúan muy cerca de los puestos europeos.

El Málaga por contra sigue en caída libre con el gato Romero, acumula ya ocho jornadas sin ganar, además del desastre copero de por medio y la abrupta salida de Juande Ramos del club. Tiene cada vez más lejos lo que a principios de temporada el técnico manchego promulgaba como un objetivo y que ahora ha quedado reducido a una  agonía en tierra de nadie, teniendo en cuenta además que de momento los equipos de abajo no parece que vayan a inquietar demasiado tampoco.

Afición malaguista: Foto Eldesmarque

O cambian mucho las cosas o la segunda vuelta se va a hacer demasiado larga a una afición malaguista que últimamente sólo recibe supuestas sensaciones, excusas de buen juego y victorias morales contra equipos supuestamente superiores, pero puntos, resultados, y sobre todo goles, que es lo que realmente se necesita en el fútbol, la verdad es que no está viendo demasiados en estos últimos dos meses.

Gol, vuelve pronto, por favor. Los malaguistas lo echan mucho de menos.

Ficha técnica

Málaga C.F.: Kameni, Rosales, Luis Hernández, Demichelis, Juankar, Camacho, Pablo Fornals, Ontiveros (Duda, m. 71), Juanpi, Chory Castro (Keko, m. 65) y Michael Santos (Charles, m. 59).

R.C.D. Espanyol: Diego Lopez, Aarón Martín, Diego Reyes, David López, Marc Navarro, Jurado (Òscar Duarte, m. 89), Javi Fuego, Piatti, Reyes (Caicedo, m. 73), Hernán Pérez (Marc Roca, m. 60) y Gerard Moreno.

Goles: 0-1: Piatti (m. 17).

Árbitro: Ocon Arraiz del colegio vasco. Amonestó con tarjeta amarilla al malaguista Demichelis (m. 40) y a los espanyolistas Hernán Pérez (m. 32), Piatti (m. 51), Marc Roca (m. 70) y Diego López (m. 88).

Incidencias: Partido de la jornada 21 de la Liga Santander de Primera División celebrado en el estadio La Rosaleda con una asistencia de 21.546 espectadores.

Foto Destacada: El desmarque.

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