Análisis Balonmano Opinión

Les Invincibles joueurs de la France

Finalizado el 25º Campeonato del Mundo de Balonmano, y tras la incontestable victoria de Francia, llega el momento de hacer cábalas de cara al futuro que les espera a Les Experts, un futuro con algunas incógnitas, sobre todo en lo referente a la continuidad de algunos jugadores claves en la escuadra de Didier Dinart y Guillaume Gille.

No cabe duda que Francia ha sido un referente en el balonmano de la última década. Han dominado, prácticamente, en los últimos 16 años, consiguiendo los más altos honores tanto en JJOO como en mundiales o europeos y su juego ha sido admirado en todos los continentes. Desde 2001, una pléyade de excepcionales jugadores han ido creciendo de la mano de Daniel Constantini y Claude Onesta hasta llegar a nuestros días al lado de Dinart y Gille, y donde el paso del tiempo les ha dotado de una casi invulnerabilidad. Enfrentarse a Les Experts produce un estado de agitación fuera de lo normal para el resto de selecciones que, de partida, ya cuentan con un alto porcentaje de caer presas de sus acometidas.

Pero como todo en esta vida, el tiempo pasa inexorablemente y muchos de aquellos jugadores que levantaron el trofeo de campeones del mundo en el Omnisport de ParisBercy en 2001, han llegado a la frontera de la retirada de la selección aunque, posiblemente, así no sea en sus respectivos clubes. Y hablamos de Thierry Omeyer (2-11-1976), Daniel Narcisse (16-12-1979), Michaël Guigou (28-1-1982), jugadores claves en el devenir de la selección gala a lo largo de estos 16 años. Bien es cierto que tras el pasado mundial, Didier Dinart se pronunció a favor de la continuidad de todos ellos, pero ya quedó meridianamente claro que, sin ir más lejos, Titi Omeyer está en decadencia, cuando menos para ser el portero titular de Les Bleus. No así Daniel Narcisse y Michaël Guigou cuyo estado físico sigue siendo excepcional y parece que no pasan los años por ellos. Pero, como digo, Francia necesita savia nueva, que la tiene y mucha, para seguir en la cima del balonmano internacional. Así como llegó la hora del gran Jackson Richardson, de Stéphane Stoecklin o de Bertrand Gille, también les toca a los antes citados, para dar paso a las nuevas figuras que, sin duda, seguirán la estela de estos excepcionales jugadores.

¡Campeones! – Fotografía: IHF

Tras los veteranos que hemos comentado, hay un grupo de jugadores que pasan de la treintena como son Luc Abalo (6-9-1984), Cyril Dumoulin (2-2-1984), Samuel Honrubia (5-7-1986), Vincent Gérard (16-12-1986), Guy Olivier Nyokas (28-6-1986), Cédric Sorhaindo (7-6-1984) o el mismísimo Nikola Karabatic (11-4-1984). Entre estos, destaca la “poca” participación de Luc Abalo; el espectacular jugador del Paris Saint Germain Handball no ha contado con la confianza, que se presuponía, de su antiguo compañero y amigo Dinart. Igualmente, el explosivo portento físico de Nyokas tampoco ha tenido demasiadas opciones. Llegaba como segundo de Guigou, pero ese puesto muy pronto lo adquirió, y con galones, Kentin Mahé. De Cédric Sorhaindo se puede esperar una continuidad, aunque ha perdido algo de protagonismo con la aparición de Ludovic Fábregas, si bien es cierto que la experiencia del barcelonista se hace necesaria en la escuadra gala. La “sorpresa” ha partido del guardameta Vincent Gérard. El portero del Montpellier ha sido toda una confirmación, hasta el punto de ser elegido para el All Star Team del campeonato. Cyril Dumoulin y Samuel Honrubia no entraron en la convocatoria final, pero tienen opciones para el futuro.

Campeones del Mundo – Fotografía: IHF

En cuanto a la savia nueva, a esa magnífica sucesión, en muchos casos ya confirmada, podemos destacar a un Ludovic Fábregas (1-7-1996) que, con apenas 21 años, ha realizado un campeonato excepcional y su futuro es brillante. Thimotey N’Guesan (18-9-1992), el jugador del FC Barcelona ha sido el sustituto natural de Nikola Karabatic. Su fuerza y potencia de lanzamiento se antojan importantes para los de Dinart. Kentin Mahé (22-5-1991), el jugador universal que lo hace bien donde lo coloquen, si bien ha sido el extremo izquierdo su hábitat natural. Valentin Porte (7-9-1990), el zurdo de oro capaz de resolver tanto del extremo como del lateral. Ha sido el “grano” que le ha salido a Abalo en su posición natural. Nedim Remili (18-7-1995), elegido mejor lateral derecho del torneo, un zurdo brillante, goleador y con mucho que recorrer. El “hermanísimo” Luka Karabatic (19-4-1988), un defensor aguerrido al más puro estilo de su mentor Didier Dinart. No ha podido ofrecer su mejor versión en la segunda fase, víctima de una lesión ligamentosa. Adrien Dipanda (3-5-1988), gran defensor y con interesantes fundamentos ofensivos, habitante del lateral derecho junto a Porte y Remili.

Y no debemos olvidar a jugadores con poca participación como el caso de Dika Mem (31-8-1997), llamado a filas ante la lesión de Luka Karabatic y que en los pocos minutos que disputado, ha dejado retazos de la calidad que atesora. O de William Accambray (8-4-1988) que no ha sido tenido demasiado en cuenta por el cuerpo técnico y su participación ha quedado como testimonial, aunque se trata de un jugador interesante como lo ha demostrado en todas sus actuaciones (88) con la elástica francesa. Benoît Kounkoud (19-2-1997) el jugador del PSG tiene un gran futuro y puede ser una de las piezas claves en el futuro inmediato. Xavier Barachet (19-11-1988), un “veterano” de la selección que, tras muchas convocatorias, no ha entrado en la misma debido a una lesión, pero que seguirá estando presente en futuras listas. Y no podemos olvidar al hijo del más grande, a Melvyn Richardson (30-1-1997). El ya jugador del Montpellier ha sido un fijo de la selección junior con la que ha conquistado el Campeonato de Europa en 2014 y el del mundo en 2015 siendo elegido, en el primero, como mejor lateral derecho, y en el segundo como mejor jugador del torneo. Un jugador zurdo, antítesis de su padre en lo que a lateralidad se refiere, pero con unos conceptos aprendidos de su tutor que le hacen ser una de las grandes futuras figuras del balonmano internacional.

El apoyo de la familia es importante – Fotografía: IHF

En resumen, no parece que Francia vaya a perder un ápice de esa enorme calidad que atesora. Mimbres los tiene y a buen seguro que los va a explotar al máximo. Creo, humildemente, que Les Experts (anteriormente Les Barjots y Les Costauds), tendrán que evolucionar hacia otro calificativo tipo, Les Invincibles o algo similar, ya que entiendo van a seguir dándonos días de gloria. Una cantera inagotable, de grandes talentos forjados gracias a una organización e infraestructura por parte de la Federación francesa francamente incomparable y de la que todos deberíamos hacernos eco e implementarla en nuestras respectivas parcelas.

Hoy por hoy, guste o no, el balonmano se escribe con tinta azul y roja, las de la bandera francesa. Larga vida a nuestro deporte y ¡allez les bleus!

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