Análisis Balonmano Psicología Deportiva

Identificando al enemigo

Seguramente que a todos nos ha tocado escuchar o decir tras un partido clásicos como: “no nos han dejado jugar”, “el árbitro no nos ha dejado ganar”, “ese jugador hace el partido de su vida siempre contra nosotros”, “no sabemos jugar en esa pista”, “con ese balón no se podía jugar”, “con ese público no se puede” …A veces, como espectador, jugador, entrenador o directivo, identificamos muy fácil al enemigo, le señalamos con el dedo acusador, y le echamos la culpa de los errores y derrotas. Con ello, logramos quitarnos la pesada losa de la responsabilidad, pero otra más pesada llegará seguro, el tropiezo en la misma piedra.

En base, es muy normal cometer errores, son parte fundamental del aprendizaje, pero es tremendamente irresponsable señalar fantasmas ajenos al jugador o al equipo, para irnos satisfechos del trabajo realizado, no viendo más allá de los “enemigos” que no nos han dejado ganar.

Trabajando en base, con niños, es fundamental en el entrenador enseñar a distinguir entre los aspectos donde puedes influir o no como entrenador. ¿puedo influir sobre la grada o el comportamiento del árbitro? Seguramente poco. No merece gastar tiempo ni energías en ello. ¿puedo influir en la técnica de mi armado de brazo o ciclo de pasos? Seguramente que si mis esfuerzos van dirigidos a ello, consiga mucho más rendimiento y satisfacción.

Como entrenador de base, he tenido que pitar cantidad de partidos de niños. He sido y soy, tremendamente odiado por padres del club. “buff, nos pita este, buena la tenemos!” Me identifican con el “enemigo”, ese ente ante el que poco se puede influenciar, que nos pita todo y al rival no. He de reconocer que a veces me paso, pero para mí es imposible no pitar enseñando, y dejar hacer pasos o agarrones, cuando entrenamos para no hacerlo. Identifico el partido como parte del aprendizaje, un entrenamiento más, aunque con el plus competitivo, el cual también hay que aprender.

El resultado en base, es la consecuencia de un trabajo, y no solo es ganar o perder. Hay victorias que no sirven para nada, y derrotas que valen y sirven muchísimo. Todo depende de la evolución, esfuerzo, ilusión, aprendizaje… Esto es lo que realmente cuenta y hace poso!

Las consecuencias son claras: estancamiento como jugador@ de quien ve al árbitro como responsable de sus errores, y evolución sin límites de quien ve en suyos los errores, y se esfuerza día a día para resolverlos, entrenando duro y con ilusión.

Pero, ¿Quién es el verdadero enemigo? Muy sencillo, ese que está dentro de nosotros, ese que está en nuestra cabeza.

Juan Antonio García Herrero, en su fantástico libro “¿Somos un equipo?” habla sobre un relato, en el cual un anciano le comenta a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de cada persona: “Hijo mí, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros. Uno es malvado, es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo y ego. El otro es bueno, es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe”.

El nieto lo meditó por un minuto luego le preguntó al abuelo: “¿Qué lobo gana?”
La respuesta del anciano fue: ”Aquel al que tu alimentes”

Seamos conscientes a que lobo alimentamos, para saber hacia dónde nos dirigimos y, más importante, donde dirigimos a nuestro equipo.

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