Análisis NFL

La defensa de los Patriots también gana partidos y New England regresa a la Super Bowl

Otra vez, y será la séptima en éste siglo XXI. Sólo dos años después que pisaron una Super Bowl, los New England Patriots se definieron como campeones de la AFC en esta temporada NFL para sumar su décimo título de conferencia. Todo obra y arte de Tom Brady y de Bill Belichik y sus equipos de jugadores sin “nombre” y que ninguna otra franquicia quiere. Pues aquí están los de Boston, haciendo historia y erigiéndose como una dinastía que aún no se sabe cuándo acabará.

Enfrentaron a unos siempre peligrosos Pittsburgh Steelers que llegaban con todo (Le’Veon Bell, Roethlisberger y Antonio Brown), pero que demostraron que si una de las piezas falla, todo se derrumba. Sucumbieron por un contundente 17-36 sin poder contar con su running back estrella que se tuvo que marchar por lesión en el abductor en el segundo cuarto. Sin Bell, como demostraron en la regular season, los de Pensilvania no tenían forma de plantar cara al rival, y, si encima al otro lado del campo tienen a los de Massachusetts, sucede lo que ha sucedido: repaso y monólogo de los Patriots.

La franquicia que dirige Belichik dominó todos los aspectos del juego: juego aéreo sin lugar a dudas con Brady de comandante (32/42 para 384 yardas y 3 TDs, mejorando su marca con 11 partidos de playoffs superando las 300 yardas, y alcanzando su séptima Super Bowl, récord histórico para un jugador de la NFL), carreras de Blount (no gran cantidad debido a la, eso sí, buena defensa de los Steelers frente al juego terrestre), equipos especiales (tres field goals de Gostkowski, siempre fiable) y una defensa rocosa que ninguna franquicia querría pero que en la presente temporada casi siempre ha salid ganando. Una defensa capaz de secar en la redzone al rival permitiendo solo dos anotaciones de 6 puntos.

La defensiva dirigida por Matt Patricia cobró el protagonismo anulando por completo las jugadas de carrera del pequeño rato que jugó Bell (20) y de su sustituto DeAngelo Williams (34 y 1 TD de 5 yardas), y realizando una casi perfecta cobertura en zona que fue una pesadilla para los receptores, incomodándolos y estando siempre encima de ellos. Y para “Big Ben”, quien no consiguió que Antonio Brown destacase como casi siempre lo hace (77 yardas en únicamente 7 capturas), ni tampoco el resto del cuerpo de receptores (Rogers, Jesse James y compañía hicieron a su quarterback sumar 314 yardas, pero la endzone no son lo suyo). Solo se iluminó la cara de los aficionados de Pittsburgh con el touchdown de 30 yardas de Cobi Hamilton, pero ya con el partido definido y para maquillar el marcador en el último cuarto.

Como contrapartida, los receptores de los Patriots siempre sorprenden y todos los años demuestran la explosividad de algunos de sus WRs repescados. Esta temporada ha sido el caso de Chris Hogan: ignorado en Buffalo Bills, fichó por los de New England y tras una magnífica temporada regular ha brillado en la final de conferencia con hasta 180 yardas en 9 recepciones, anotando además 2 touchdowns. Incluso fue protagonista de una de las jugadas de partido: balón a Dion Lewis, pitch para que Brady retome el balón y touchdown de 34 yardas que puso el 17-6 en la segunda mitad.

Pero hay más. Brady no iba a dejar a Hogan solo y Julian Edelman también tuvo una actuación ejemplar: 118 yardas y 1 TD. Para el quarterback no supuso ningún inconveniente la afluencia de la débil secundaria rival en cobertura, y no estaba siendo molestado apenas por la línea defensiva de los Steelers. Esto hizo olvidar y despejar las dudas que surgieron a los Patriots en el encuentro ante Houston, ahora este su próximo destino para disputar la novena Super Bowl de la franquicia, y llevando a Belichik a su séptima final, el máximo histórico para un head coach. Récord tras récord.

Ni Roger Godell impidiendo a Brady jugar los primeros cuatro partidos (el equipo logró sobrevivir con un 3-1 y desde entonces solo han perdido ante Seattle: récord de 16-2), ni tener una defensa nada destacable, ni el flojísimo encuentro disputado en la ronda divisional frente a Houston Texans, ni tener a los Steelers como rival en la final de la Conferencia Americana, el equipo que más trofeos Vince Lombardi ostenta (6) y que más finales de la AFC ha jugado (16), han impedido que los de Boston regreseran a la Super Bowl dos años después. A nadie le gusta, pero los New England Patriots son una dinastía aún con vida, un equipo totalmente ganador que peleará en el NRG Stadium por su quinto título que lo proclamaría como nuevo campeón de la NFL.

(Imagen destacada: PATRIOTS.com)

Víctor Calle
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