El Real Madrid ha derrotado al Málaga por 2-1 con goles de Sergio Ramos y Juanpi, en un partido en el que el miedo escénico estuvo presente durante buena parte de este.
En una abrumadora semana en la que los cipreses habían empezado a crecer al lado del Santiago Bernabéu después de dos derrotas inconcebibles, el Real Madrid llegaba a su casa para verse las caras ante el equipo de la zona más agradable del país.
La niebla de estos siete días, los malos augurios y la mala fortuna fueron solventados de manera efectiva en una tarde futbolística en la que todo quedaría apartado en un lado gracias a una victoria muy necesitada. Con una sustitución muy clara en la banda derecha dejando en el banco a Danilo, accedía al once un Nacho que tendría una repercusión brutal durante gran parte del encuentro. Junto a él, Karim acompañó a Lucas y a Cristiano en la zona más avanzada del terreno de juego, pese a su rendimiento criticado el pasado miércoles.
Por su parte, el conjunto malagueño salía con sus mejores armas al lugar del que la temporada pasada se llevó un punto. Camacho, Peñaranda, Recio, Rosales y demás componentes de la plantilla que el ‘Gato‘ Romero ha decidido dirigir durante las pasadas semanas, saltaron al terreno de juego para pelear cada balón.
La consigna quedó clara desde el primer momento. Los blancos llevaron la posesión del balón de manera adecuada, no permitiendo al Málaga que entrase en la disputa de esta. Nacho se ciñó al flanco derecho, colocándose en la zona más retrasada de este, sin embargo, Marcelo decidió seguir con su manera habitual de colaborar en la ofensiva madridista y atacó durante el tiempo que pudo. Junto a ellos, las imprecisiones de Ronaldo y las intervenciones del guardameta Kameni, hicieron de los primeros instantes un momento de tensión creciente para los andaluces.
Muy a pesar de ello y de que el arquero malacitano pudiese evitar el primer tanto en un uno contra uno ante el séptimo vikingo, el conjunto de Zidane cayó en picado durante unos instantes en los que se respiró la tensión en el templo de la capital. El ‘Chory‘ Castro avisó por partida doble con dos disparos muy medidos que llegaron a encontrarse con el palo, dando así paso a que Pablo Fornals se sumase a la fiesta y metiese el miedo en el cuerpo a la afición local. El runrún sonaba en el Bernabéu en unos minutos de la desesperación que vendrían seguidos de los de la gloria y el dominio.
Fue en el minuto 24 cuando Lucas Vázquez, que había sido uno de los más destacados durante los primeros compases, avisó seriamente poniendo en apuros nuevamente a la defensa visitante. A la par de ello, Marcelo caería lesionado, hecho que provocaría la entrada al césped de Isco, exmalguista que accedía para dar más consistencia a un centro del campo dominado por Kroos y poco influenciado por un impreciso Modric. La salida del brasileño entre lágrimas hizo creer al público que muy probablemente se volverían a vivir los momentos de los partidos anteriores, sin embargo, la recomposición táctica que mandó al lateral izquierdo a Nacho y al derecho a Vázquez, ayudó a que el bloque saliese adelante.
Tratando de controlar como bien podían a un rival que proliferaba de forma notoria por banda gracias a las carreras de sus interiores en compañía de Peñaranda, los vikingos gozaron de la oportunidad del encuentro. Es el minuto 35 y, desde la esquina derecha, es botado un saque de esquina que termina en la cabeza de aquel que siempre está presente, del señor de la cabeza; acaba en la testa de Sergio Ramos, que coloca el 1-0 y hace estallar a la afición. El miedo se esfuma entonces.
Acto seguido, casi sin que dé tiempo a respirar, sin que ninguno de los hombres del sur de España sean capaces de reaccionar, Kroos pone en las botas del camero el segundo. La defensa contraria lanza un fuera de juego que no sirve en absoluto para controlar los movimientos del bigoleador, que, aprovechando el bote del esférico, remata con la planta de la bota la que sería la ventaja definitiva. Gol psicológico como pocos, gol muy importante, y, sobre todo, gol de goles que servía para calmar a todo aquel que tuviese dudas del equipo en el día de hoy.
Nada de ello frenó al once merengue, que, antes de que colapsase la primera mitad probó suerte y buscó sentenciar el envite. Fue Karim quien tuvo la última en su mano, rematando al poste el que podría haber sido el 3-0 de la tranquilidad en la tercera de sus ocasiones durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Tal que así, y con una ventaja holgada, se daba inicio al segundo acto, uno en el que parecieron desaparecer los cipreses y comenzaron a florecer las flores más preciosas y con mejor olor del país. No pareció en ningún momento que los de ‘Zizou‘ tuviesen tal superioridad en el marcador, dado que en todo momento no se cesó de intentar y mover el esférico con sentido con ese 4-4-2 absolutamente establecido. Para que ello aconteciese, la labor de Casemiro tenía que ser perfecta y dar en el clavo en cada acción, hechos que conducirían a que Modric tuviese mayor libertad y no tuviese que retroceder.
Luka, Toni e Isco llevaron la batuta de los primeros minutos del segundo tiempo, algo que ayudaba así a que Lucas no tuviese que sacrificarse en exceso al salir y volver para incorporarse a la defensa. En cualquier caso, esto no iba a durar para siempre, y mucho menos ante un bloque tan luchador como es el de la Costa del Sol. Así pues, Camacho y Recio empezaron a ganar terreno con soltura y a meter presión en la zona 3, aquella en la que sus chicos más adelantados no fueron capaces de definir como debían.
Esta disputa, extendida durante varios minutos, terminó fructificando y regalando la posibilidad de anotar en varias ocasiones. Una tras otra fueron salvadas por la zaga blanca, exceptuando aquella en la que el omnipresente Juanpi remachó el rechace de Keylor para poner el 2-1 y trasladar la euforia al banquillo y a sus compañeros del terreno de juego. Poco tiempo después, casi sin que se dejase apoderar de la felicidad, Castro volvió a dejar el pánico en los guantes de Navas.
La insistencia identificó a la escuadra del ‘Gato‘ durante el ecuador de la segunda, haciendo así insostenible el ritmo más allá de veinte minutos. Las molestias llegaron poco a poco y, con ellas, se esfumaron las opciones de empatar de los visitantes. Las acciones previas habían sido fruto de un orden digno de alabar y de un sacrificio total de los sureños, que sirvieron para dejar bien claro que este once jamás se rinde.
Muriendo así el partido con las ocasiones que iban llegando hacia la portería visitante, tuvo todavía ocasiones Kameni de amargar, un poco más si cabía, la tarde a Cristiano al parar lo que era el cantado tercer tanto. Ambos equipos llegaron al colapso del cara a cara sin apenas gasolina y realizando gran cantidad de cambios para tratar de encontrar piernas nuevas que aportasen profundidad en las salidas. La tensión dominó el ambiente, aunque no fue suficiente como para acabar con la pasión que movía a unos madridistas que fueron conocedores de que el campeonato de invierno era suyo. Volvían a sumar.
Málaga C.F.: Un equipo nacido para luchar. Si algo se ha demostrado esta tarde de sábado en la capital española es la fuerza que saca este equipo para batallar como si no hubiese un mañana. Y es que, el Málaga ha sido capaz de mantenerse siempre confiado y con la inspiración y la fe suficiente como para arriesgar incluso cuando el electrónico estaba en su contra. Futbolistas como Recio, Fornals, Juanpi o Rosales, se han sacrificado para tratar de obrar el milagro. Es por ello por lo que Romero no debe sentir que la derrota ha sido culpa de su planteamiento, sino de la adecuada definición de su contrincante. Un diez en actitud que no ha tenido recompensa.
Benzema y Ronaldo: Un día semigris. Karim Benzema y Cristiano Ronaldo han podido tener uno de los partidos más asequibles para anotar tantos, sin embargo, la falta de acierto y el no saber cómo combinar adecuadamente con sus compañeros más avanzados, les ha costado caro. El francés no supo aprovechar las ocasiones que Lucas le regaló durante sus minutos como interior, mientras que el luso no fue capaz de marcharse más que en un par de ocasiones de un rival para crearse su propia jugada. Por desgracia, apenas hubo brillantez por parte de dos hombres que acostumbran a deslumbrar en algún que otro momento de los enfrentamientos.
Ficha Técnica:
Estadio: Santiago Bernabéu.
Real Madrid:
Entrenador: Zinedine Zidane.
Titulares: Keylor Navas; Marcelo, Sergio Ramos, Raphaël Varane, Nacho; Casemiro, Kroos, Modric; Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema.
Málaga C.F.:
Entrenador: Marcelo Romero.
Titulares: Kameni; Rosales, Luis Muñoz, Villanueva, Juan Carlos; Recio, Camacho; Chory Castro, Pablo Fornals, Juanpi; Peñaranda.
Imagen: SportYou.
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