Cuando en 1944 la Segunda Guerra Mundial se encontraba en su momento decisivo en Europa, surgieron grupos guerrilleros en Francia denominados los Maquis (posteriormente se denominaron así por los historiadores otros grupos de resistencia en otros países). Su objetivo era oponer toda la resistencia posible al Tercer Reich en su avance por el país vecino hacia París. Hoy, muchos años después, podríamos (permítase la comparación) equiparar aquella situación a la que viviremos los próximos días en Francia y en el mundo del balonmano.
Hoy, en el recién estrenado año 2017, la situación difiere en que el enemigo público número uno son los galos y el resto de países son los que buscarán conquistar la ciudad de la Torre Eiffel el próximo día 29 de enero. Los Karabatic, Narcisse, Omeyer y compañía siguen siendo los auténticos reyes de este deporte y, aunque en alguna ocasión últimamente hayan fallado, siguen siendo los números uno y el rival a batir, más aún en su terreno. Además la renovación permanente de esta selección con savia nueva en cada campeonato hacen que su dominio se siga alargando y parezca no tener fin.
Sin embargo, la empresa cada vez es más difícil y la igualdad entre los contendientes aumenta de manera exponencial. Así, por ejemplo, las tropas del Cuarto Reich avanzarán firmes por los campos franceses. Con el general Dagur Sigurdsson, llegado del frío norte de Europa al mando, los alemanes ya conquistaron Polonia el pasado año para volver sus miras al territorio francés al igual que en aquellos fatídicos años a los que hacíamos referencia al principio de estas líneas. El conjunto que nos enamoró con su balonmano moderno el año pasado y que ganó el bronce en Río, se presenta con algunas importantes bajas pero, con la fuerza del conjunto por bandera y el poderío de sus bombarderos de la Lutwaffe, a priori, la Manschafft se presenta como el principal candidato a acabar con la resistencia gala.
Del norte de Europa llegan con gran fuerza las tropas vikingas que siempre suponen una amenaza constante para el resto llegando casi siempre a las puertas de la victoria. Con diferencia disponen de las retaguardias más combativas y efectivas del continente pero es que su ofensiva es incluso más poderosa; de ahí su fortaleza. Con artilleros conocidos en todas las tabernas balonmanísticas, solo el hecho de nombrar al noruego Sagosen, el danés Hanssen o el islandés Palmarsson o el sueco Andreas Nilsson, causa auténtico pavor en sus rivales.
La amenaza balcánica siempre será un verdadero quebradero de cabeza para el futuro galo. Con varios de los mejores líderes del mundo en el campo de batalla, capaces de tomar las mejores decisiones para sus respectivos bandos suponen una clara opción de llegar hasta las puertas del arco del triunfo. El capitán Domagoj Duvnjak al frente de las tropas croatas, y el sargento Dean Bombac al de las eslovenas, guiarán a sus respectivos conjuntos a aspirar a lo máximo. Tampoco convendrá perder de vista a los macedonios donde el cabo Kiril Lazarov volverá a demostrar que es uno de los mejores francotiradores del planeta y puede acabar con las esperanzas de más de uno.
Los tanques de los ejércitos del este de Europa han pérdido fuelle en los últimos años, sin embargo, siempre han de ser tenidos en cuenta; pues, pese a su habitual anarquía, cuando las cosas se les ponen de cara, son capaces de aplastar cualquier contendiente por duro y experimentado que sea. Son tropas de gran potencia y resistencia física a las que nunca se debe dar por muertas y que, además, cuentan entre sus filas con grandes figuras como el saboteador Dibirov en Rusia o el bombardero Laszlo Nagy en Hungría. Las huestes polacas (con el general Talant Dujshebaev al frente) y bielorrusas han sufrido importantes bajas en los meses previos al conflicto pero, pese a ello siempre resultarán peligrosas; no para ganar la guerra pero si alguna batalla intermedia.
Aunque casi toda la amenaza para la legión francesa llegará del viejo continente, conviene recordar que a Francia llegarán tropas desde otras zonas del mundo entre las que destaca la poderosa Qatar que, hace dos años, en la batalla acaecida en su territorio a punto estuvo de llevarse la gloria final y tan sólo sucumbió ante el invencible ejército galo. Con el estratega de estrategas Valero Rivera al frente, los qataris plantearán batalla y aunque es cierto que sus tropas se han visto algo mermadas, habrá que tenerles en cuenta por su descomunal resistencia y potencia física. Llegados de Asia también, los exóticos ejércitos de Japón, Bahrein y Arabia Saudí no pasarán de ser meros comparsas pero su ilusión y hambre puede hacerlos combativos en un momento dado.
De África llegarán los siempre luchadores Egipto, Túnez y Angola que poseen una dilatada experiencia en el campo de batalla. Los tunecinos cuentan con uno de los mejores soldados del mundo desde la larga distancia como es Wael Jallouz aunque la época de los grandes sargentos Tej o Hman queda ya muy lejana. Las tropas egipcias, siempre combativas, por su velocidad y su juego alegre y anárquico pueden poner en apuros a más de uno, mientras que las angoleñas se conformarán con hacer un papel digno en las primeras jornadas de la batalla y no salir demasiado escaldadas.
También llegarán a Francia ejércitos desde el otro lado del charco. Mientras para argentinos y chilenos el objetivo debe ser estar entre los 16 mejores del evento, la exigencia ha de ser algo mayor para los brasileños que cuentan con un conjunto con artilleros de sobra conocidos en territorio europeo. No obstante, se antoja difícil que estén entre los ocho mejores.
Por último dejamos al ejército Hispano, siempre presente en el campo de batalla hasta los últimos días y habiendo logrado dos victorias finales en la última década, contarán con un nuevo general al mando. Jordi Ribera ha conjuntado una interesante mezcla de veteranos y noveles. Con un ataque explosivo que ha ganado en dinamismo y una defensa pretoriana y solidaria, los hispanos llegan a esta cita con poco que perder y mucho que ganar. Si las cosas se ponen pronto de cara puede que no haya forma de pararlos y si por el contrario se tuercen, siempre quedará mirar al futuro. Las tropas hispanas partirán de Metz con la máxima ilusión de soldados como David Balaguer, Adriá Figueras, Ángel Fernández o Iosu Goñi acompañados por la experiencia de otros como Entrerríos, Cañellas, Aginagalde o Rivera. La principal baza será el conjunto y desde él empezar a construir todo lo demás.
Así pues, la suerte está echada. Todas las piezas de este ajedrez están dispuestas en sus casillas de salida correspondientes en este tablero mundial. Cada conjunto competirá por imponer su estrategia con el fin de llegar a lo más alto y cruzar el Arco del Triunfo. ¿Serán de nuevo los irreductibles galos o alguien osará poner fin a su tiranía?; en algo más de dos semanas lo sabremos y Sexto Anillo estará allí para contarlo. A sentarse y a disfrutar del mejor balonmano del planeta.
Imágenes: http://www.francehandball2017.com/
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