Aaron Rodgers se erigió como dueño y señor del partido de Wild Card que enfrentaba a sus Green Bay Packers frente a los New York Giants en Lambeau Field.
La defensa de los Giants comenzó como un rodillo, frenaba y presionaba los ataques dirigidos por Rodgers que no encontraba respuestas. Pero sacaron poco provecho de eso los visitantes ya que tan solo pudieron ponerse 6-0 por delante con sendas patadas de Robbie Gould. El encuentro entre Giants y Packers se prometía intenso y muy igualado dados los antecedentes y como llegaban ambos equipos. Los de Eli Manning, el quarterback visitante, habían sido la pesadilla de Green Bay en dos rondas de playoffs anteriores pero Aaron Rodgers rompió esa estadística e impuso su ley en la que es su casa, Lambeau, logrando así avanzar a la ronda divisional.
Fue aquí donde todo cambió, Rodgers dijo aquí mandó yo, esta es mi casa y tengo que defenderla, y comenzó a conectar pases, a aguantar en el pocket y a recortar a la defensa de los Giants una y otra vez, sacando tiempo extra de donde no lo había. Fue de esta manera que encontró primero a Davante Adams y posteriormente a Randall Cobb, en esta ocasión tras lanzar un hail mary espectacular de 42 yardas, para ponerse por delante en menos de tres minutos antes del descanso, 14-6.
La conexión de Aaron con sus wide receivers comenzaba a estrecharse y duraría ya todo el encuentro.
La segunda mitad comenzó de nuevo con la defensa de los Giants dispuesta a cambiar lo sucedido, pararon dos veces consecutivas a los Packers, intentando frenar el brazo letal de Rodgers. Así las cosas la osadía y el momento de Rodgers le hicieron a Green Bay jugarse un 4º down y pulgadas desde su yarda 40. Los locales pagarían este atrevimiento inmediatamente pues no lograron convertirlo y Eli Manning lanzó un pase de 41 yardas que atrapó Tavarres King para recortar la distancia a un solo punto.
Todo parecía indicar que los Giants podían aprovechar este golpe de moral para venirse arriba y disputar el partido hasta el final, nada más lejos de la realidad. Rodgers aceptó encantado el reto de Manning y no solo le devolvió la moneda inmediatamente con un pase de touchdown de nuevo a Cobb, sino que ya el recital sería constante hasta el final del partido.
El festival continuó con drives dirigidos a la perfección. Pero lejos de relajarse y de mirar el reloj, Rodgers buscó en todo momento la yugular del rival. Ejecutó a los Giants con otros dos touchdowns, otro más que entregó a su socio favorito Randall Cobb y el de la puntilla para los visitantes con un drive sostenido que terminó con una carrera de 1 yarda de Aaron Ripkowski.
El choque acabó con una simbólica intercepción a Eli Manning que significó el fin de su reinado en Lambeau en cuanto a partidos de playoffs se refiere, ya que no había perdido en ese escenario. Un encuentro que la defensa de los Giants trató de mantener, pero que Rodgers se encargó de matar. El estado de forma en el que el quarterback de los Packers ha llegado a este momento de la temporada se presume como definitivo para el devenir de su equipo.
Ahora les toca viajar al AT&T Stadium, a casa de los Dallas Cowboys, donde tendrán la duda de si podrán contar con uno de los socios preferidos de Rodgers, Jordy Nelson, que tuvo que abandonar el partido por lesión. Puede significar una baja sensible, pero ya en este encuentro, Aaron Rodgers, ha demostrado que el arma letal de los Packers, sin lugar a dudas es él y su capacidad para inventar y reinventar jugadas que parecen rotas y acaban en touchdown.
Seguiremos de cerca la ronda divisional y veremos si el bueno de Rodgers prosigue con su racha de ejecuciones a la carta.
(Fuente de la foto principal: packers.com)
Adrián Gaspar
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