Comienza la temporada de tenis 2017, y en la competición femenina vamos a poder disfrutar de una gran rivalidad deportiva entre Garbiñe Muguruza y Carla Suárez por ser la numero 1 española.
Dos jugadoras con una forma muy distinta de entender el tenis. Garbiñe con sus 1,82 de estatura basa su juego en un potente saque por encima de los 175 km/h por partido de media, con altos porcentajes de primeros servicios, y con una derecha demoledora que cuando la funciona hace muy difícil ganarla. Carla es todo lo contrario, con sus 1,62 es una gran jugadora de fondo de pista, trabajando mucho los puntos, y destacando por su espectacular revés a una mano, cosa rara en el circuito donde la mayoría de las jugadoras lo hacen a dos manos buscando mas fuerzas y potencia en el golpe.
Ambas tienen equipos de trabajo muy distintos. Muguruza después de ser finalista en Wimbledon 2015, decidió acabar con su entrenador de toda la vida Alejo Mancisidor, y fichar un coach de gran prestigio internacional como es el francés Sam Sumyk, que ya había dirigido a gente de la calidad de Bouchard o Arazenka, intentando mejorar sobre su aspecto mental, buscando no irse de los partidos tan fácilmente como la sucede a menudo, y sobre todo intentando controlar ese fuerte carácter, que la hace enfrentarse a su propio entrenador en medio de un partido, como ya lo pudimos ver este año en Doha o en Indiana Wells. Mientras Carla lleva desde 2008 que se trasladó desde sus Islas Canarias a Barcelona con Xavi Budó, que la ha ido puliendo hasta convertirla en la 12 del mundo, haciéndola entender que solo con talento hoy día no se gana a nadie, y que además se necesita disciplina, capacidad de trabajo y el famoso “entrenamiento invisible”.
La pretemporada también la hacen de muy distinta manera. Garbiñe se prepara en Malibú (Los Angeles) en un clima agradable y con mucho sol, a medio camino de Australia, primer gran torneo del año, evitando así el brusco cambio horario que hay con España. Carla lo hace en Barcelona durante seis semanas seguidas, ya que es la única época del año en la que se produce la cohesión de todo el equipo de trabajo, preparador físico, médico, podólogo, nutricionista, y equipo técnico.
Garbiñe viene de un irregular 2016 donde no fue capaz de pasar de tercera ronda hasta Roma en mayo, aunque luego nos sorprendiera a todos ganando Roland Garros, después su temporada fue decepcionante perdiendo en muchas primeras y segundas rondas de los torneos. Su balance del año es de 55 partidos jugados: 35 ganados y 20 perdidos acabando la 7 del mundo, aunque si no hubiera sido por su triunfo en Paris hubiera acabado la 18.
La canaria ha sido muy regular, todo lo contrario de Garbiñe, consiguiendo llegar a la segunda semana en los cuatro Grand Slam, ganando en Doha, con un balance de 39 victorias y 21 derrotas, acabando la 12 del mundo. Una pena que las lesiones hicieran acto de presencia, su tobillo en febrero y su muñeca derecha a finales de temporada, la han hecho no poder acabar entre las Top Ten y asistir a Singapur a jugar el torneo de maestras.
Por tanto, nos espera un 2017 de gran rivalidad entre ambas, donde parte con ventaja Muguruza, ya que apenas defiende puntos en torneos importantes si exceptuamos Roland Garros. De Carla si su hombro la deja, que por lo visto la esta dando problemas esta pretemporada, esperamos que por fin de un salto de calidad que haga que la veamos en una semifinal mínimo de uno de los Grandes.
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