Análisis

El 2016 del Mallorca: Otro año de números rojos

23 de diciembre de 2016, resumen que bien podría ser una copia del 2015 o 2014. Y es que desde que desde el descenso a Segunda División del RCD Mallorca, 2016 ha sido el año natural que más puntos ha sumado (49) por los 47 y 43 de los dos anteriores. El problema radica en lo escaso del número teniendo en cuenta de que se juegan unos 42 partidos de Liga de enero a diciembre. Pírrica puntuación año tras año, que ha llevado a los bermellones a jugarse el descenso 2 veces en la última jornada, y que casi milagrosamente han salvado sobre la campana. Los 49 puntos de 2016 son la peor puntuación de un equipo que haya jugado todo el año en esta categoría, tan sólo igualado por el Mirandés.

(imagen vía @jorgequiroga91)

El año 2016 comenzó con una grata noticia para los aficionados mallorquinistas. Un magnate americano compraba las acciones de Utz Claassen para poner fin a la guerra interna llevada a cabo en el club durante los anteriores 4 años, con 3 propietarios diferentes y los archiconocidos problemas entre el propio Claassen, Serra Ferrer, Biel Cerdà y Pedro Terrassa (que por cierto, es el único que aún está metido en el club) por hacerse con el poder. Llegaban Robert Sarver y Steve Nash desde Phoenix y su equipo de NBA. La mano ejecutora sería Maheta Molango, un abogado suizo con mucho trabajo hecho en el Atlético de Madrid.

Los americanos compraron el club y sanearon la deuda a corto plazo mediante una ampliación de capital. En total se calcula que han invertido unos 30M€ como mínimo. Además, y tras unas jornadas con Pepe Gálvez ejerciendo de primer entrenador, se fichó a Fernando Vázquez para que tomara las riendas de un equipo que bordeaba el descenso. También se acusaba la falta de gol, por lo que se ficharon a 3 de los máximos goleadores de la primera vuelta: Lago Júnior, Ortuño y Óscar Díaz (previo pago de 250.000€). Entre los 3 sumaban 21 goles así que se esperaba acabar con la sequía, pero no se reforzó el centro del campo, y el equipo se resintió el resto del campeonato.

Vázquez debutó con victoria ante el Alcorcón y la Ponferradina, pero a partir de ahí el equipo se sumió en un altibajo continuo hasta final de temporada. No consiguió enlazar 3 victorias seguidas, de hecho tan sólo repitió una racha de 2 victorias una vez más en el resto del campeonato. Y así se llegó a la última jornada, con el equipo en descenso y jugándose la vida en Pucela. La suerte para los bermellones es que la Ponferradina se enfrentaba al Girona, que tras una segunda vuelta de escándalo se jugaba el acceso al play-off. Así que con la (sospechosamente fácil) victoria ante el Valladolid, el Mallorca salvó la categoría.

Con la llegada del verano, se renovaron ilusiones entre los aficionados. Se creó un equipo a medida de Vázquez pero se detectó que se escapaban jugadores considerados como primeras opciones o jugadores diferenciales, como Ortuño, y se empezó a hablar de la limitación económica en la inversión. Y es que es lógico que se controle el gasto en un equipo de Segunda tras haber invertido tanta cantidad en enero. Pero la calidad tiene un precio y el Mallorca lo invirtió casi todo en centrocampistas (Juan Rodríguez, Juan Domínguez y Culio), rehaciendo los errores del mercado invernal, con la significativa baja del 9 diferencial que acabó jugando y desatándose en el Cádiz.

El arranque liguero no fue muy bueno, una vez más. El equipo se mostraba sólido en defensa pero no lograba marcar por lo que los puntos sumados eran escasos. Hasta que llegó octubre y con Brandon en punta y en modo goleador con 6 tantos en ese mes, el Mallorca se situó en puntuación de play-off por primera vez en 4 años. Tristemente, fue tan sólo un espejismo y desde su primera victoria fuera de casa, el 11 de noviembre ante el Córdoba, el conjunto balear no sabe lo que es ganar, cerrando el año con 4 derrotas consecutivas, las dos últimas ya con Javier Olaizola como técnico tras la destitución de Fernando Vázquez, quien terminó por enfrentarse a la afición en un triste final.

Precisamente la decisión de poner al entrenador del filial a cargo del primer equipo, ha vuelto a suscitar dudas de la inversión que se debe realizar. Ahora llegará un año nuevo y algún fichaje caerá en enero, probablemente acompañado de alguna salida importante para compensar el límite salarial. Lo único que espera la afición es que los jugadores y dueños reaccionen para evitar un descenso que a cada año que pasa parece más cercano que el sueño de volver a jugar en Primera. Lo único que se espera, es que el año de la marmota no pase a ser el lustro de la marmota y acabe por hundir al equipo donde han triunfado jugadores como Ibagaza, Valerón, Eto’o, Pandiani, Roa, Nadal o Güiza no hace tantos años.

(imagen principal via laliga.es)

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