Análisis

Tercer año en el sueño de primera: Santa Teresa CD

El Santa Teresa CD, en su tercer año en la máxima categoría del fútbol femenino, ha tenido que enfrentarse a una gran remodelación, en parte por las despedidas y, por otro lado, debido a la necesidad de cubrir con garantías determinados puestos en el campo.

La marcha de Mimi al Espanyol dejó huérfana la portería, a pesar de contar con Bea, que si bien no ha participado demasiado, cuando lo ha hecho ha demostrado que es una portera de garantías. Pero llegó Mainguy, procedente de la liga francesa, en la que es su segunda etapa en tierras extremeñas, con más experiencia y con el nivel que necesitaba el Santa Teresa CD, lo que le ha servido para convertirse en pieza indiscutible. Su altura, su poderío físico y sus reflejos hacen de ella en un fichaje contrastado y de alto nivel.

La defensa es quizás la línea que más se ha procurado completar, sobre todo debido a la importante marcha de Carmen Menayo, internacional española sub19 y sub20, al Atlético de Madrid Femenino y la finalización de contrato de Lixy, internacional absoluta con Costa Rica. Lejos de llorar esas ausencias, la directiva movió ficha y se trajo a Maddi, del Athletic Femenino, una jugadora versátil y muy joven, con una gran proyección, a Sandra, una brasileña espigada y con gran experiencia, a Puerto, que puede jugar tanto de defensa como de medio defensivo y a Meme, una jugadora pacense que ha regresado después de bregarse en segunda división en tierras salmantinas. Recuperar la mejor versión de Marta Parralejo tras varios meses lesionada ha sido también una gran noticia. Neira y su poderío en la banda y Cristina Contreras con su polivalencia cierran este grupo equilibrado del que ha salido Marisa hace un par de meses.

En el medio campo es donde el Santa Teresa CD tiene la magia. Nayadet, procedente del Valencia Femenino, aporta fuerza, carisma y gol gracias a su potente disparo. Chica es todo un símbolo para el equipo. Lo mismo distribuye la pelota, recupera recupera en defensa o  está en boca de gol para abrir el marcador. Aina es pausa y equilibrio, está en todas las jugadas y su presencia o ausencia se perciben claramente en la fluidez del equipo.  Hitomi es el fichaje exótico de la temporada. Originaria de tierras niponas, esta jugadora aporta entrega y lucha, al igual que Marta Rubio, que en estos años se ha hecho con un sitio en esta plantilla, pudiendo jugar en varias posiciones. Andrea y las dos Irenes, procedentes de categorías inferiores, vienen pisando fuerte. Y la gran estrella, la capitana, la que lleva el brazalete con la bandera de Extremadura, Estefa. Tiene gol, tiene carácter, tiene duende en los pies. Conduce el balón con habilidad, lee perfectamente los partidos, pasa el balón con criterio, recorta en una baldosa, regatea a las defensas a su ritmo, como si lo hiciese a cámara lenta. Es sin lugar a dudas la mejor del equipo.

Arriba hay tres delanteras natas que se van turnando siguiendo las instrucciones del entrenador Antúnez: Peke, Sofía y Raquel. Las tres muy jóvenes, las tres con mucho gol, las tres deseando comerse la liga Iberdrola. La primera de ellas aterrizó el año pasado en tierras pacenses después de llamar la atención desde la segunda división en el País Vasco, pero una grave lesión de rodilla cortó su fulgurante integración en el quipo. El club le renovó el contrato y ha estado esperando pacientemente su recuperación. Ahora está al cien por cien. Sofía y Raquel llegaron en el último tramo de la campaña pasada y demostraron que tienen calidad para hacerse un sitio en el equipo. Sofía cuenta con una velocidad punta brutal y definición y Raquel tiene una gran capacidad de sacrificio y lucha contra las defensas contrarias, además de un olfato goleador que va creciendo jornada tras jornada. Las tres son el presente y el futuro de la delantera blanquirroja. Pero en este demarcación no hay que olvidar a dos piezas que han sido fundamentales en estos tres años en primera división: Vania y Mireya. La primera es una todo terreno. Si tiene que jugar de extremo o de delantera y asumir el gol en el equipo, lo hace. Si tiene que ser una lateral y defender con uñas y dientes, es inagotable. Su versatilidad y su poderío físico le hacen ser un comodín con el que muchos entrenadores querrían contar. Y Mireya este año ha sido seleccionada en su puesto de extremo como parte del Once de Oro de la cantera española del fútbol femenino y he de decir que se lo ha ganado a pulso. Rápida, voluntariosa, incansable y tenaz. Trabajando así es muy difícil pasar desapercibida.

Todas en este equipo son importantes. Antúnez lo sabe y por eso no es de esquemas fijos, ni de alineaciones que se repiten de memoria. Sabe elegir entre sus jugadoras para confeccionar un equipo competitivo dependiendo de las circunstancias y del rival y el hecho de llevar estos años en primera demuestra que ha sabido dar con la tecla. Las únicas intocables en el once titular son Estefa y Chica. Representan el núcleo del equipo, con ellas se subió a primera división y forman un tándem inseparable. Son la esencia del Santa Teresa CD.

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One Response

  1. Fantástico artículo que resume a la perfección el estado del equipo este año. Para aquellas personas que empezamos a aficionarnos al fútbol femenino y que seguimos al Santa Teresa CD está genial!

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