¿Lo qué “vende”, o lo qué “nos venden”?

Cada vez que veo, escucho o leo a “opinadores” (deportivos o no) la famosa frase de “…es que es lo que vende…”, tengo que reconocer que se me revuelve el estómago debido a cierta sensación de indignación que quizás algunos compartirán conmigo. Lo veo más como una excusa para justificar el poco apoyo que se da a la mayoría de deportes en nuestro país.

Vaya por delante que soy un gran aficionado al fútbol y que disfruto, vibro y sufro como el que más con las victorias o derrotas de mis equipos, pero no por ello me dejan de repatear ciertas cosas alrededor del “deporte rey”. Estamos acostumbrados a ver y leer en los telediarios, radios y periódicos nacionales como el fútbol acapara el 99% del tiempo y las páginas de estos medios con la excusa de que “es lo que vende”, situación que me provoca más rechazo cuando, dentro de ese 99%, la gran mayoría de las noticias están dedicadas al sensacionalismo y no a lo que es el deporte en sí.

Estoy cansado de telediarios, radios y periódicos en los que se habla más del coche que se ha comprado Messi o los nuevos calzoncillos de Cristiano Ronaldo o de la cansina pelea de estos medios por quién debe ganar o no el balón de oro. Después contamos con una amplia información sobre el estado de las plantillas de Madrid, Barça y últimamente de Atlético de Madrid (sabemos si Griezmann se ha tropezado en la escalera de su casa o si Piqué se ha cortado las mangas de su camiseta). Cuando ya se ha hablado de todos estos “noticiones” tenemos dos o tres minutos (con suerte) para ver los resultados e información de otros equipos; y, si ya es un día de gran fortuna, podemos tener alguna noticia de otro deporte. Cuando hablamos de medios locales, la historia no cambia mucho, aunque he de decir que al menos se centran más en las noticias deportivas que ofrece el fútbol.

Por esta razón una y otra vez me pregunto si ¿esto es lo que “vende” o lo que “nos venden”?. La diferencia quizá sea muy sutil pero en los últimos tiempos hay varios ejemplos de ello. Hace unos años, con la aparición de Fernando Alonso, la gente en España se aficionó a la Formula 1 básicamente por dos razones: la primera y evidente porque un español ganaba y la segunda, por lo que nos vendieron los medios de comunicación. Programas de televisión, reportajes periodísticos que nos mostraban los entresijos de un cambio de motor o la importancia de usar un neumático u otro; retransmisiones que comenzaban dos horas antes de la carrera, presencia en los telediarios, etc. Todo este despliegue nos ha dejado un poso de afición a la Formula 1 que continúa (en menor medida eso sí) hoy en día. En la actualidad, un caso similar puede ser el de Carolina Marín. La historia de Alonso se repite y la gente se aficiona a un precioso deporte como el bádminton, sin embargo, los medios de comunicación no nos lo “venden” y solo nos hablan de él en una esquina del periódico, cuando la onubense ya está en semifinales de una gran competición.

Mi indignación se ha hecho más grande en los últimos días por el hecho que les relato a continuación. El pasado viernes se disputó en Brasil el encuentro de fútbol entre los cariocas y Argentina, bien; los medios de comunicación españoles nos han bombardeado con este partido que nos han “vendido” poco menos que como el “partido del siglo”. El duelo entre Neymar y Messi, el partido en el que Argentina puede decir adiós al mundial (cuando la albiceleste está aún muy lejos de estar eliminada) y otra serie de sandeces varias. Nos lo “vendieron” hasta tal punto que la cadena de televisión Cuatro ofreció el partido en directo mientras que las emisoras Cope y Ser lo narraban también para sus oyentes.

Unos días antes, la selección española de balonmano visitaba Valladolid en un encuentro clasificatorio para el Europeo de 2018 que, además, suponía el debut del nuevo seleccionador. Pues bien, en primer lugar el Ayuntamiento de Valladolid tuvo que desembolsar aproximadamente 18.000€ para albergar la cita, cosa hasta cierto punto normal. Sin embargo, lo que ya no parece tan lógico es que una parte de esa inversión haya ido destinada a costear la señal televisiva para que Teledeporte transmitiera el evento; dicho de otra manera: pagar para que televisen un evento supuestamente de “interés general”. Pero la cosa no acaba ahí, un partido para el que, en Valladolid se agotaron las 3.500 entradas en unas dos horas y media, fue visto en televisión por apenas unas 100.000; lo más triste es que Televisión Española ni siquiera promocionó el partido; ¿De 18.000€ no se pudo destinar una mínima parte a emitir un triste anuncio en La Primera cadena que animara a la gente a ver el partido?; para OTros programas el dinero se gasta sin problemas y saber si serán rentables o no.

No pretendo hacer una crítica a Teledeporte ya que, pese a que opino que podrían mejorar algunos aspectos, son los únicos que dan voz a los deportes “mediáticamente minoritarios”. Simplemente es un ejemplo de dos situaciones que me han llamado la atención en los últimos días; pero como este ejemplo podríamos tener varios a diario. Por lo tanto, y ya termino, lo único que pretendo, y espero haya quedado claro, es exponer mi desencanto hacia la actitud de la mayoría de la prensa española: señores, no estoy diciendo que maten a la gallina de los huevos de oro ni que se deje de hablar de fútbol (que al fin y al cabo tiene un gran seguimiento en nuestro país), se trata de dar algo más de protagonismo al resto, de “venderlo” más para que luego los aficionados decidamos si queremos seguir una cosa u otra. Además esto se puede hacer extensible en cualquier otro aspecto de los que nos rodean a diario como la música o la política.

Mientras tanto, nos conformaremos con esperar hasta el año 2020 cuando en los Juegos Olímpicos se dé algo de importancia a esos otros campeones; pero no se preocupen, entonces volveremos a escuchar al típico periodista hipócrita, entrevistando a la nadadora o piragüista de turno (medalla al cuello), la famosa coletilla de: “a ver si a partir de ahora se habla más de su deporte…”. Eso, señor periodista y señores medios de comunicación, solo está en unas manos: las suyas.

Imagen destacada: Fotomontaje SextoAnillo.

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