Opinión

La isla del misterio

Mallorca, la mayor de las Baleares, una de las más maravillosas islas a donde mucha gente de cualquier rincón del mundo viaja para disfrutar de sus vacaciones, haciendo gala de su adjetivo calificativo más conocido (Isla de la Calma), un lugar fabuloso para vivir, disfrutar y…¿trabajar? Bueno, últimamente cualquier profesión que tenga relación con el RCD Mallorca se ha convertido en un trabajo arriesgado y poco gratificante, especialmente si eres entrenador o futbolista.

Todo arrancó con una racha insoportable de 6 puntos de 54 posibles del equipo entrenado por aquel entonces por Joaquín Caparrós aún en Primera División. Llegó Gregorio Manzano y no pudo revertir la situación, consumándose el descenso de categoría en junio de 2013. Manzano no renovó y Serra Ferrer apostó por José Luís Oltra y una multitud de jugadores se quedaron en la isla para intentar ascender de inmediato, pero los Aouate, Martí, Nunes, Alfaro y compañía estuvieron al borde del abismo a Segunda B, tras jugar a las órdenes de Lluís Carreras y Javier Olaizola en esa misma temporada. Tampoco tuvieron más éxito Karpin, Nanu Soler, Chapi Ferrer o Pepe Gálvez en el banquillo bermellón. También pasaron Serra Ferrer, Biel Cerdà y Utz Claassen por la propiedad hasta la llegada de Robert Sarver y Maheta Molango.

En total, 3 temporadas enteras y 12 jornadas de la actual sin pisar ni tan sólo por una vez la zona de play off de ascenso. Demasiados partidos sin ni siquiera tener el goal average a favor (actualmente está empatado). Esta situación ha resabiado a los aficionados mallorquinistas y ya no se fían de nada ni de nadie.

Con esta tesitura regresó Fernando Vázquez al Mediterráneo, para saldar cuentas pendientes de hace ya más de 10 años cuando no se le renovó tras dejar al equipo en décimo lugar y se fichó a Luis Aragonés (para vivir la mejor temporada en Liga de la historia mallorquinista). Vázquez dejó buen recuerdo entre los aficionados y era muy querido, pero poco a poco ha ido perdiendo adeptos entre la hinchada y los periodistas locales. Tras llegar en el invierno pasado, acompañado de Lago Júnior, Óscar Díaz y Ortuño (que sumaban 21 goles hasta entonces), salvó al equipo de milagro en la última jornada gracias a la victoria frente al Valladolid, sumada a la derrota de la Ponferradina frente al Girona. Entonces se le dio la oportunidad de iniciar un proyecto desde cero y de su mano han llegado jugadores como Juan Rodríguez, Juan Domínguez y Salomao, pero el equipo sigue sumido en esa extraña vorágine de no encadenar una serie de resultados positivos que le permita de una vez por todas romper con su pasado y enchufarse con una racha positiva que le aúpe a los puestos de privilegio de la categoría. Además, tal y como se está repitiendo esta temporada, es común que el equipo responda en el Iberostar Estadi y lo convierta casi en inexpugnable (1 gol recibido en 6 partidos) pero fuera de casa no sea capaz de dar un golpe de auroridad (3 puntos de 18 posibles).

Nadie en la isla se explica cómo tras tantos jugadores, tras tantos entrenadores y tras diferentes propietarios, parece que nadie pueda darle cierta estabilidad al proyecto a nivel deportivo y responder con resultados y puntos a la categoría de equipo importante en la Liga 1/2/3 como se le considera al Mallorca, tras 16 temporadas pisando los mejores estadios a nivel europeo.

Tras el empate en el campo del Nàstic el pasado fin de semana, volvieron a alzarse las voces críticas con Fernando Vázquez (y con razón) por hacer un cambio defensivo con 1-1, que fue respondido inmediatamente con el segundo gol de los tarraconenses. Pero no es menos cierto que el entrenador gallego ha sido el principal artífice de que Brandon (autor ya de 5 goles) haya encontrado su mejor situación sobre el campo y se haya convertido en el hombre franquicia de la entidad.

De todas formas, cuentan que el director deportivo, Javier Recio, ya se está moviendo para apalabrar a un sustituto en caso de que el equipo no mejore en breve sus prestaciones; aunque Maheta Molango siga siendo el principal valedor del técnico de Castrofeito.

En mi humilde opinión, creo que habría que dejarle trabajar. 3 temporadas de inestabilidad deberían enseñar a que no siempre la solución es cambiar de entrenador tan pronto.

Como siempre, la pelotita dictará sentencia si entra o no, empezando por un partido este fin de semana contra un rival que parece vivir una vida paralela a la del RCD Mallorca, el Real Zaragoza, que ya ha gastado el cartucho del cambio de entrenador.

Estaremos atentos a los acontecimientos según los resultados y seguiremos informándoles.

(imagen principal vía www.mallorcadiario.com)

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