Crónica

El Fuenlabrada y Unicaja que todos querían ver

Demasiado Unicaja para un Montakit Fuenlabrada que, a pesar del esfuerzo, no pudo escapar vivo de los francotiradores malagueños (85 – 98).

Y, sin embargo, nada hacía pensar eso cuando, con poco menos de 6 minutos jugados, la Metralleta de Heroica acertó su primer blanco como jugador del Fuenla colocando un contundente 20 – 8 que obligaba al ahora lampiño Joan Plaza a pedir tiempo muerto. David Wear parecía estar en todas partes, encestando, reboteando y defendiendo, Diagné oscurecía a un Musli sobre el que los cajistas intentaban cargar el juego, Cabezas anotaba y dirigía con fluidez y Smits secaba a un extrañamente anodino Adam Waczynski. Pero del tiempo muerto que siguió a la canasta del mexicano salieron Alberto Díaz en vez de Lafayette y Hakanson en vez de Cabezas, y eso supuso un cambio radical del partido. Mientras el pelirrojo malagueño ayudaba a Nedovic a romper el partido desde la defensa y la línea de 6,75, al rubio sueco se le caía encima la falta de adaptación que en los dos partidos anteriores no había parecido afectarle, colapsando el juego de sus compañeros que, en los siguientes cuatro minutos, solo fueron capaces de anotar tres canastas más para dejar el primer cuarto, culminando un tremendo parcial de 6 – 16, en un titubeante 26 – 24.

Pero como muy bien dijo Plaza en rueda de prensa en Fuenlabrada se ha cambiado el chip y ya no se juega para salvarse. Con Popovic de calle y comiéndose las uñas por no poder ayudar a sus compañeros, Paco Cruz tomó la responsabilidad anotadora demostrando que, a poco que recupere el fuelle y el ritmo de juego, va a ser un jugador crucial en el futuro. Con sus triples y “bombas” despegó a los locales nuevamente (36 – 27) mientras que Unicaja sacaba a pista al arma de destrucción masiva que durante los primeros diez minutos se había permitido el lujo de mantener en el banquillo: Jamar Smith. El americano de brazos interminables continuó con la racha de triples que Díez, Díaz y Nedovic habían inaugurado en el cuarto anterior, acercando poco a poco a los suyos en el luminoso. Los naranjas contestaban a través de Cruz, Sekulic y Llorca, pero con dificultad; su cerebro, Hakanson, seguía sin ver el partido, y mientras el aro se hacía más y más grande para los malagueños, se convertía en un dolor de muelas para los fuenlabreños (45 – 45). A falta de unos dos minutos para el descanso Cuspinera devolvió a Cabezas a la cancha, tardando menos de una jugada en darse cuenta de que se había equivocado con el jugador sustituido; Llorca volvió a pista por Ludde a compartir puesto con el campeón del mundo, aunque ya era demasiado tarde. Unicaja se iba a la ducha con ventaja (51 – 53).

En el tercer cuarto Fuenlabrada intentó mantener el tipo, pero es muy complicado jugar de tú a tú a un equipo de tanto potencial como Unicaja. Los malagueños ya habían cogido ritmo defensivo, y ni siquiera el maestro Cabezas era ya capaz de conseguir que la circulación fuera fluida. La dificultad ofensiva, además, afectaba la mentalidad defensiva y, como los de Plaza mantenían la puntería (61% 2p y 68% 3p), parecía una misión imposible mantenerse en el partido. Suárez habia despertado y unía a su juego al poste un acierto descomunal desde el 6,75 (4/4), y hasta Waczynski tuvo sus momentos de gloria haciendo que la distancia en favor de los de blanco llegase hasta los once puntos (59 – 70). No se rindieron, a pesar de ello, los del sur de Madrid, y con un arranque de mejora defensiva lograron aun llegar con esperanzas de dar guerra al tramo decisivo del partido (72 – 75).

Pero no sería posible; las ganas se estrellaban una y otra vez contra la desesperación de ver que mientras tu aro parece una piscina olímpica el contrario es un guá, y contra la serenidad de los jugadores de Unicaja que, en cada momento decisivo, catigaba sin piedad los fallos a base de triples (hasta 17, record del equipo). Daba igual que fuera Jamar Smith o “Chimpa” Suárez, que si un naranja fallaba un blanco embocaba; y, si no, en la ayuda que los porcentajes obligaban a hacer a los locales por el exterior, Dejan Musli encontraba la puerta de la cocina abierta para rematar el guiso él solo desde debajo del aro (hasta 22 asistencias sirvieron los de Unicaja). Inmisericordemente, Unicaja remató a Montakit Fuenlabrada con un contundente 85 – 98.

FICHA TÉCNICA

85 – Montakit Fuenlabrada (26+25+21+13): Cabezas (13), Paunic (17), Smits (6), Wear (14), Diagne (5) -equipo inicial-Sekulic (4), Cruz (19), Hakanson, Llorca (3), O’Leary (2) y González (2).

98 – Unicaja (24+29+22+23): Lafayette (2), Nedovic (17), Waczynski (8), Suárez (16), Musli (17) -equipo inicial-, Díaz (6), N’Diaye (2), Díez (5), Brooks (3), Smith (20) y Fogg (2).

Árbitros: Conde, Manuel y Zamorano, que tuvo que retirarse en el último cuarto al recibir un golpe. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada ante 4.366 espectadores.

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Imagen destacada vía @UnicajaCB

 

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