Análisis

F1: Los “Güiners y Lusers” del Gran Premio de Malasia

Si pudiera traer en una máquina del tiempo a Sir William Shakespeare y le entregara un detallado desglose de lo ocurrido en el Gran Premio de Malasia a partir de la Práctica Libre 1, es muy posible que Will -como le decimos los amigos- intentaría hacer una obra dramática más que digna de cualquier plató. Y sería una obra que tendría al fuego como principal elemento decorativo, no sólo por los 59 grados Celsius del asfalto, sino en un inicio por el incendio en el monoplaza de Kevin Magnussen a penas saliendo de su box para rodar por primera vez en el circuito de Sepang. Sólo faltarían los malvaviscos, aunque dudo que el Sir sabría qué hacer con ellos.

Lo que sí entendería plenamente sería -fonéticamente por lo menos- esto de los “Güiners” y “Lusers”, los que acá procedo a detallar.

 

LOS GÜINERS

Daniel Ricciardo

Por lejos el gran Güiner de este GP de Malasia. Esta fue la más dulce de las venganzas para Daniel Ricciardo después de que Red Bull le quitara el GP de Mónaco de las manos y se lo entregara en bandeja a Lewis Hamilton. Un primer puesto que le fue esquivo por dos años pero que finalmente llegó y nos regaló una sonrisa más grande que las anteriores por parte del australiano. Si parecía que tenía más dientes de lo normal, cosa que sinceramente no hubiera sido raro por cómo batalló su posición con Max Verstappen una vez ya acontecida la ya más que discutida rotura de motor del coche de Hamilton.

Quizás lo más memorable y destacable por parte de los pilotos del equipo de la bebida energética fue la férrea lucha que mantuvieron en las vueltas 39 y 40, cuando, sin órdenes de equipo de por medio, Verstappen atacó el liderato de Ricciardo, quien montando el compuesto duro con 6 vueltas encima más que los de su compañero de equipo pudo mantener su posición hasta que ambos pararon en la vuelta 41 para montar el último set de compuesto medio. Ya a partir de ese momento, y siendo el único de los dos pilotos de Red Bull con un set de compuesto medio completamente nuevo, Daniel Ricciardo tenía sólo que administrar su coche con tranquilidad para ganar la carrera.

Si hilamos un poco más fino podríamos darle un “token de Güiner” a Red Bull también, pero sería restarle el más que ganado mérito a Ricciardo. De todas maneras cabe destacar que este es el último doblete de Red Bull desde el GP de Brasil en 2013, que el respeto entre los dos pilotos de Red Bull es real –demostrado tanto dentro como fuera de la pista-, que no existen las órdenes de equipo y que sobrepasaron a Ferrari.

Como guinda de la torta, el Honey Badger nos regaló su ya clásico shoey, invitando a todo el podio a brindar con champaña con su zapato como copa.

¿Un futuro campeón? / XPB Images
¿Un futuro campeón? / XPB Images

 

Nico Rosberg

La primera curva del GP de Malasia temerosamente veía llegar un mar de coches, pero uno rojo en especial, el de Sebastian Vettel, cambiaba su morfología y se transformaba en un misil sin control que golpeaba la llanta trasera derecha de Nico Rosberg, haciéndolo trompear y dejándolo en la posición 21. Este fue el comienzo de lo que sería una de las remontadas más notables vistas en el fin de semana recién pasado en Sepang.

El alemán no perdió el norte y a punta de concentración y en base a su ya excelente conducción pudo escalar en las posiciones hasta terminar tercero en el GP de Malasia.

Es más que obvio que el echo de que la rotura de motor de Hamilton le fue de gran ayuda de cara al Campeonato Mundial, dejándolo 23 puntos por delante del británico, pero es digno de destacar zarpazo que le dio a Kimi Räikkönen en la vuelta 39, momento en que a parte de colisionar con el auto del finlandés, rompiendo parte del piso de su Ferrari, fue sensacional. Simplemente aprovechó un momento de extrema confianza de Kimi y se lanzó. Esto le acarreó una penalización de 10 segundos que serían añadidos a su tiempo final de carrera, cosa que no le sugirió problema alguno, para terminar 28.785 segundos por delante del piloto del equipo de Maranello.

Rosberg se lanza sobre un Kimi desprevenido / XPB Images
Rosberg se lanza sobre un Kimi desprevenido / XPB Images

Fernando Alonso

El fin de semana en Sepang suponía una segura sanción para Fernando Alonso dado que Honda había decidido usar parte de los tres tokens que les restaban para introducir mejoras tanto del punto de vista de potencia como de fiabilidad. De hecho, el asturiano sólo hizo una vuelta cronometrada y guardó su monoplaza en su garaje. No había para qué poner en jaque la UP y sus mejoras si al final -y según las regulaciones todavía vigentes- hubiera salido en el puesto 148.323 de la parrilla.

Creo que son pocos los que podrían cuestionar las capacidades como piloto de Alonso, pero lo que demostró desde la primera curva del GP de Malasia fue de antología. Comenzando en la última posición y hasta el VSC desplegado por el maltrecho coche de Vettel, Fernando Alonso había sobrepasado a 9 coches. Y si eso fuera poco, el español terminó la carrera en un excelente e inesperado 7º puesto, a sólo 2 segundos de su más cercano competidor, Checo Pérez.

Sólo le falta un coche a su altura y, McLaren-Honda lo está logrando. A mi parecer, el vínculo y proyecto McLaren-Honda va bien de cara a 2017.

LOS LUSERS

Lewis Hamilton

El GP de Malasia presentaba a un Hamilton fuerte y seguro, mas herido por el repunte de Nico Rosberg en el Campeonato Mundial. Había liderado dos de las tres tandas de práctica, rebajó en 2 segundos el tiempo de la pole 2015. Todo presumía que esta era una carrera del británico, pero como siempre, las carreras terminan con la bandera a cuadros.

En la primera curva de la vuelta 41, y con una tranquila ventaja sobre los coches de Red Bull, el monoplaza de Hamilton comenzó a expulsar fuego, terminando de sopetón con cualquier aspiración para alcanzar a Rosberg en el Campeonato Mundial. Pero, lo más grave, fueron sus comentarios inmediatamente después de ocurrida la ya confirmada falla en el motor de combustión interna, lo que, traducido para los que aman lo tech de la F1, se debió a una rotura en rodamiento del cigüeñal provocada por la caída de la presión de aceite. El motor tenía sólo 618 kilómetros. Mercedes fabrica motores para ocho pilotos más y sólo los míos se rompen. Hay un poder superior (‘Dios’) o ‘alguien’ que no quiere que gane”, comentó Hamilton ya despojado de sus vestimentas de carrera en el corral de prensa.

Varios validan estos comentarios de Hamilton aludiendo a que los hizo “en caliente” y que hizo bien en “arreglar” lo dicho en una suerte de comunicado a través de Facebook, pero verdad es que es la forma de actuar del inglés. Si comparamos el cómo afrontó los mismos problemas la temporada pasada Nico Rosberg vemos que el alemán nunca siquiera se acercó a culpar a su propio equipo de sus desgracias. Ni siquiera “en caliente”.

El peor de los Lusers / XPB Images
Hamilton fue el peor de los Lusers / XPB Images

Sebastian Vettel

Algo pasa por la mente de Sebastian Vettel y que nada le funciona. El choque con Rosberg en la primera curva del GP de Malasia fue total y exclusivamente culpa de Vettel. Eso no hay forma de contradecirlo, pero es entendible desde la vereda de la desesperación de un cuádruple Campeón Mundial. El sabía que para tener opciones tenía que pasar a ambos coches Red Bull antes de llegar a la primera curva de Sepang, pero esa desesperación hizo que se pasara en la frenada y tocara a su compatriota.

El toque con Rosberg le significó la rotura de la suspensión delantera derecha y 3 puntos en su Super Licencia. Lo único que se puede rescatar de Vettel en esta edición del GP de Malasia es que tuvo la deferencia de reconocer su error y conversar con Nico Rosberg para pedirle disculpas. Eso es tener mentalidad de campeón dentro y fuera del circuito.

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Haas F1

“¡Oh, dios mio! ¡Bienvenido a la Fórmula Uno, Gene [Haas]! Éste es el día. Esto es histórico, chicos”, vociferaba de emoción un Romain Grosjean que terminaba 6º en la primera carrera de esta temporada y la primera para el equipo Haas F1 en la máxima categoría, en el Gran Premio de Australia. Bueno, han pasado ya casi siete meses de ese notable festejo del cual todos nos hicimos grandes expectativas y las cosas no andan ni cerca de aquello.

Constantes problemas técnicos han dejado fuera de los puntos al equipo norteamericano, y en particular a Esteban Gutiérrez, que constantemente es atraído a terminar en la 11ª posición en casi todos los GP’s en los que ha participado, pero este fin de semana se le ha sumado un factor que sitúa al equipo en un espectro de duda en cuanto a sus reales capacidades técnicas.

Todo comenzó con la total pérdida de los frenos del coche de Romain Grosjean dejándolo fuera de la batalla para luego, y más allá de “un cariño” propinado por Kevin Magnussen a Gutiérrez en el comienzo de la carrera con el correspondiente pinchazo, lo peor estaba por venir. En plena carrera la llanta delantera izquierda del mexicano simplemente prefirió buscar otro equipo donde correr y se desmontó del coche. Bye. Chau. Arrivederci. Esto implicó en una sanción de 5,000 euros.

Así todo -y por buscarle algo positivo a todo este fiasco con sabor a queso cheddar- fue de aprendizaje. Es la primera carrera de Haas F1 Sepang y primer GP con gran calor.

Mal fin de semana pero de aprendizaje para Haas F1 / XPB Images
Mal fin de semana pero de aprendizaje para Haas F1 / XPB Images

Foto: XPB Images

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