Análisis Fútbol Sala Opinión

Las claves de la debacle brasileña

Ari se lamenta mientras Irán celebra el pase a cuartos

Brasil vencía en la primera parte 2-0 con doblete de Falcao, protagonista absoluto hasta ese momento de su selección. En la segunda, la canarinha parecía tener el partido controlado con un 3-1 a falta de diez minutos. En la sorprendente prórroga volvía a adelantar a los suyos Falcao, pero en la siguiente jugada Irán empataba a cuatro. La resolución en los penaltis la conocemos todos. Brasil, la pentacampeona y gran favorita, quedaba eliminada. La mayor sorpresa de éste y de todos los mundiales. ¿Qué ha sucedido para que se produzca esta debacle?

Falcao, eje central de todo.

Bien por él, mal por Brasil. No es razonable que en un deporte colectivo todo dependa tan excesivamente de un jugador. A sus 39 años, su Mundial ha sido estratosférico, pero no es lógico que cargue con todo el peso ofensivo del equipo cuando ni siquiera lo hace en Magnus Futsal, donde esta temporada ha disputado una media de diez minutos por partido y en momentos puntuales en los que se necesitaba de su potencia y experiencia. Sin embargo en el partido de octavos disputó más de cuarenta minutos, y fue él quien desatascó no ese, sino todos los encuentros del Mundial.

Falcao se lamenta después de la derrota
Falcao se lamenta después de la derrota (vía www.abc.es)

Y mientras, ¿dónde estaban el resto de compañeros?

Batería, pieza fundamental en el Movistar Inter que conquistó los títulos después de muchos años de sequía, se fue hace ya tres temporadas al FC Barcelona Lassa, donde no ha terminado de ser ese jugador desequilibrante que sentaba rivales y soltaba latigazos imparables. Se va de Colombia con un pobre bagaje de goles (2) y sin haber destacado en ningún momento.

Dyego, quien ha creado con el propio Batería una asociación mortal en el FC Barcelona Lassa esta temporada, no solo no ha conseguido ver puerta sino que tampoco ha repartido ninguna asistencia. Pobre bagaje del que debía representar el llamado “cambio generacional” en la verde amarelha.

La pobre aportación de Jackson (1 gol y 0 asistencias en 49 minutos), (1 gol y 0 asistencias en 89 minutos), Rafael Rato (ningún gol y una única asistencia en 125 minutos) tampoco ha aportado lo suficiente en ataque como para paliar los evidentes fallos defensivos que se han visto en estos partidos.

Ausencia de un plan B.

Tras el sorprendente empate a cuatro a falta de tres minutos, Brasil no tuvo más opción que tirar de portero-jugador para intentar desequilibrar la eliminatoria a su favor si quería evitar la lotería de los penaltis. Y aquí se evidenció la ausencia de un plan alternativo, demostrándose que en el futsal de alto nivel es fundamental ensayar todas las lides del juego, por muy superior que seas (o consideres) a tu rival.

En las diversas selecciones y equipos brasileños es frecuente ver que es el propio portero quien ejerce de quinto hombre cuando las cosas van mal dadas. Los goleiros manejan perfectamente el juego con los pies, pero el futsal ha evolucionado y lo habitual es que sea un jugador de campo quien realice tal función. En la propia canarinha había jugadores como Ari o Rafael, que han desempeñado dicho papel en sus clubes. Pero Serginho optó por atacar esos cuatro minutos con Tiago.

Tiago en el momento en que encajaba el penalti definitivo
Tiago en el momento en que encajaba el penalti definitivo (vía es.yahstar.com)

Sin embargo el paulista no es Higuita y eso Irán lo sabía. Los pupilos de Mohammad Seyed Nazemosharia reculaban cuando Tiago cogía el balón, dándole espacio hasta llegar prácticamente a la línea de diez metros. Tres de las últimas ocasiones fueron lanzamientos del portero. Dos salieron muy desviados y sólo en uno generó auténtico peligro, en un rechace de Samimi que no supo aprovechar ningún jugador brasileño. En ningún momento se apreció que hubiese realmente superioridad numérica ni se circuló la pelota a la velocidad necesaria para aprovechar la teórica superioridad. Todo lo contrario de su rival, que consiguió los empates a tres y cuatro goles con ataques de cinco contra cuatro en los que movieron perfectamente el balón por toda la pista hasta generar ese espacio necesario para anotar.

Convocatoria convulsa.

“Todos llevamos dentro un seleccionador”. Es la justificación clásica cuando analizamos por qué no acude determinado jugador a una convocatoria. Y no es excusa, en un país habrá siempre jugadores que no estarán y consideremos que es injusto. Pero cuando el clamor es unánime es por algo. Como reza el dicho, si todos los coches te vienen de frente, lo más probable es que seas tú quien va en dirección contraria.

Eso es lo que ocurre con Serginho¸ el seleccionador brasileño. Las ausencias de Daniel Shiraishi, clave en el tricampeón de liga español, en detrimento de Ari, un jugador de 35 años que ya jugó como se suele decir “sus cien mejores partidos”, llamó la atención de muchos. Las críticas continuaron por la presencia de y no la de un pívot de primer nivel como Taffy o Ferrao, claves en Palma Futsal o FC Barcelona Lassa, o incluso Pito, mejor talento joven del campeonato brasileño. O la incomprensible ausencia de Wilde quien no acudió por temas extradeportivos, ya eran difícilmente justificables antes de comenzar el torneo.

Temas extradeportivos.

El gol de Neto en la prórroga le dio a Brasil su quinto entorchado mundial en noviembre de 2012. A partir de aquel momento, una crisis interna en la Confederación Brasileña de Fútbol Sala (CBFS) ha convulsionado el futsal brasileño desde los cimientos. Hubo dos cambios en la presidencia de la CBFS, cuatro cambios del cuerpo técnico (con dimisión de Serginho en marzo de 2015 incluida y regreso un año después) y un conato de boicot por parte de los jugadores, descontentos con los desmanes de la clase dirigente. El equipo, a causa de estos problemas, estuvo cerca de un año sin disputar ni un solo entrenamiento, ni un partido amistoso (concretamente, 284 días).

Aécio de Borba Vasconcelos y Edson Nogueira
Aécio de Borba Vasconcelos y Edson Nogueira (foto vía globoesporte.globo.com)

Todo comenzó, como decíamos, en la disputa del Mundial de Tailandia 2012, donde los jugadores acusaron de “medidas dictatoriales” a la federación. Entre otras medidas, la CBFS les obligó a calzar botas de una marca determinada (teniendo que incumplir así varios jugadores los contratos que tenían de forma privada con otros patrocinadores), o la prohibición de que los jugadores se conectasen a internet durante toda la concentración.

Poco después, y pese a que ganaron el título mundial, la CBFS decidió despedir al cuerpo técnico. El cambio de entrenador, de Marcos Sorato a un Ney Pereira que venía de tres años sin sentarse en un banquillo, provocó que jugadores clave como Neto o Tiago se reuniesen con las altas esferas para exigir respeto a los compromisos asumidos por ambas partes. Ney Pereira no aceptó  que los jugadores le saltasen en el escalafón y decidió apartarles de las siguientes convocatorias. La tensa relación entre Falcao y el ayudante de Pereira, Edson Nogueira Domingues, se terminó de romper en 2014, cuando O’Rei anunció su retirada de la selección. En el evento aprovechó para atacar a la federación, a la que acusó diciendo que la selección estaba dirigida por una “verdadera dictadura”.

Tras una serie de acusaciones y en medio de una terrible agitación política, Vasconcelos, presidente de la CBFS, tuvo que dimitir, más por la pérdida de sus principales patrocinadores que por respeto a los jugadores. También salió Nogueira. El sustituto de Vasconcelos, Renan Tavares, destituyó al último reducto de la etapa anterior, Pereira. Incorporó a Serginho Schiochet como seleccionador. Este movimiento provocó el regreso de las principales estrellas brasileñas a la canarinha. Sin embargo, la ausencia de patrocinadores provocó una nueva crisis interna que provocó un nuevo cambio en la presidencia. Marcos Madeira anunció como nuevo seleccionador a PC Oliveira, quien, pese a que no duraría ni dos meses en el cargo, tuvo tiempo suficiente para criticar a los jugadores: “El camino es el diálogo entre ambas partes. Este estancamiento se ha convertido en algo personal, y está penalizando el deporte. Hoy en día, ridículamente, no puedo llamar a la selección, porque tengo que saber si el jugador está dispuesto a ser convocado o no”.

Finalmente la canarinha volvió a juntar a los mejores jugadores. O eso parecía, al menos. Cuando parecía que la crisis había terminado, llega la debacle deportiva que, visto lo visto, se puede llevar a mucha gente por delante. Solo el tiempo lo dirá.

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