Minnesota y Bradford encuentran el camino

Los Minnesota Vikings van encontrando poco a poco el camino en ataque, ya que después de un primer partido en el que consiguieron la victoria a pesar de no haber anotado ningún touchdown, en esta ocasión se han mostrado más fluidos con la posesión, y el hecho de tener enfrente a una poderosa unidad defensiva no impidió el inmaculado estreno como locales del flamante nuevo estadio vikingo, el U.S. Bank Stadium, donde ganaron por 17-14 a sus rivales divisionales, los Green Bay Packers.

El principio de la aventura púrpura para Sam Bradford comenzaba con sensaciones encontradas durante la primera parte. El juego de pase funcionaba a cuentagotas, mezclando buenas ganancias de yardas con numerosos pases incompletos que impedían mantener los drives vivos durante mucho tiempo, puesto que el ataque terrestre tampoco estaba funcionando. Esto era debido a que el potente front seven quesero se mostraba impenetrable para el veterano Adrian Peterson, quien venía de una mediocre actuación la pasada jornada de la cual no podría resarcirse en este encuentro. La Offensive Line de los de Minnesota también puso de manifiesto que cuando se trata de proteger al quarterback aún faltan detalles por pulir, lo que no permitía a Bradford disponer de mucho tiempo. En las pocas ocasiones que el mariscal consiguió eludir la presión rival conectó con Stephon Diggs para hacer bastante daño a los de Green Bay. En una de estas ocasiones en las que los de Minnesota se acercaron a la redzone rival, el Tight End Kyle Rundolph anotó el primer touchdown de un Viking en este recién estrenado estadio.

Sin embargo el que pasará a la historia como el primer jugador en anotar un TD en el US Bank Stadium será Jordy Nelson, quien finalizaba así un accidentado drive packer que comenzaría en medio campo gracias a un punt bloqueado. La ofensiva verde no se mostraba mucho más eficaz que la de su rival durante esta mitad, prueba de esto es que acabarían la primera parte con tan solo 65 yardas totales, gracias sobre todo a la magnífica actuación de la D-Line y los linebackers. La diferencia en este caso la marcaron las penalizaciones consecutivas por pass interference que cometió Terence Newman, lo que colocó a Aaron Rodgers en la yarda 5, en situación inmejorable para abrir el marcador con el ya mencionado Nelson.

La segunda mitad no comenzaba mucho mejor para los intereses del equipo de Mike Mccarthy, el tercer fumble del ataque durante el partido (y el tercero recuperado por la propia ofensiva) ya hacía presagiar que las cosas no iban a ser diferentes en esta mitad. Los packers solamente lograban avanzar gracias a las continuas faltas que cometía el novato de segundo año Trae Waynes, que debido a su estado de sobreexcitación no era capaz de contener su ímpetu cuando ya tenía la posición ganada. De esta manera Aaron Rodgers era capaz de anotar su segundo TD de carrera de la temporada después de un nuevo drive accidentado tan solo embellecido gracias a un nuevo big play de la pareja Rodgers-Nelson.

Por el otro bando las cosas seguían más o menos de la misma forma, con Diggs como vía de escape permanente y con Peterson sin conseguir aportar gran cosa, y menos que aportaría cuando finalizando el tercer cuarto se tuvo que retirar lesionado por una lesión de tobillo. Sin embargo a partir de aquí las cosas no cambiaron en exceso, de hecho el número de terceros downs importantes convertidos en este tramo final aumentaron, Sam Bradford daba la cara en los momentos claves, para alegría de la afición local que llenaba el estadio.

Con los Vikings por delante tan solo por 3 puntos, y los Packers en field goal range, Mccarthy decidía jugarse un cuarto down sin éxito, decisión siempre controvertida, y más cuando tu ataque no está especialmente fluído y en un partido de baja anotación. Si bien lo acertado o erróneo en este tipo de casos viene marcado por el éxito de la jugada. Otro detalle importante para entender el resultado de este partido es el hecho de que el cuarto fumble producido por el ataque verde ya no corrió la misma suerte que los anteriores, resultando en el cambio de posesión.  Un par de primeros downs vikes con el partido a punto de acabar definieron lo que sería la segunda victoria de la temporada para los locales.

En su primer partido como titular, Sam Bradford demuestra que con tiempo puede ser capaz de liderar por primera vez en su carrera a una ofensiva de un equipo que opta claramente al anillo. Importante será el alcance de la lesión de Peterson, pero este equipo está demostrando que pese a las adversidades es capaz de ir encontrando soluciones acompañadas de victorias.

Por parte de los de Wisconsin se pudo comprobar como la química entre Rodgers y Nelson sigue viva, pero aún queda mucho por mejorar y esto solo lo puede conseguir el tiempo y la confianza. La defensa sigue mostrando buenas señales y el ataque no carbura al 100%, pero en el momento que despierten serán el rival peligroso que suelen ser. Dos partidos fuera ante adversarios complicados y un balance de 1-1, la pega sería la derrota ante un rival divisional.

Foto vía: sltrib.com

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