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Se va una perla aún por pulir y llega una ¿desgastada?

El penúltimo día del mercado de fichajes confirmaba la marcha de Yevhen Konoplyanka del Sevilla FC y daba pie a la llegada de Samir Nasri. El jugador ucraniano se marcha cedido al Schalke 04 con una obligación de compra por unos 15 millones de euros. Por su parte, el francés llega cedido del Manchester City por un año y sin opción de compra.

Konoplyanka llegó el año pasado procedente del Dnipro considerado como uno de los jugadores con mayor proyección del fútbol europeo. Monchi consiguió adelantarse a muchos otros clubes que estaban interesados en la gran promesa ucraniana. La entidad hispalense le ofreció un importante contrato y el jugador, también motivado por los éxitos europeos del equipo que le tuvieron a él mismo como víctima en la final de Varsovia, aceptó la oferta y recaló en la capital andaluza.

Las altas expectativas que la afición tenía en él no se vieron mermadas durante unas primeras jornadas en las que el ucraniano solía partir del banco, puesto que se tenía en cuenta el difícil proceso de adaptación. Pero esta situación acabó repitiéndose a lo largo de casi toda la temporada, ya que la poca implicación defensiva de Konoplyanka no convencía a Unai Emery, quien le puso de titular en 25 partidos.

La llegada de Sampaoli al banquillo del Sánchez-Pizjuán le daba una nueva oportunidad para hacerse con un puesto en el once y desarrollar todo el fútbol que, se presupone, tiene en sus botas. Pero, a pesar de su gran inicio de pretemporada, la titularidad de Konoplyanka volvía a diluirse con respecto iban llegando las nuevas incorporaciones solicitadas por el técnico argentino, que no veía en él al jugador asociativo que necesita en la banda. El ucraniano se mostraba insatisfecho ante la idea de vivir otro año en el banquillo y la no convocatoria ante el Villarreal acabó de dinamitar las operaciones.

En contraposición, llega Samir Nasri, quien tampoco ha logrado satisfacer las esperanzas que el Manchester City puso en él cuando se lo arrebató a Arsène Wenger del Arsenal. El gran fútbol que desplegó en Londres el jugador francés fue diluyéndose progresivamente en los años que jugó para los del Etihad. Las lesiones y la aparente desidia que mostraba el jugador por hacerse un hueco en un equipo plagado de estrellas le condenaron al banquillo y a quedarse fuera de las convocatorias de Francia (marcadas por las sonoras quejas de su pareja). La llegada de Guardiola, quien busca implantar su juego lo antes posible, ha elevado la exigencia para jugar en el equipo y, unido a las controversias del jugador francés en el ámbito extradeportivo, ha obligado a Nasri a salir del conjunto inglés.

Llega a Sevilla con la esperanza de tener más minutos que en Manchester y recuperar el nivel que alcanzó con los ‘gunners’. Monchi y Sampaoli esperan que sea capaz de desarrollar la idea de juego vistoso que tanto busca el argentino y pueda entenderse a la perfección con sus compañeros de la mediapunta. La afición sevillista, que ya enamoró a Konoplyanka en solo un año (lo ha mostrado en su carta de despedida), podrá ser determinante para reactivar a un jugador que, parece, va perdiendo la ilusión a medida que pasan las temporadas.

El Sevilla sustituye así la difícil misión de que Konoplyanka se adaptara al club de Nervión por el no menos complicado intento de que Nasri vuelva a ser considerado como un jugador del primer nivel. El desarrollo de la temporada dirá si mereció la pena desprenderse de un jugador que necesitaba más confianza para explotar por traer a un jugador que parece haberse quedado sin magia.

Imagen destacada: sportyou.es

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