Esta vez sería la Cancha 1, y no la Cancha Central, la que pisarían Rafael Nadal y Kei Nishikori. Debido a la derrota de ambos el día anterior, el español y el japonés se veían las caras para decidir quién sería el que acompañaría a Juan Martín Del Potro y Andy Murray en el podio.
Nishikori venía de perder en sets corridos ante Murray. En un encuentro en el que sus propios errores, aunados al gran nivel de Andy, los que terminarían por propinarle la derrota. Por su parte, Nadal venía de perder en uno de los partidos más emocionantes del año, ante Del Potro.
La primera mitad del partido se reflejó en el quinto juego del primer set. Luego de que ambos jugadores habían sostenido su servicio, Nishikori aprovechó un juego de saque sin primeros servicios por parte Nadal para quebrar. El japonés aprovechaba los segundos servicios del español para tomar la iniciativa con su característica y eficaz aceleración.
El nipón confirmó el quiebre para demostrar su notoria superioridad. Y por si eso no fuera suficiente, no perdería ningún juego en el resto del set. Nishikori fue del 2-2 sin escalas hasta el 6-2 para asegurar el primer set y colocarse a un paso más cerca de la medalla de bronce.
Se veía a un Rafael Nadal sin físico y sin tenis. Los primeros saques no le entraban, su derecha pasaba de largo y de ancho, intentaba jugar al revés del rival pero incluso el golpe de regreso le superaba. Apenas en su segundo juego de servicio en el segundo set, ya lo entregaba y estaba en desventaja.
Nishikori, aprovechando el mal momento que pasaba Nadal en el partido, se colocaba rápidamente 3-1. Ambos tenistas continuaron sosteniendo el servicio hasta que Rafa sacó 2-4. El japonés volvió a quebrar y se aseguró sacar para el partido.
El oriundo de Manacor encontró una nueva oportunidad para demostrar la competitividad, la garra y el corazón que tanto lo caracterizan. Aún cuando el tenis no apareció, si lo hicieron las ganas y la mentalidad, que lo auxiliaron para poder quebrar el servicio del japonés.
Rafa sostuvo pero Nishikori tendría nuevamente la oportunidad de conseguir la medalla de bronce con su servicio. El español se animaba y la gente lo apoyaba. Apareció otro tenista distinto al que se había presentado. Nadal corría y llegaba a todas las pelotas, la derecha y el revés ahora mordían las líneas y complicaban los golpes del japonés. Con la mitad de tenis y la otra mitad de corazón y de muchas ganas, Rafa volvía a quebrar y le alejaba la medalla de bronce al japonés.
Nishikori y Nadal sostuvieron hasta que se toparon con el tie-break; el desempate definiría si Japón obtenía medalla o si tendría que jugarse un tercer y definitivo set. Pero el set fue un reflejo de lo que Nadal había logrado en la segunda mitad del set. Nishikori, que ahora parecía desconectado del partido, sucumbió ante un gigantesco Rafael Nadal. El campeón olímpico del 2008 se quedaba con el desempate 7-6 y obligaba a un tercer set, que definiría hacia dónde viajaría la medalla de bronce.
Los problemas en el servicio volverían a aparecer en Rafael Nadal. Había logrado lo impensable y parecía que la fatiga se hacía presente en su cuerpo. En el cuarto juego del set definitivo, y cuando sacaba para igualar a dos, Rafa le entregó su servicio al japonés. El español intentó, sin frutos, recuperar la desventaja que hasta ese momento lo separaba de la medalla de bronce.
Cuando Nishikori tuvo, por tercera ocasión en el día, la oportunidad de sacar para el partido, se mostró mucho más sereno y seguro. La solidez que había mostrado en el set definitivo la reflejó en el momento clave del partido. Después de un servicio y un error de Rafa, Kei Nishikori se aseguró el tercer set 6-3 y le dio una nueva medalla a Japón.
El nipón obtuvo su primera medalla olímpica, mientras que el español regresará a casa con la medalla de oro de dobles en la maleta. Ambos jugaron un partido en el que se demostró la calidad que puede mantener Nishikori cuando sus ideas se lo permiten. Además el partido demostró por qué a Rafael Nadal nunca se le puede dar por vencido; aún cuando la situación era demasiado adversa, supo levantarse e igualar, aunque al final su esfuerzo no fue suficiente.
Japoneses y españoles pueden sentirse orgullosos por quienes los representaron en la prueba individual en este deporte. Los nipones sumarán una nueva medalla de bronce al medallero y Nishikori jamás olvidará este día. Por su parte, los europeos pueden estar seguros de que, en Rafael Nadal, tienen a un deportista que siempre intentará darle la victoria a España, incluso cuando la situación parezca imposible.
Foto vía: regiodeporte.com
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