Este viernes se dará el pistoletazo de salida a la considerada trigésimoprimera edición de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro que nos llevarán a los amantes del deporte de nuevo a vivir quince días de emociones y decepciones, de alegrías y tristezas. Entre los representantes españoles se encontrará un grupo de 15 mujeres que hace cuatro años en Londres llevaron a vivir uno de esos momentos de alegría difíciles de olvidar; nos referimos, como no, a nuestras guerreras de balonmano.
Aeropuerto de Gran Canaria, 11 de Agosto de 2012, a eso de las seis y pico de la tarde (hora insular); un servidor y su pareja, al final de sus vacaciones buscando como locos un televisor, donde poder ver el encuentro por el bronce de balonmano femenino de los juegos de Londres, antes de que un avión nos trajera de vuelta al calor sofocante de la Península. Por fin lo localizamos, en una de las zonas de espera, unas pocas personas sentadas enfrente de la caja tonta donde no paran de correr coreanas y españolas de un lado a otro de la pista.
Pero primero echemos la vista unos días atrás. Para llegar a este día, las Eli Pinedo, Begoña Fernández y compañía tuvieron que sobreponerse a un torneo que no empezó nada bien para ellas. En la fase de grupos una derrota en el primer partido, precisamente frente a Korea y un posterior empate ante Francia no presagiaban un futuro muy halagüeño para las chicas de Dueñas en el torneo, sobre todo teniendo en cuenta los rivales que quedaban por delante: los tres equipos nórdicos (Suecia, Dinamarca y Noruega) suponían mucha tela que cortar para un equipo que había perdido parte de la confianza con la que llegaba a la isla británica.
Sin embargo, la selección consiguió dos victorias in-extremis, y con un sufrimiento extremo hasta el final tanto ante las danesas (24-21) como ante las suecas (25-24), presentándose en el último encuentro de la primera fase ante Noruega (eterna bestia negra de las españolas), con la clasificación para los octavos en el bolsillo. Las noruegas, a la postre campeonas Olímpicas, también sucumbieron (20-25) ante el coraje y la fe de las españolas en un encuentro que servía para dilucidar el tercer y cuarto puesto del grupo, toda vez que Francia y Korea del Sur ya se habían asegurado el primero y el segundo respectivamente.
Los cuartos de final depararon un encuentro ante Croacia que las Guerreras solventaron con autoridad guiadas por una excelente defensa y aprovechando al máximo sus opciones en ataque, mismas armas con las que salieron victoriosas de sus anteriores duelos. España se plantaba en la lucha por las medallas por primera vez en su historia. Sin embargo, el choque de semifinales ante la emergente Montenegro fue una historia bien distinta. España tuvo su peor partido del campeonato en defensa y fue incapaz de frenar a Bulatovic y Popovic que una y otra vez perforaban la portería española; el resultado final de 26-27 para las balcánicas fue un mero espejismo y las españolas solo lograron “maquillar” el marcador en las postrimerías del encuentro. De este modo, España acabaría el torneo de la misma manera que lo empezó; enfretándose a Korea del Sur que había caído ante Noruega en la otra semifinal.
Y en este punto, regresamos al principio de la historia, tomamos asiento en unas sillas, el partido está llegando a su punto álgido. Tras una segunda parte de infarto con las españolas casi siempre por delante, llega el último minuto del partido. España uno arriba en el marcador y, tras una defensa titánica, siete metros favorable a Korea que transforma Choi a falta de poco más de medio minuto. Tiempo muerto de Dueñas con veinte segundos por jugar tras el cual España lanza y el balón es detenido por la portera, las asiáticas anotan a la contra afortunadamente con el tiempo cumplido; 24-24 y la prórroga estaba servida.
Enfrente de la televisión, sentados en el aeropuerto, me giro y veo como cada vez más gente se agolpa a mi alrededor mientras la hora de embarcar se acerca peligrosamente. Con los nervios a flor de piel comienza el tiempo extra y después de un intercambio de paradas y goles España termina los primeros cinco minutos uno arriba (26-27). En la segunda tanda de cinco minutos y tras más de tres de ellos sin anotar, Korea logra la igualada y Macarena Aguilar pone a las Guerreras de nuevo en franquicia en el último minuto del partido; empate rápido de Korea y el último lanzamiento de Marta Mangué se marcha alto.
Llegan las dudas y las preguntas entre los allí reunidos: ¿otra prórroga?, ¿penaltis?…. nadie lo tiene claro hasta que los dos equipos vuelven a saltar a la cancha, tras un impás demasiado largo, para disputar otros dos tiempos de cinco minutos; el vuelo tendrá que esperar. Se reanuda el encuentro y Ciobanu para su tercer penalti de la prórroga, los nervios se hacen cada vez más patentes, las manos se encogen y las porterías son cada vez más pequeñas. Un gol de Eli Pinedo y una parada de Silvia Navarro dan de nuevo a las españolas una ventaja de un tanto (29-30) para afrontar los decisivos últimos cinco minutos. En la terminal ya casi nadie hace caso a los paneles de información y la pequeña pantalla centra la atención de los allí presentes. Arranca el tramo final y de nuevo más de tres minutos sin gol, Ciobanu vuelve a detener un siete metros, sesenta segundos para terminar y la defensa española se hace enorme con Begoña Fernández, Vero Cuadrado, Andrea Barnó, Marta Mangué, Eli Pinedo y Jessica Alonso, Gwon lanzá al filo ya del pasivo y falla. Treinta segundos para la gloria, defensa asiática a toda la pista, las españolas solo quieren que pase el tiempo, Nely Carla ve sola a Jessica y la envía el balón a la asturiana que desde seis metros manda el móvil a la red. Dueñas por el suelo y el banquillo de nuestras guerreras saltando de alegría, Korea lanzá un último penalti con las españolas ya celebrando el bronce y Silvia Navarro lo para. Lágrimas de emoción y de alegría en las nuestras y felicidad inmensa en el aeropuerto de Gran Canaria: por fin las Guerreras lo habían conseguido.
Ese día no llegamos a ver a la selección española en el podio (lo hicimos más tarde ya que había un avión que coger) pero os puedo garantizar que nunca un viaje de regreso de vacaciones fue tan féliz. Los tiempos han cambiado y en Río también será difícil pero con estas chicas cualquier cosa se puede esperar.
Imagen destacada: rtve.es
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