Cada día, el mercado futbolístico se dispara en precios. Se paga por jugadores de media calidad cantidades que no se habían pagado jamás por un Balón de Oro, pero, sin embargo, existe una solución: el ‘Moneyball‘ inventado por los Oakland Athletics de la MLB a principios de siglo.
Sí, no todo es poseer estrellas. En la vida los resultados pueden ser grandiosos en caso de que escojamos los componentes precisos para la receta de ella. En el caso de un equipo de fútbol, los ingredientes son sencillos: once futbolistas, que pueden ser o no estrellas, y un esquema defensivo y ofensivo. Hasta ahí estamos todos de acuerdo, pero, si nos fijamos en otro tipo de alicientes que componen un partido de fútbol como la frecuencia en la que cierto jugador cubre su banda, cuántas veces se acerca al contrario para robar el balón, o en cuantas ocasiones es capaz de hacerlo, podemos obtener estadísticas increíbles que nos mostrarían quiénes son, de verdad, aquellas estrellas por las que hay que pagar.
Suena un poco a magia negra, a un proceso que no valdría para nada, sin embargo, ya ha dado resultado. El ‘sabermetrics‘, como es llamado este proceso, es uno de los que más ha dado a la Mayor League Baseball. Ha sido la base de un deporte que, al principio, se creía que simplemente era ponerse frente al Pitcher a batear. Los Athletics demostraron que esta iniciativa de mirar qué opciones tiene cada jugador de embasarse, hacer strikes, o robar bases, es efectiva, y con ello trajeron el mayor récord en la historia de la liga de partidos invictos con 20.
Por ello, si, en lugar de estudiar cuánto gana la estrella o qué hace en sus vacaciones personales, mirásemos la cantidad de ocasiones en las que remata correctamente a portería en un pase, o la de veces que centra un lateral adelantado o extremo, podríamos obtener números que nos llevarían a unir en un mismo equipo el que más efectividad tiene en el remate con el que más y con más acierto centra. No son más que matemáticas, es decir, la base de nuestro planeta. Y es que, si no fuese por las matemáticas, nuestro planeta sería inhabitable por seres humanos que cada día únicamente tenemos números y más números.
No es justo pagar 40, 50 o 60 millones por un jugador que acaba de salir de la cantera de un equipo y que ha tenido un par de partidos buenos. Tal vez, si se estudia su trayectoria profesional con mayor profundidad se encontrará que no debería haberse pagado esa suma por él y tal vez sí por otro.
Colocamos el ejemplo de dos conjuntos parejos para comprender mejor todo. Tomamos al pichichi de La Liga, Luis Suárez, al segundo, Cristiano Ronaldo, y al tercero, Leo Messi; y estudiamos sus estadísticas.
Luis Suárez: 40 goles conseguidos en 71 disparos a puerta, de 131 tiros totales.
Cristiano Ronaldo: 35 goles conseguidos en 97 disparos a puerta (el máximo), de 197 tiros totales (el máximo también).
Leo Messi: 26 goles conseguidos en 75 disparos a puerta, de 126 tiros totales.
Con estos tres ejemplos vemos que:
- Al menos 60 disparos de Luis Suárez han sido fuera, al igual que 100 de Cristiano y 51 de Messi. Así pues, de disparos, el porcentaje para Luis sería de un 54% a portería, para Ronaldo de un 49% y para Leo de un 59%.
- Al menos 31 disparos de Suárez a portería no han sido gol, por los 62 de Ronaldo y los 49 de Leo. Así pues, de disparos a portería que terminan en tanto, el porcentaje para Luis sería de un 56%, de Cristiano de un 36%, y de Messi de un 34%.
- Finalmente, del total de disparos, Luis anotaría 3 de cada 10, Ronaldo, aproximadamente, 1’7 de cada 10, y Messi 2 de cada 10.
Como vemos, el orden no corresponde, ya que Leo debería estar por delante de Cristiano en cuanto a la efectividad goleadora, cosa que no ha sucedido. Con menos disparos a portería y con mayor acierto, Suárez ha sido capaz de proclamarse pichichi; tan solo le ha sido suficiente con superar a Leo en cinco tiros para marcar hasta 14 goles más que él.
Pero no nos quedemos ahí, profundicemos algo más y tomemos ejemplo otros profesionales. Veamos las estadísticas del cuarto, quinto y sexto máximo goleador doméstico.
Neymar Jr.: 24 goles de 59 tiros a puerta cosechados en 114 disparos totales.
Karim Benzema: 24 goles de 51 tiros a puerta cosechados en 88 disparos totales.
Antoine Griezmann: 22 goles de 44 tiros a puerta cosechados en 83 disparos totales.
Con estos ejemplos veríamos que:
- El 51% de los disparos de Neymar van a portería, por un 57% de Karim y un 53% de Griezmann.
- De esos disparos, en un 40% de las ocasiones ha sido gol para Neymar, en un 47% para Benzema, y en un 50% para Griezmann.
- Así pues, Neymar anota en 2’1 de cada 10 disparos, Karim en 2’7 de cada diez, y Antoine en 2’6 de cada diez.
Hasta ahí lo que se demuestra es que, a pesar de estar colocados en un escalón menos, la efectividad goleadora de Griezmann, Benzema y Neymar es mayor a la de Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Sin embargo, queda algo más, algo curioso que es preciso demostrar y que podría hacernos ver que, tal vez, los grandes futbolistas sean más que un golpe de chispa en el partido.
Tomamos a Lucas Pérez del Deportivo, colocado como el onceavo en la lista del pichichi de la 2015/2016, y lo estudiamos:
Lucas Pérez: 17 goles conseguidos en 51 disparos a portería de 91 tiros totales.
Sus resultados son de un 56% de disparos a portería, es decir, 5’6 de cada 10 disparos que lance irán a portería, mientras que de ese 56%, un 18% serán gol, anotando en 1’8 de cada diez chutes a portería; superando así a Cristiano y quedando 0’2 por debajo de Leo con 35 disparos menos que él.
Esto es tan solo un avance de lo que pueden ser las estadísticas si se reflexiona sobre ellas. Quedaría ver la cantidad de disparos que cada uno realiza cada cierto tiempo, profundizar en cada cuánto tiempo se produce una ocasión. De hacerlo, el fútbol cambiaría, y algunos desconocidos pasarían a ser estrellas en cualquier momento.
Nota: Si alguien desea saber más de ello, puede disfrutar la película Moneyball: Rompiendo las reglas, estrenada en 2011.
Imagen: www.novamallorca.com
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