Opinión Reportajes

Una Euro para (no) recordar

Aunque parece que hace un siglo ya, solo han pasado unos pocos días desde que Saint Denis coronó a la selección portuguesa de fútbol como la campeona de Europa en uno de los campeonatos quizá más insulsos que se recuerdan en el viejo continente. En estas líneas trataremos de dar una opinión de lo que ha sido el campeonato con sus luces y sombras, siempre desde un punto de vista muy personal del que las escribe.

Para empezar hay que dar la enhorabuena al equipo campeón. La selección de Portugal, que no partía ni mucho menos como candidata al título, fue superando rondas una tras otra para presentarse en la final y alzarse con la victoria de la manera en que lo hizo; ya que ganar la final contra el anfitrión, ante un estadio y un país volcado con su selección y sobreponiéndose a la ausencia de su mejor jugador; es digno de ser considerado como una hazaña. El mérito de los lusos está fuera de toda duda pero está claro que al título portugués también ha contribuido el demérito de otras selecciones a priori superiores.

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La selección portuguesa consiguió el primer título de su historia (uefa.com)

Las selecciones

Esta ha sido, como algunos predijimos, la Eurocopa de la igualdad; pero lo que ha sucedido es que los equipos en ella participantes se han igualado claramente a la baja; solo así se explica que selecciones tan limitadas (sin ánimo de ofender) hayan llegado a las cotas más altas, y de esto hay varios ejemplos. Partiendo de la premisa de que, en mi opinión, no hay campeón que no merezca serlo; sin irnos más lejos, podríamos empezar por el campeón Portugal, un equipo sin duda trabajador pero técnicamente a años luz de aquel conjunto que cayó en su feudo ante Grecia en la Euro 2004. Un conjunto en el que Cristiano Ronaldo, su máxima estrella, ha pasado prácticamente desapercibido llegando a ser más decisivo por su ausencia en la final (que supuso un plus de moral a sus compañeros), que por su aportación en el resto de choques. Un equipo que ha sido incapaz de ganar en 90 minutos a Islandia, Austria, Hungría o Polonia (amén de Croacia y Francia); y que solo ha logrado doblegar en el tiempo reglamentario a la débil selección galesa.

Encomiable ha sido la labor de los británicos quienes, liderados por Gareth Bale, y con un equipo con futbolistas de nivel medio-bajo han hecho una demostración de que la fe puede mover montañas; eso sí, poniendo sobre la mesa muy poco más que arreones de coraje y garra. Todavía más increíble resultó ser la participación de Islandia llegando hasta cuartos de final con un equipo de jugadores prácticamente desconocidos para el aficionado medio y, sin uno o dos jugadores referencia a nivel mundial como si tenía Gales. Con trabajo y una eficacia defensiva notable, los islandeses han sido el “segundo equipo de todos” hasta que Francia en su mejor partido (o el más efectivo) destapó las carencias de un conjunto que, en condiciones normales, tenía pocas opciones de pasar la fase de grupos.   

Las celebraciones islandesas, una de las imágenes de la Euro (uefa.com))
Las celebraciones islandesas, una de las imágenes de la Euro (uefa.com)

Y hablando de Francia podemos hablar de una de las grandes decepciones del torneo, ya no por el nivel que se presuponía (para mi mucho menos del que se les atribuía en un principio) si no porque, con todo a favor en su final, fue incapaz de poner en serios aprietos a Portugal, lo pasó mal ante equipos como Eire o Rumanía y ha demostrado una falta de aprovechamiento de sus recursos que ha llevado a los galos a tener que conformarse con el segundo escalón del podio. Es cierto que el mayor valor de los franceses es su poderío físico y es lógico que sea su principal arma pero esto no quita para que se pueda intentar algo más. Pogba es un buen y completo jugador (para mi de momento no pasa de ahí), pero es en los treinta últimos metros del campo donde realmente puede llegar a marcar diferencias; Deschamps lo utilizó como pivote defensivo y el futbolista de la Juve se diluyó. Sissoko, Kanté, Matuidi…, todos ellos jugadores de gran despliegue físico pero que no generan ni peligro ni juego; así las cosas, salvo en las contadas ocasiones en las que Payet y Griezmann se asociaban, Francia era un equipo bastante romo en ataque.

Más de lo mismo en el resto de selecciones donde la táctica se ha impuesto a las ganas por hacer un buen fútbol y, no se me entienda mal, desde una buena disposición táctica también se juega bien al fútbol y no solo se debe entender por jugar bien el famoso tiki-taka del gran Andrés Montes. Claro ejemplo de ello son selecciones como España o Alemania que, pese a realizar un fútbol combinativo y de toque, tampoco han jugado bien en esta Euro; porque jugar bien significa defender bien evitando que te creen ocasiones y atacar bien creando las máximas posibles (lo de transformarlas en gol ya es harina de otro costal) y para llegar a esto hay múltiples formas. Por poner un par de ejemplos de dos selecciones que se han salido de está tónica general, yo citaría a Bélgica e Italia. Los belgas, con la maravillosa anarquía de futbolistas como Hazard, Naingolan o De Bruyne, han tenido momentos brillantes, sin embargo, ese exceso de desgobierno les llevó a caer antes de tiempo. Otro ejemplo es el de los italianos quienes, con la competitividad y la seguridad defensiva siempre por bandera, han realizado un fútbol agresivo y presionante con un ataque muy directo; fútbol que, dicho sea de paso, los transalpinos llevan practicando ya unos cuantos años (pese a que algún narrador o entrenador-comentarista trasnochado se sorprenda y se empeñe en decir que “juegan al catenaccio”). Con un poco más de calidad arriba, Italia podría haber llegado a la final y quién sabe….

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Los jugadores franceses desolados tras perder “su final”. (uefa.com)

Así pues lo que se ha impuesto en este torneo al parecer ha sido lo que podríamos definir, siendo redundantes, como “la táctica de evitar que el contrario haga su táctica” o, dicho de otra manera, el pánico a recibir un gol. Este miedo se ha traducido en partidos en los que la obsesión por no recibir tantos provocaba una escasez de ocasiones cuya consecuencia era que las defensas ni siquiera sufrieran, con lo cual entrábamos en un bucle del que difícilmente se lograba salir. En definitiva, y como decíamos al principio, lo que esto ha provocado es que los equipos se hayan igualado a la baja, teniendo equipos modestos que trataban de tú a tú a los más grandes y selecciones más poderosas sin tratar de imponer su sello y respetando, quizás en demasía, a los más modestos.

Los jugadores

En cuanto a jugadores, tampoco será esta una Eurocopa recordada por las actuaciones de ciertos futbolistas y de los llamados a ser las “estrellas” pero conviene destacar algunos. Ya hemos hablado de Cristiano Ronaldo quién, salvo su partido ante Hungría que dio el pase a octavos a Portugal, ha estado bastante discreto; goles decisivos, cierto, pero escasa aportación. Como él, ha habido algunos otros que con actuaciones puntuales nos han dejado un buen sabor de boca como es el caso de Hazard también ante los magiares o Iniesta ante Turquía. Es de justicia destacar también a Dimitri Payet; el jugador del West Ham se ganó un puesto en el once de Deschamps tras su buena temporada en la Premier y ha demostrado ser uno de esos jugadores “distintos” capaces de, con una genialidad resolver un partido. Sin embargo, el de la Isla Reunión se fue diluyendo a medida que avanzó el campeonato hasta el punto de ser sustituido en la final. Sin duda, alguna actuación más debería ser destacada pero el podio de esta Euro, en cuanto a jugadores, podría ser el siguiente.

Pepe ante Croacia (uefa.com)
Pepe ante Croacia (uefa.com)

En primer lugar y para mí el MVP del campeonato sería el defensa portugués Pepe. Sin ser santo de mi devoción, hay que reconocer que el zaguero del Real Madrid ha sido el auténtico líder de la selección campeona cuajando un torneo espectacular de principio a fin. Rápido, contundente, concentrado, tapando el resto de carencias defensivas de su equipo y sin perderse en otras historias menos deportivas como en él suele ser habitual.

En segundo lugar estaría Gareth Bale. Sin él, desde luego Gales no hubiera llegado a disputar una semifinal continetal y no solo por sus goles. Su compromiso, sacrificio y su fe contagiosa han llevado a los británicos a cotas que nunca imaginaron, amén de sus carateristicas futbolísticas de sobra conocidas por todos. Su actuación en la derrota de Gales ante Portugal, donde se echó el equipo a las espaldas e intentó por todos los medios que la fiesta no terminase.

Gareth Bale celebrando una victoria (uefa.com)
Gareth Bale celebrando una victoria (uefa.com)

Por último, destacaría a Antoine Griezmann. Máximo goleador del torneo con seis tantos (cifra nada fácil de conseguir), el delantero del Atlético ha terminado de explotar a nivel internacional en esta Eurocopa y, pese a un inicio algo titubeante, ha terminado siendo y, sobre todo sintiéndose, el líder de la selección anfitriona.

Por último, y por buscar también cosas positivas, quisiera destacar dos aspectos de los que rara vez se habla: la actuación arbitral y el comportamiento de los jugadores. Los primeros han mostrado un nivel a mi parecer sobresaliente y, salvo alguna acción concreta, poco se ha hablado de ellos lo que es muy de agradecer. A este hecho han colaborado mucho los futbolistas como demuestra un dato que poco se ha destacado durante el torneo: tan solo 3 expulsiones en una competición como esta hablan muy positivamente del comportamiento de unos y otros. Esperemos que nos sirva para reflexionar a todos; curiosamente en una Euro con poco buen fútbol, de lo que más se ha hablado es precisamente de eso; de futbol.

Antoine Griezmann, máximo realizador del torneo (uefa.com)
Antoine Griezmann, máximo realizador del torneo (uefa.com)

La selección española

Para terminar, un breve comentario sobre la selección española. Sin darle muchas vueltas al tema y sin entrar en el juego de criticar a unos y a otros, lo cierto es que España ha estado al nivel mediocre del resto de equipos del torneo. No es cuestión de quien tiene la culpa y de echar por tierra lo mucho que han dado este seleccionador y estos jugadores, porque seguramente haya muchos motivos para el fracaso de la selección. Tampoco me voy a subir al carro de los que dicen que todo lo que ha hecho Del Bosque ha sido recoger la herencia de Luis Aragonés, no, cada uno ha tenido su momento y cada uno ha aportado su sabiduría. Al margen de que la convocatoria podría haber sido distinta y al margen de “Pedritos y Degeas”, lo cierto es que pienso que con jugadores como Saúl (incomprensible su ausencia), probablemente Italia también nos hubiera ganado. No creo tampoco en eso de que “ni antes éramos tan buenos ni ahora tan malos” porque no es cierto, “antes éramos muy buenos y ahora no tanto”; La única y verdadera razón del “fracaso” en palabras de Gerard Piqué (que también a veces dice cosas coherentes) está en que “ya no tenemos el nivel de antes” . Por lo tanto mi opinión es que simplemente nuestro momento ha pasado, porque en el fútbol hay ciclos, porque unas veces ganan unos y otras veces otros y no quiere decir esto que no volvamos a reinar en el futuro y volvamos a ese nivel o, incluso volvamos a ganar sin tenerlo, pero ahora empieza una nueva época y hay que mirar a ese futuro con ilusión para intentar mejorar.

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Iniesta se lamenta tras caer ante Italia en octavos (uefa.com)

Imagen destacada: roadtoeuro2016.com


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