ATP Tenis

Florian Mayer vuelve a sonreir

O a llorar. Porque no es una victoria cualquiera. Florian Mayer ha roto a llorar tras conseguir (6-2, 5-7 y 6-3) su primer título de categoría 500 y el segundo en su trayectoria profesional. Atrás ha dejado el calvario que ha pasado tras su lesión de pubis y su posterior hundimiento en el ranking.

Con las ideas mucho más claras, Florian Mayer tardó solo veinticinco minutos en apuntarse el primer parcial. Con precisión incidió una y otra vez sobre la derecha de su rival, incómodo sin poder inclinar el partido sobre su revés. Alexander Zverev sumaba saques con relativa facilidad hasta el sexto juego, donde en un pequeño despiste cedió en blanco su servicio. El de Baviera, más experimentado, aprovechó para subir una marcha más y conseguir otra rotura que le daba la primera manga.

Tras la reanudación, fue Zverev quien golpeó primero. Ese break tempranero le permitía bajar un poco sus pulsaciones, algo revolucionadas en los primeros compases del encuentro. Pese a ello, Mayer continuaba jugando a lo mismo, variando fuerzas y registros con su raqueta. Intercambios, dejadas, globos, subidas a la red…iba por debajo en el segundo parcial pero sus sensaciones no eran las de ir al remolque. Solo estaba esperando la oportunidad y la oportunidad le llegó. Empataba a 3 juegos y además consolidaba ese break. El número 38 del mundo continuaba jugando un tenis desordenado aunque su potente servicio le permitía estar todavía vivo en el partido. Raro era el juego en el que Zverev no tiraba su raqueta contra el suelo, síntoma del espesor que había en su cabeza.

Con 5-4 para Mayer, toda la presión pasaba al otro lado de la red. Al límite y con 15-40, Zverev rescató dos bolas de partido. Un saque directo lo ponía en ventaja. Qué sangre fría tiene este joven de diecinueve año para solventar situaciones complicadas. En un visto y no visto, además, se colocaba con break arriba y evitaba el tie break y se apuntaba el set. De estar hincando rodillas a forzar una tercera manga en milésimas de segundo. Mucho tenis y mucha cabeza.

El tercer parcial daría un vuelco al plan de Mayer. Si antes aceptaba los intercambios, ahora tocaba el turno de acortar puntos en base a cortar bolas y subir a la red. El cansancio pasaba factura en sus piernas y Zverev parecía estar encantado ante esta nueva situación. Cuando mejor parecía estar, un juego plagado de errores volvía a dar ventaja a su rival. Ocho puntos seguidos mandaban al traste todas las opciones del nextgen, estableciendo el 5-2 en el marcador. A Mayer solo le quedaba esperar a jugar con su saque para cerrar el partido. Los nervios sobresalían por los poros de su muñeca, estaba cerca de romper una sequía que ya duraba casi cinco años. Pero esta era su semana, este era el día de un jugador que ha pasado por la parte más dura de la carrera de un deportista.

Un tenista que mañana despertará en top 100. Y lo que es más importante, despertará volviéndose a sentir importante para el circuito. Volverá a sentirse tenista.

Foto vía: Tennis TV

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