El alemán Utz Claassen, quien fue máximo accionista del RCD Mallorca hasta la llegada de Sarver, Kohlberg, Nash y Molango, ha decidido renunciar al cargo de presidente a partir del próximo 30 de junio.
El empresario teutón llegó al Mallorca en 2010 de la mano de Serra Ferrer, a quien acabó por comprarle las acciones en 2014 tras boicotear la venta del club aliándose con su predecesor en el sillón presidencial, Biel Cerdà. Junto con Pedro Terrassa se denominó al cuarteto como los Jinetes del Apocalipsis, por su nefasta gestión al frente del club y más interesados en destruirse unos a otros hasta acabar los tres últimos con el poder de Serra Ferrer (no exento de culpa al no haber adquirido él solo el 50.01% de acciones y fiarse de “amigos”). El alemán llegó a presentar su proyecto particular “Força Vermella 2020” con la que el defendía que convertiría al Mallorca en el tercer equipo de España y varias excentricidades más.
Así pues, una vez Claassen consiguió la mayoría accionarial, ha continuado el despropósito en el club bermellón. Fio parte de la planificación deportiva a Miguel Ángel Nadal (que también ha dimitido esta semana) pero impuso la contratación de dos compatriotas: Wellenreuther (el único que se salva) y Hennebole (sólo jugó un partido oficial); además de presentar a dos jóvenes brasileños como los cracks del Centenario hipotecando dos plazas de extracomunitarios (aunque finalmente ni siquiera llegaron a ser inscritos). A esto hay que sumarle su esperpéntica idea de girar 90º el césped de Son Moix para poner gradas supletorias y eliminar el efecto de las pistas de atletismo. La extravagante idea acabó en una grada supletoria detrás el Fondo Norte. También se llevó a un grupo selecto de periodistas a ver un partido del Hannover (anterior Club donde colaboró) durante la temporada pasada mientras el Mallorca no estaba salvado.
Por todo ello, Claassen no ha aparecido apenas por el feudo mallorquinista esta temporada. Los aficionados lo han querido siempre bien lejos y, desde que vendió el Club a los inversores americanos, tan sólo se ha sentado en el palco en el partido del Centenario contra el Oviedo. Se ha perpetrado en el cargo sin acompañar al equipo ni siquiera en el crucial último partido en Zorrilla (fue visto paseando tranquilamente por la isla cuando quedaban 20 minutos por saber en qué categoría jugaría el Mallorca).
Ahora anuncia que deja una presidencia que muy probablemente tenía asignada en el contrato de compra-venta durante esta temporada. Anuncia que sigue como accionista (tiene aún un 5%) y consejero. Anuncia que perdió dinero con el Club. Y todo, repito, lo anuncia, en un periódico local (de la misma cadena en la que Nadal anunció su marcha) con una página para él solo y su autoproclamación de una especie de Mesías para el Mallorca. Se va de la misma forma que llegó, en la sombra y escudado por sus (pocos ya) afines. Con esto se acaba la etapa conocida en la isla como del criterismo y profesionalismo (irónicamente).
El principal candidato a sucederle es el mallorquín Monti Galmés (actual vicepresidente) pero habrá que esperar a que se reúna el Consejo de Administración. De momento, hoy ha llegado Sarver a la isla y se espera que haya novedades en breve.
(imagen principal vía www.passaamallorca.com)
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